Cae la lluvia de los cielos
y los ojos se humedecen,
una niebla y una bruma
dejan notas muy silentes.
Las pupilas, tan bonitas,
dejan lágrimas de nieve,
son pequeñas mariposas,
son suspiros simplemente.
Hay un halo de ternura
que nos llena y estremece,
en la lluvia y en los ojos
y que ocultan lo que sienten.
Porque ves las margaritas
y también a los cipreses,
que soportan, resignados,
esta lluvia que les viene.
En la clase, los zagales,
se adormilan y no atienden
al maestro que les dicta
los problemas de los jueves.
Canta el mirlo en la mañana
y la hiedra se adormece,
mientras sube perezosa
por los muros y paredes.
Yo contemplo todo esto
admirado y complaciente,
y prosigo con mis sueños
y locuras, como siempre.
Sigo amando una utopía
con la sangre tan ardiente,
y he perdido la cabeza
por un beso y dos claveles.
Por un beso y unos labios
temblorosos y valientes
que rozaron a los míos
y llegaron a mis sienes.
Los claveles son los ojos
que ahora lloran dulcemente,
y es la lluvia que, del cielo,
calma al labio de la fiebre.
Cae la lluvia de las nubes
en el puerto y en los muelles,
y se mezcla con las perlas
de unas lágrimas rebeldes.
Dos suspiros contenidos
se me escapan de repente,
y son tuyos, vida mía,
en mi angustia por quererte.
"...Cae la lluvia en estos versos
y las lágrimas son breves,
finas notas de un adagio
y una música celeste..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/07/14
y los ojos se humedecen,
una niebla y una bruma
dejan notas muy silentes.
Las pupilas, tan bonitas,
dejan lágrimas de nieve,
son pequeñas mariposas,
son suspiros simplemente.
Hay un halo de ternura
que nos llena y estremece,
en la lluvia y en los ojos
y que ocultan lo que sienten.
Porque ves las margaritas
y también a los cipreses,
que soportan, resignados,
esta lluvia que les viene.
En la clase, los zagales,
se adormilan y no atienden
al maestro que les dicta
los problemas de los jueves.
Canta el mirlo en la mañana
y la hiedra se adormece,
mientras sube perezosa
por los muros y paredes.
Yo contemplo todo esto
admirado y complaciente,
y prosigo con mis sueños
y locuras, como siempre.
Sigo amando una utopía
con la sangre tan ardiente,
y he perdido la cabeza
por un beso y dos claveles.
Por un beso y unos labios
temblorosos y valientes
que rozaron a los míos
y llegaron a mis sienes.
Los claveles son los ojos
que ahora lloran dulcemente,
y es la lluvia que, del cielo,
calma al labio de la fiebre.
Cae la lluvia de las nubes
en el puerto y en los muelles,
y se mezcla con las perlas
de unas lágrimas rebeldes.
Dos suspiros contenidos
se me escapan de repente,
y son tuyos, vida mía,
en mi angustia por quererte.
"...Cae la lluvia en estos versos
y las lágrimas son breves,
finas notas de un adagio
y una música celeste..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/07/14
A mí la lluvia me produce nostalgia, y la suelo relacionar con las lágrimas.
ResponderEliminarMuy bello tu poema, Rafael.
Un beso.
Suele suceder así muchas veces María.
EliminarUn beso.
Me gusta mucho la armonía del texto, la nostalgia y el grito silencioso que en cada final de los versos se esconde.
ResponderEliminarSi no te molesta, te sigo desde ahora.
Saludos.
Gracias por tu comentario Alexander y puedes seguir mis versos cuando quieras.
EliminarUn saludo.
Rafael fantástico!! le das magia a esas lágrimas bajo la lluvia esos claveles rojos que llega dulcemente precioso poema !!!
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Hermoso blog
ResponderEliminarGracias por verlo así gla.
EliminarUn saludo.
Cuando los sueños nos abrazan en su vuelo todo es mágico.
ResponderEliminarAbrazos.
Cierto Verónica.
EliminarAbrazos.
cae la lluvia entre tus versos y se respira la tristeza, me gustan ese final con notas de adagio y música celeste ...
ResponderEliminartriste, mas con el fondo negro del blog, que creo antes no tenias
muchos besitos y un gran abrazo, feliz dia Rafael
Gracias por tus palabras Cora.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Cuando los versos respiran paz y amor ¡que hermosa es la vida!...gracias por este hermoso fin de semana que nos regalas.
ResponderEliminarun gran abrazo.
P.D. Geacias querido amigo por tus cariñosas letras en mi casa chica...
Marina
Siempre es un placer Marina.
EliminarUn abrazo desde la tierra vecina.
la lluvia del cielo es la promesa de vida
ResponderEliminardonde la sed mortal se sacia
pero hay lluvias propias donde la sed no acaba
abrazos y buen finde Rafael
:D
Cierto Ely.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana también para ti.
Siempre parece estar enamorado tu corazón. ¡Ojalá no sea todo ficción!
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que como el de todos nosotros Fanny.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Que gran poeta eres amigo!!!!!! un beso con toda mi admiración por tu obra y sentimientos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras siempre tan generosas Paty.
EliminarUn abrazo en la tarde.
La lluvia con su frescura, su nostalgia y su renovación nos trae siempre recuerdos, que renovamos y limpiamos en el alma, amigo...Precioso poema, que lo hacemos nuestro, Rafael. Mi felicitación y mi abrazo siempre.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias por tu comentario M.Jesús.
EliminarUn abrazo.