martes, 5 de junio de 2012

NO QUIERO FLORES NI VELAS...


No quiero flores ni velas
cerca de mí, en el lecho,
ni tampoco las macetas
de jazmines y de enebros.

Quiero tan sólo la luna
para que vele mi sueño,
mientras me canta una nana
con esos labios que veo.

Quiero también a mis  libros
donde bebí de sus versos,
donde aprendí que ser libre
era virtud sin defecto.

Quiero de nuevo a mi barca
con su timón y sus remos,
sin capitán y con velas
y una oración cara al viento.

No quiero flores, repito,
cerca de mí, y en tus dedos,
son chirimías lascivas
con su profundo embeleso.

Quiero la paz en el alma,
esa que dan en los cielos,
la que se viste de fiesta
en primavera e invierno.

Quiero la voz que susurre
y que me deje su anhelo,
con un sentido suspiro
que ponga fin a mis miedos.

Quiero tu mano de nieve
para tocar con mis dedos,
a los que van en la tuya
y que acarician mi pelo.

No quiero flores ni honores
cerca de mí, sin saberlo,
son las medallas de barro
que hoy se dan a los muertos.

Quiero tu cara tan linda,
quiero tus labios tan frescos,
para beber de los mismos
dejando en ellos mis besos.

Quiero sentir a tu sangre
en el latir de mi cuerpo,
quiero también desnudarte
y dibujar en tus senos.

Quiero besar tus mejillas
y proseguir en tu cuello,
mientras la luna se apaga
y se consume de celos.

"...No quiero flores ni velas
cerca de mí, estoy cuerdo,
porque las flores se mueren
y yo con ellas me muero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/06/12

4 comentarios:

  1. pues para mi será el fuego y luego el mar o el viento de la montaña

    hermoso canto donde tus deseos son sentencias para quien los ejecute

    abrazo y feliz martes

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  2. Gracias Elisa por tus palabras.
    Un abrazo y feliz martes también para ti.

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  3. Rafael, gracias por avisarme.
    ¡Qué gran error, por Dios!
    Que me perdone el gran poeta.
    No tengo remedio::):)

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  4. No te preocupes TriniReina, nos pasa a todos. Lo que ocurre, en este caso, es que la obra de mi "paisano" (aunque nació en Madrid), la he leído infinidad de veces y esos versos me sonaban suyos. Pero confundir Fernando por José no es algo tan grave y hasta Pepe se hubiera sonreído al leer tu comentario.
    Un abrazo y feliz día.

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