Un suspiro se escapa de tus labios,
en la noche, rompiendo los silencios.
Es igual que el rumor de la resaca
que escucho desde el puerto.
Un suspiro nacido entre las sombras
que lleva mil anhelos.
Y aquel mar que se estira, con las olas
en suave balanceo.
Me pregunto si sientes mis latidos
y en ellos, mis recuerdos,
te dejan las figuras caprichosas
vividas, tantas veces, en invierno.
Me pregunto si empleas la colonia
de aroma que venero
y caminas con paso presuroso
por calles hacia el puerto.
Me pregunto, y me quedo sin palabras,
anclado en el desierto,
y no quiero seguir por los caminos
plagados de destellos.
Es quizás pretender una utopía,
una voz escapada de un arpegio,
una nota perdida en la distancia
que retorna traída por el viento.
Mas soñar es bonito y necesario
y merece luchar por ese sueño,
unas hojas que vuelan en los montes
y que buscan la alfombra en su descenso.
Yo recuerdo el latido que dejaron
un día tus deseos,
y recuerdo la nota discordante
del corazón hambriento.
Fue un hermoso paseo compartido
amando y sonriendo,
y lo fue porque estabas a mi lado
soñando todo el tiempo.
Aún recuerdo la lluvia que caía
mojándonos los cuerpos,
y recuerdo tu cara entusiasmada
buscando los luceros.
...Pero solo me quedan los suspiros
perdidos en el tiempo,
y me queda tu cuerpo y tu figura
rozada por mis dedos.
"...Un suspiro se escapa de tus labios,
en la noche, rompiendo tantos miedos,
y se funden salitres y resacas,
de pronto con mis besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/08/13
en la noche, rompiendo los silencios.
Es igual que el rumor de la resaca
que escucho desde el puerto.
Un suspiro nacido entre las sombras
que lleva mil anhelos.
Y aquel mar que se estira, con las olas
en suave balanceo.
Me pregunto si sientes mis latidos
y en ellos, mis recuerdos,
te dejan las figuras caprichosas
vividas, tantas veces, en invierno.
Me pregunto si empleas la colonia
de aroma que venero
y caminas con paso presuroso
por calles hacia el puerto.
Me pregunto, y me quedo sin palabras,
anclado en el desierto,
y no quiero seguir por los caminos
plagados de destellos.
Es quizás pretender una utopía,
una voz escapada de un arpegio,
una nota perdida en la distancia
que retorna traída por el viento.
Mas soñar es bonito y necesario
y merece luchar por ese sueño,
unas hojas que vuelan en los montes
y que buscan la alfombra en su descenso.
Yo recuerdo el latido que dejaron
un día tus deseos,
y recuerdo la nota discordante
del corazón hambriento.
Fue un hermoso paseo compartido
amando y sonriendo,
y lo fue porque estabas a mi lado
soñando todo el tiempo.
Aún recuerdo la lluvia que caía
mojándonos los cuerpos,
y recuerdo tu cara entusiasmada
buscando los luceros.
...Pero solo me quedan los suspiros
perdidos en el tiempo,
y me queda tu cuerpo y tu figura
rozada por mis dedos.
"...Un suspiro se escapa de tus labios,
en la noche, rompiendo tantos miedos,
y se funden salitres y resacas,
de pronto con mis besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/08/13