Hoy estás corazón entristecido
y cubierto de pena y de nostalgia,
quizás por las resacas de la vida
que llegan con sus aguas tan saladas.
Quizás son los espinos del camino
que hieren a tu cuerpo y que lo rajan,
quizás son los silencios prolongados
que emiten las palabras de las almas.
Yo espero que contengas los suspiros
y ahogues en tu pecho tantas lágrimas,
y veas en la noche las estrellas
que salen a ofrecerte su mirada.
No temas corazón, no tengas miedo,
la vida y los recuerdos ya descansan,
unidos en el nudo indestructible
del tiempo y de la lluvia que los lava.
Llegaron las alegres golondrinas
y animan este julio que se marcha,
se ven las margaritas en los prados
que esperan les recortes sus pestañas.
Y así, mientras susurran los hayedos,
los gnomos se pasean con las hadas,
unidos en el sueño de los niños
que buscan su ternura en la distancia.
Por eso corazón, no tengas miedo,
aleja la tristeza que te embarga,
y busca en los rincones de tu sangre
la fuerza y la sonrisa necesaria.
Tú tienes que ofrecer esa alegría
que todos te repiten y reclaman,
la voz inconfundible de los versos
que lleven a los hombres tus palabras.
Es fácil que algún día te detengas
y busques esa mano que te falta,
el labio reclamado por tus labios
y el beso incandescende de quien amas.
Entonces corazón, vuelve a la vida,
regresa con tus sueños sin tardanza,
y riega con poemas y canciones
el mundo de las gentes que te aguardan.
Verás que la tristeza se evapora,
que marcha la nostalgia hacia la nada,
que salen mariposas de tu pecho
y llegan las sirenas a la playa.
Verás como el amor es algo cierto,
no es nube pasajera ni borrasca,
es algo que se vive intensamente
y no puede decirse con palabras.
"...Hoy estás corazón entristecido
y precisas la nota más sagrada,
la misma que te ofrecen los poemas
y riegan con sus versos a tu alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/07/12