miércoles, 25 de mayo de 2011

TE MIRO Y NO ME CANSO DE MIRARTE...


(Poema erótico. No apto para conciencias no preparadas.
El autor...)

Te miro y no me canso de mirarte
a pesar de tu cara de sargento
a pesar de que jures y perjures,
y que digas palabras en silencio.

Te has quedado de pronto muy callada
y te miro y remiro entre mis sueños,
pero tú, tan obtusa y sibarita
acaricias tus ojos tan inquietos.

No sé bien donde tienes la conciencia
aunque puede que cuide de tu aprecio,
y te guarde muy bien en las espaldas
de cariños y abrazos traicioneros.

Pero sigo pendiente de tus labios
y hasta escucho no más tu juramento,
esa dulce palabra tan ansiada
que yo busco y que calmo con un beso.

Un cigarro te espera a la derecha
apagado y pendiente de tus dedos,
mientras tomas en brazo a la conciencia
que te dicta en silencio sus consejos.

Tú murmuras palabras muy confusas
y hasta dices "cojones y los huevos",
un lenguaje muy rancio de tus labios
entre voces, suspiros y pucheros.

Al final me cambiaste los cigarros
por un palo y un dulce caramelo
y me quedo igual que un papamoscas
contemplando ese rostro que yo quiero.

Pero bueno, no hay mal que dure mucho,
y la risa en tus labios yo contemplo,
mientras sigues chupando y rechupando
ese objeto tan dulce del deseo.

Me imagino que esperas otras letras
en que hable de brisas y de vientos,
pero hoy me refugio en la lujuria
de tu cuerpo desnudo que venero.

Y aquí estoy con pasión, emocionado,
contemplando la línea de tus senos,
y tu mano que lenta se acaricia
y que baja hasta el centro de tu fuego.

Un suspiro me llega a la garganta,
es un grito apagado que no siento,
es la lava que llega presurosa
del volcán de mi cuerpo y de mi sexo.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/05/11

martes, 24 de mayo de 2011

NO ELEVES TUS SUEÑOS A LO ALTO...


No eleves tus sueños a lo alto
porque el tiempo los volverá
a la tierra con los años.


Si acaso vive tus sueños,
emborráchate en ellos,
comete la mayor de las locuras
en su nombre,
pero no los endioses.


Son sueños simplemente y
el latido de tu pecho enamorado,
son también un pedazo de tu alma
y la llama incombustible que perdura
y que te alumbra,
son el eco y la caricia
que reclaman tus sentidos...


...Por eso te decía que no subas
con tus sueños a lo alto.


¡Vívelos si acaso,
y no preguntes...!


Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/11

ES CURIOSO...


Es curioso...


No podría dejar de soñar, aunque quisiera,
ni podría dejar de escribir, porque es
mi sangre.


¡Soñar, soñar!...
Exclaman los poetas y los niños,
y también tantos jóvenes amantes.


La vida es un eterno duermevela,
es caminar por bosques encantados
descubriendo su belleza,
es respirar el aire de los montes,
fundirse con la nieve,
dormir entre las aguas cristalinas
de sus lagos,
es caminar por campos y veredas
detrás de viejas huellas del pasado,
es contemplar la alegre golondrina
en el otoño volviendo hacia su casa,
es recordar la ola de la playa,
el flujo y el reflujo de los mares,
el yodo y el salitre de las aguas,
es añorar el beso de una tarde, ya perdido,
los labios que temblaban,
la flor y la sonrisa de los mismos,
la mano que buscaba con premura
a la otra mano,
los nervios impacientes del amante,
el pecho palpitando sin descanso,
la fiebre de unos ojos que te miran,
la voz que se atraganta en la garganta,
los pasos que se escuchan y se miran,
la fuente cantarina de la esquina
donde juegan tantos niños,
el lecho que te espera y que te aguarda,
con sus cuentos de colores y sus nanas,
con la alegre melodía de los ángeles,
con la voz tan armoniosa de los dioses...


Es curioso...


Que los sueños sean esto y muchas cosas
que ahora mismo no recuerdo;
es curioso que hasta el tiempo me reproche
su silencio,
ese olvido involuntario de los años
que de pronto los presenta y los retira
al igual que la resaca en la bahía.


...Pero siento que los sueños son mi sangre,
son mi vida y mi destino,
son aquello que añoraba y deseaba
en el pasado,
son "el sueño" de mis sueños,
la metáfora sin nombre y sin palabras
que da vida a mil momentos,
son el eco que devuelve mis preguntas
y reclama una palabra,,,


Es curioso...


...Y ahora mismo, en que esto escribo,
yo me encuentro suspirando,
retrocedo en el pasado hacia mis sueños,
a ese mundo sin igual que sé que existe,
a la nube que me acoja entre sus brazos,
a la tierra que me cubra con su polvo,
a las flores que me dejan su perfume
y su fragancia,
a los ríos sinuosos que se estiran
sin descanso hacia los mares,
a los hombres que caminan bajo el sol
tan inclemente,
y a las sombras que, tras ellos,
van dejando a sus espaldas...


Es curioso...


...Pero algo ha sucedido y despierto de mis sueños.


¿Eres tú mi bella niña qué has pasado
en la mañana?,
¿eres tú la que has venido hasta mi lado
a leerme este poema?
¿Eres tú ó eres un sueño simplemente...?


Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/11

domingo, 22 de mayo de 2011

AÚN QUEDA EL CORAZÓN ENTRE LAS MANOS...


Aún queda el corazón entre las manos
y el sueño compartido tantas veces,
quizás se apaguen pronto los latidos
del pecho que se enfría con la nieve.

Un viejo corazón está fallando
repleto de remiendos y de sietes,
lo veo al contemplarlo y me sonrío,
no existen ya los labios que lo recen.

Se dicen en los libros muchas cosas
escritas por personas muy pacientes,
y hay otras que se esconden en las almas
de aquellos que proclaman ser rebeldes.

Aún late el corazón entristecido
por culpa de la lágrima inocente,
que brota de esos ojos tan hermosos
y rueda hasta los labios casi siempre.

El viejo corazón está cansado
de música, jaranas y placeres,
él tiene cicatrices bien marcadas
producto de mentiras en sus sienes.

Hay una sensación de decadencia,
se cuenta que las olas van y vienen,
que suenan en las tascas las canciones
de boca de marinos incipientes.

Aún vibra el corazón apasionado
y lo hace recordando atardeceres,
momentos que renuevan su nostalgia
haciendo que su sangre se renueve.

Parece que en los cielos hay estrellas
brillando cual luciérnagas celestes,
y entonces desde el fondo de la noche
suspiran unos ángeles silentes.

Susurran los cipreses de la plaza
llegando al corazón voces y preces,
la eterna letanía de los hombres,
surgida con la brisa y el nordeste.

"...Aún siente el corazón aquel anciano
que busca en sus bolsillos los papeles,
la carta sin membrete ni remite
llegada hasta sus manos un septiembre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/05/11

sábado, 21 de mayo de 2011

HE PERDIDO, SE DIJO ENTRISTECIDO...


He perdido, se dijo entristecido,
lo más lindo y hermoso que yo amaba,
aquel lazo de seda transparente
que anudaba sus manos y su alma.

He perdido los sueños de colores
con los Elfos, Sirenas y las Hadas,
y ese mundo de ensueño y fantasía
que viví tan de cerca en una infancia.

He perdido el abrazo del nordeste
y en la brisa, los besos que enviaba,
con suspiros venidos de muy lejos
de una tierra curtida y castellana.

He perdido, se dijo nuevamente,
la alegría de verme en tu mirada,
de leer y escanciar en tus pupilas
esos versos y letras sin palabras.

He perdido y me siento derrotado,
eso dijo el guerrero en su batalla,
y mirando sus armas y sus ropas
de sus ojos salieron unas lágrimas.

He perdido, lo sé, y soy consciente,
ahora miro y te busco entre la nada,
pero encuentro la bruma oscura y negra
en respuesta, tal vez, a mis plegarias.

He perdido la rosa más preciosa
que temblando, sus pétalos mostraba,
y también ese vuelo sugerente
que marcaba la alondra con sus alas.

He perdido, gritaba en un susurro,
la ilusión de mirar desde la playa
a las olas que llegan perezosas
con sus rizos de espuma plateada.

He perdido el latido de tu pecho
y la sangre corriendo como lava,
del volcán que estallando, se estremece,
y que brota sin más de las entrañas.

He perdido a la música sin nombre
y a la voz que paciente susurraba,
unos versos hilados de un poema
en un canto de amor y de esperanza...

...Pero no lograrán lo que persiguen,
nuestro hombre le dijo a la distancia,
porque siempre amaré, hasta la muerte,
al Amor de mi vida y de mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/05/11

viernes, 20 de mayo de 2011

EL TIEMPO PASA Y NADA DICE...


El tiempo pasa y nada dice,
a pesar que le pregunto cada día
por tu nombre...


Sólo el silencio por respuesta,
sólo el vacío y un recuerdo,
sin igual de tu mirada.


Hay un eco que se añora,
un suspiro que se pide,
un gemido que se escapa...


Y me quedo abrazándote en la noche
mirando a las estrellas,
con los ojos cerrados
y musitando tu nombre...


¡Sin palabras Amor,
sin palabras...!


Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/11

QUIZÁS DEBÍ DECIRTE QUE TE AMABA...



Quizás debí decirte que te amaba
arriesgando a perderte como un río,
pero quedé callado y nada dije,
y las aguas marcharon con sigilo.

Yo me quedé en silencio y sin palabras,
y volaste llevando tu cariño
hacia las tierras grises y remotas
donde el ciprés se asocia con los lirios.

Ahora, que recuerdo aquel momento,
mi corazón de abril lanza un suspiro,
me dice que los sueños son los sueños,
y que en la realidad está el camino.

Quizás debí luchar y hablar entonces,
pero callé y perdí lo más querido,
la estela luminosa de tus ojos,
la eterna sensación de tu cariño.

Nadar en la corriente de los sueños
es el mundo de locos y de niños,
y entonces le pregunto a las estrellas
¿dónde están los dioses del Olimpo?.

¿Dónde las mariposas de colores?,
¿en qué lugar están los enanitos?,
¿existen las sirenas de las playas?,
y las hadas, ¿en dónde su camino?

...No tengo las respuestas para tanto,
por qué soñé y amé y sé que existo,
aunque ahora me ofrezcan muchas dudas,
el no decirte Amor lo que he sentido.

No es bueno recurrir a los recuerdos,
y tratar de olvidarlos con el vino,
el néctar del pasado, siendo hermoso,
carcome y entristece sin un grito.

Sólo puedo llorar, soñar si acaso,
limpiar las telarañas de los libros,
dejar en los estantes colocados
la fila de recuerdos consumidos.

"...Quizás debí decirte que te amaba,
pero nada importa, todo está escrito,
atrás se olvidarán tantos momentos
quedando aquí un corazón herido..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/11

jueves, 19 de mayo de 2011

VOY A SEGUIR CONTANDO MARGARITAS...


Voy a seguir contando margaritas
en la pradera inmensa de la nada,
luego me volvería paso a paso
hasta la sombra fiel de la cabaña.

Allí te esperaría, amor sin nombre,
mi eterna primavera renovada,
con esa sensación indefinible,
que llega con las flores a las almas.

Quisiera caminar por la campiña
descalzo, tras tus huellas y pisadas,
buscando entre los surcos tan difusos
los pétalos llegados con el alba.

Quizás encontraría alguna frente,
cubierta de sudor ante la azada,
tratando de arrancar el alimento
nacido de la tierra en sus entrañas.

Es fácil que cansado de seguirte
el sol me persiguiera hasta la casa,
y allí se detuviera simplemente
en el dintel y el porche que la guarda.

Entonces buscaría el blando asiento,
el vino tan fresquito de la jarra,
y puede que pensara en tu retorno
mi bella primavera tan soñada.

Más queda por delante mucho tiempo,
minutos fervorosos sin palabras,
momentos contemplando a las estrellas
y ratos de paseo entre las jaras.

No digas que ese sueño es muy lejano,
contar las margaritas y sumarlas,
la linda primavera está muy cerca
tan cerca que sin ella algo me falta.

Me falta el corazón tan desbocado
latiendo y consumiendo su llamada,
la savia de ese néctar tan sagrado,
la sangre por mis venas roja y clara.

"...Voy a seguir cortando margaritas,
tras contar una a una en la mañana,
para dejar allí, en la pradera
las flores ya marchitas y olvidadas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/11

miércoles, 18 de mayo de 2011

UN SUSPIRO SIMPLEMENTE...


Te oí decir que era un día malo
y te miré a los ojos, en silencio.
Mirabas a lo lejos, al vacío,
buscando más allá de las pestañas
la causa del suspiro de tus labios.


De pronto sonreíste en un segundo,
pero vi que era forzada tu sonrisa
y el chispido que salía de tu boca,
un trocito del cielo de tu alma
que asomaba en un quejido,
vacilante y trotamundos a la vida.


Yo miraba, y te miraba
más allá de tu figura,
miraba a ese rostro ahora serio,
a tus manos rodeándole y tocando tus mejillas,
a tus ojos sin la gracia y el calor
de tantas noches...


Y entonces vi la chispa aquella,
el faro balbuceante que buscabas,
la nube que pasaba por los cielos,
la voz estrangulada de tu pecho,
la sombra que llegaba hasta tu cara
y la abrazaba entre sus gasas
y negrura...


Pero tú, nerviosa y pensativa,
tenías en tus labios la palabra,
tenías ese grito que pugnaba
por salir en esa noche,
tenías el latido de tu pecho congelado,
tenías a tus dedos que rozaban
a tus labios deseosos de caricias
de unos besos informales,
pero llenos de pasión y de cariño.


Yo quise que rompieras el silencio,
y quise que la risa se asomara
en esos labios,
y quise que tu grito se escuchara
en mis oídos,
y quise que tu voz a mi llegara...


Te pregunté que qué pasaba,
(o no fue así, -ya no recuerdo-)
y me dijiste que tu cuerpo estaba enfermo,
que no tenías ganas de hacer nada,
que llevabas sin comer desde un gran rato.


Me contaste una historia,
que es tu historia,
y me hablaste de tu vida,
de tus ansias y apetitos,
de los dulces reprimidos,
de mil cosas diferentes
pero llenas de esos lazos tan cercanos
de tu tiempo
y de tus ratos.


...Entonces suspiré y tú también
me respondiste en un susurro;
suspiraste con tus labios ahora vivos,
sonrientes, ya con vida.
Sonreíste con tus ojos nuevamente
florecientes;
meneaste la cabeza en un gesto diferente,
alisaste tus cabellos y miraste
hacia mi lado.


Unos dedos juguetones,
secuestraron un cigarro entre sus dedos,
lo llevaron a tus labios,
lo encendiste y aspiraste ese humo concentrado,
y después de un corto rato
te tocaste la barbilla con tus dedos.


Un soplido salió presto de tus labios,
un soplido y un suspiro retenido,
un latido simplemente y seis palabras
en su seno:
"Te quiero mi Amor, te quiero".


Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/11

martes, 17 de mayo de 2011

TE AMÉ Y TE AMO, AMOR...


Te amé y te amo, Amor,
¿lo dudas?...


Entonces pregúntale
a tu corazón.
Él sabe la respuesta,
aunque te cueste aceptarla.


Amar, Amor, es algo simple,
es entregar y dar sin nada a cambio,
es suspirar un día por tus ojos,
es recordar tu voz en la distancia,
es esperar y amar, tan solo eso.


...Aunque nunca regreses
ni vuelvas la mirada hacia el pasado,
donde quedo solitario
y en silencio.


Te amé y te amo, Amor,
es lo que siento.


Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/11

ESTABA EN EL OTOÑO DE SU VIDA...


Estaba en el otoño de su vida
sacando verso a verso sus poemas,
las hojas le caían en las manos
y ellas daban vida con sus letras.

Sabía que su tiempo se acababa,
que el tren de la partida estaba cerca,
y en él se marcharía hacia lo eterno,
a un mundo sin distancias ni fronteras.

A un mundo de quietud y de templanza,
allí donde la brisa no se inquieta,
ni surgen resquemores ni pasiones,
ni late el corazón con tanta fuerza.

Pero ahora que el adiós ya se acercaba
podía describir, como un poeta,
las horas y minutos transcurridos,
buscando entre la niebla a su princesa.

Podía deletrear cada palabra
salida de la sangre de sus venas,
lo mismo que el latido de su pecho,
de noche, saludando a las estrellas.

Podía confesar, sin ser pecado,
haberse enamorado, sin reservas,
de un cuerpo juvenil, lindo y amable,
surgido entre las brumas y la niebla.

No importa si dijeron hace tiempo
que el cáliz de ese amor no te interesa,
ni importa si pensaron y acusaron
tachando de traición, sin tener pruebas.

Ahora, en el momento de partida
veía la botella medio llena,
veía los suspiros de aquel hombre
llorando por amor en una entrega.

Él nada le pidió, no era correcto,
quería solo amar sin nada en prenda,
quería las miradas sin palabras
y el libro y corazón tras de esas cejas.

Más todo son recuerdos simplemente,
adagios de un poema que comienza,
los sones repetidos de una música
que surge de la pluma a la libreta.

"...Estaba en el otoño de su vida
segando y hacinando su cosecha,
las hojas con sus risas y sus lágrimas,
irían en el viaje en su maleta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/11

BUSCABA EN LA PANTALLA LA RESPUESTA...


Buscaba en la pantalla la respuesta
los años tan felices de su infancia,
buscaba como buscan los inquietos,
con fé, con devoción y confianza.

Los buenos persiguiendo, tras los malos,
la joya del amor que les robaran,
los niños tras los sueños infinitos
en busca de princesas encantadas.

Más todo se quedó en aquel espacio
y el cine despertó con telarañas,
un día sin saber cómo ni cuándo,
en medio del silencio de las salas.

Aquellos escenarios tan grandiosos,
los patios tan repletos de butacas,
las luces que guiaron tantos pasos,
linternas hoy dormidas y olvidadas.

Y atrás, en un rincón muy apreciado,
estaban los asientos con su marca,
testigos de minutos prolongados,
de besos y caricias sin palabras.

Recuerda aquellos ratos del pasado
mirando fijamente la pantalla,
sintiendo entre las manos otra mano
y un pulso acelerado que temblaba.

El cine era la excusa más perfecta,
la perla del domingo y la jornada,
el rato en que podías encontrarte
a solas, con tu novia cara a cara.

Allí se concentraban los suspiros,
susurros y las frases tan veladas,
caricias de unos dedos muy sutiles
en medio de disparos y de dramas.

Hoy todo está en silencio, y el olvido
es nota de un pasado que destaca,
quedaron esos cines enterrados
y en ellos se perdió tanta esperanza.

Los sueños se quedaron suspendidos,
también las mariposas encantadas,
la máquina del cine perdió vida
y todo quedó atrás, sin una lágrima.

"...Buscaba aquel poeta entre sus letras
la esencia tan sutil de tanta magia,
la eterna referencia de un pasado
vivido y ya olvidado, en la distancia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/05/11

domingo, 15 de mayo de 2011

TU SOMBRA...


Tu sombra alargada fabrica un poema,
mientras las estrellas se columpian
a tu lado.


La noche es precisa en fondo y en forma,
avanza despacio ajena a tu alma,
ajena al rocío que baja a tu paso.


Más no se detiene tu sombra preciosa,
se ondula, se gira,
al son de un piano.


Tu sombra alargada me canta y me ríe,
me dice mil cosas,
y escribe un: "te amo..."


Rafael Sánchez Ortega ©
15/05/11

ME VOY ATRÀS, A MIS RECUERDOS...


Me voy atrás, a mis recuerdos
y revuelvo ese armario irreverente.
No voy buscando nada,
miro y clasifico esos restos del pasado.
Allí está mi vida en esos días
ya lejanos,
en esa sucesión de primaveras
sin retorno,
en esa pleamar y su constante
que forma el calendario y la resaca.


Me veo ante el espejo de la vida,
me leo en los cuadernos desgastados,
percibo aquellos versos primerizos
y miro aquella letra tan nerviosa.
Allí naciste tú, bella ilusión,
amor sin nombre,
esencia de la vida sin fronteras.
Allí me secuestraste todo el alma
robándome el cariño y la ternura.


Y no me resistí, no fue posible,
tenías esa fuerza arrolladora,
que llega, que arrebata y apasiona,
que empuja hacia adelante día a día,
que avanza con su fuerza no visible,
que envuelve y que subyuga,
que acaricia, enamora y te atrapa,
te empuja y te lleva
hasta encontrarte cara a cara
con ese otro amor,
Amor con mayúsculas,
amor con nombre y con figura,
amor de sobresaltos y suspiros,
amor de mariposas venecianas,
amor que se apasiona en primavera
y que sestea en el verano,
amor de los poetas y los niños,
amor por unos labios temblorosos
y amor por esa voz, que de los mismos
va surgiendo, lentamente,
mientras recitas un poema.


Hoy sigo revolviendo en mis recuerdos
y veo tu figura de gitana cantando y sonriendo.
Te veo a través de la ventana
contándome mil cosas.
Tus ojos absorventes,
tu escote pronunciado,
tus manos como imanes,
tus dedos que acarician
los pliegues de mi alma.


Y de pronto me hablas de un poeta y,
recitas unos versos de García Montero:


"...Tiéndete junto a mí. Despierta en la memoria
esa inquietud que guardan los que acaban de amarse..."


y yo ensimismado, te abrazo como un niño,
me tiendo junto a ti, me duermo en tu memoria
y no quiero despertarme.
Te digo que te quiero, te digo que te amo,
y tú, con tus ojitos de avellana,
asientes con un gesto, me pides que me duerma,
que siga en mi silencio
y que te ame sin palabras...


Por eso duele tanto volver a los recuerdos,
por eso yo no quiero el viento del nordeste
en mi ventana,
por eso simplemente yo rezo al invisible
Amor de los amores y, le pìdo para ti,
unos rayos de ternura,
una manta de estrellas que te cubra
y ese beso, tan sincero de sus ojos,
con cariño y con la paz que te deseo,
y el amor, sólo el amor que necesitas,
porque tus ojos tienen frío, bella niña,
y se te empañan,
y no quiero la lluvia en los cristales
de tu alma.


Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/11

sábado, 14 de mayo de 2011

NO AMARTE ES ALGO QUE NO ENTIENDO...


No amarte es algo que no entiendo,
es como negar una evidencia,
la de decir al corazón que nada siente,
que todo es calentura
y fruto de unos sueños,
que ese nombre que susurras
y la cara que tú buscas,
sólo es música celeste
y el producto de una mente enfebrecida,
y desecha en mil pedazos,
por razones que se escapan
a la lógica del alma.


No amarte es reconocer que he fracasado,
es asumir la culpa y el pecado
de soñar en demasía,
de elevarme de la tierra hasta los cielos
intentando allí llevarte,
subirte hasta las nubes,
enseñarte las montañas y los lagos,
los campos tan dorados de tu tierra,
el mar inmenso de mi costa,
las dulces mariposa de mi pecho,
la música del cierzo y el nordeste,
la torre y las cigüeñas de tu pueblo,
la iglesia señorial donde yo vivo
y tantas cosas más que se me olvidan...


Pero quererte Amor, es tan sencillo,
es simplemente quedar aquí, esperando,
secando las lágrimas saladas,
restañando las heridas de mi pecho,
soñando como un niño nuevamente,
soñando en ese mundo de los cuerdos
donde habitan los jóvenes amantes,
las almas tan sensibles,
las Hadas y los Elfos,
y en las noches un poeta, caminando
por la playa, buscando las sirenas...


Yo quiero ese sueño de colores,
esa alegre fantasía de hace tiempo,
el latido presuroso de mi pecho,
el amar y amarte, Amor, sin pedir nada,
en silencio y sin palabras,
aunque tenga que mirarte de reojo,
aunque tenga que aguantarme los suspiros,
aunque tenga que llorar con las estrellas,
aunque tenga que esperar otros mil años
a que pases a mi lado
y me ofrezcas tu sonrisa...


Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/11

TE EXTRAÑO...


Te extraño...


Aunque nada te diga,
aunque sé que lo sabes,
aunque sé que lo sientes,
porque busco tus paso,
porque sueño contigo,
porque lloro en silencio...


Más la vida prosigue
y restaño unas lágrimas.


Unas gotas de lluvia
han venido en la tarde,
han rozado mi cara
en un beso sin labios,
sin pintura y sin nada.


Te extraño...


Y trato de consolarme con mis letras,
pero los versos no salen,
las palabras se quedan congeladas
en la boca,
las manos me tiemblan,
los dedos no quieren, se niegan,
no entienden que escriba y no te diga
lo que siento...


"Te extraño, Amor, te extraño..."


Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/11

viernes, 13 de mayo de 2011

HE VUELTO HASTA LOS ÚLTIMOS ACORDES...


He vuelto hasta los últimos acordes
para escuchar la música y el viento
y así dejar el alma estremecerse
por la cortina gris que oculta el suelo.

Cierro los ojos, sobran las palabras,
te quiero a ti, mi Amor, solo sé eso,
te quiero como a nadie yo he querido
y ansío tus caricias y tus besos.

Ya sé que mis palabras son un grito
y que tras ellas solamente un sueño,
un sueño que me lleva a tu figura,
y a la voz temblorosa que yo anhelo.

Pero sigo las notas que me dicta
el pentagrama gris, desde los cielos,
con esos labios de gentil ternura
que emiten esta música y sus versos.

Yo quiero perseguirla con mis manos,
seguir su linda estela ya sin miedo,
para dormir allí, cerca de ella,
en un rincón, temblando junto al fuego.

Allí suspirarán con mis poemas
los versos de aquel niño entre sus juegos,
y le hablaré a la música sin nombre
del joven que escribía tantos cuentos.

Del joven soñador que en otras fechas
creía en el Amor, como algo eterno,
soñando con princesas y sirenas
y en un hogar ganado con su esfuerzo.

Y le hablaré también de aquel poema
oído de tus labios en silencio,
y le hablaré de un pecho estremecido
latiendo como un niño de colegio.

Porque te amé, Amor, en esa música,
en ese torbellino de deseos,
en ese carrusel y fantasía
creado con pasión y sufrimiento.

Más tienes que partir para otras tierras,
te vas con esas notas que yo aprecio,
te vas con esa música sin nombre
nacida de unos labios que venero.

"...Por eso yo me vuelvo a tus acordes
para escuchar los últimos lamentos,
la eterna melodía de mi música,
aquella que yo amo y que yo quiero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/11

EL MUNDO NO SE ACABA...


El mundo no se acaba,
y tú lo sabes.


No importa lo que piensen,
no importa lo que digan,
no importa lo que hablen...


Importa lo que sientas,
importa lo que sueñes,
importa lo que ansíes,
importas tú,
y lo sabes...


Levanta la mirada nuevamente,
enjuágate las lágrimas.
Hay niños que caminan
y hombres que trabajan.


Los pájaros sonríen
no empañes hoy su canto,
quizás en la distancia
las olas se levantan
y en ellas vengan flores
de paz,
con esperanza...


Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/11

HOY CAMINO Y TE BUSCO...


Hoy camino y te busco,
miro hacia adelante y no te veo,
grito tu nombre y siento rabia...


Pero no estás,
nadie se vuelve a mi mirada,
nadie contesta a mis gritos,
nadie...


Al final cae la noche y me envuelve,
todo es oscuridad y nada veo,
ya no sé qué busco,
ni siquiera sé quien soy,
pero alguien pronuncia mi nombre...


Me vuelvo y te veo.
Tiemblo, pues no te esperaba.
Has venido pronto,
aún no estoy preparado.
Pero tengo que partir, ¡lo sé!,
es la hora...


Adiós amigos míos, mar, tierra, cielo,
adiós a todos...


Versos y poemas, salidos de mi pluma,
¡llevadme con vosotros!


Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/11

A VECES NOS NEGAMOS LO EVIDENTE...


A veces nos negamos lo evidente,
decimos de lo blanco que es el negro,
que vuelan mariposas por los mares
que surcan los navíos los alberos.

Decimos que no estamos muy cansados
y vamos ya vencidos por el sueño,
decimos que no importa si me insultas
y ruedan nuestras lágrimas al suelo.

La vida es una eterna paradoja,
que pasa y que vivimos al momento,
a veces nos obligan a mentirnos
y otras nos mentimos sin quererlo.

Yo nunca negaré a quien he amado
y sí resistiré seguir queriendo,
amar al corazón y amar de frente
es algo que me acerca hasta mis sueños.

Como hombre racional sé muchas cosas
y otras las entiendo y las comprendo,
entiendo que el amor es de dos partes
que se aman y comparten sentimientos.

Comprendo, sin embargo, al ser romántico,
que ama lo imposible, sin saberlo,
comprendo al corazón que va gritando
y vive la utopía de lo eterno.

Pero esta realidad, tan evidente,
la quiebran los poetas con sus versos,
en ellos van buscando la esperanza
que llegue hasta unos labios con un beso.

No importa que la bruma sea densa,
ni importa la evidencia de los ciegos,
un tierno corazón grita ese nombre
que el mismo le es devuelto por el eco.

Pero es la soledad, su compañía,
la eterna compañera de su duelo,
con ella se terminan las promesas
y empiezan realidades sin complejos.

"...A veces nos negamos lo evidente
tratando de escapar a nuestro infierno,
creamos unos mundos de colores,
nosotros, perdedores, sin remedio..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/11

miércoles, 11 de mayo de 2011

CUANDO TE VEO Y TE MIRO...


Cuando te veo y te miro
algo pasa y me estremezco,
algo que no tiene nombre,
ni sonrisa, ni lamento.

Sólo sé que algo me pasa,
algo dulce y algo tierno.
Sé que mi alma despierta
para decir lo que siento.

Quiero mirar tu sonrisa,
quiero tocar tus cabellos,
quiero sentir el susurro
de tus labios y tus besos.

Pero quiero la mirada
de tus ojos tan serenos,
y los sueños que dormitan
en tu alma en dulce lecho.

Si te miro es porque estás,
en mi alma y muy adentro,
vas conmigo de la mano
sin preguntas y en silencio.

Porque tienes un mirar
que yo ansío y que deseo,
y que dejan en tus ojos
las palabras que yo anhelo.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/11

CUANDO TE VEO...



Cuando te veo
algo pasa y me estremezco,
algo que no tiene nombre,
ni sonrisa, ni lamento.

Sólo sé que algo me pasa,
algo dulce y algo tierno.
Sé que mi alma despierta
para decirte: "te quiero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/11

ES CIERTO, TENÍA QUE ESCRIBIRTE...


Para ti, C... (Conchi)

Es cierto, tenía pendiente de escribirte
y quería hacerlo así,
despacito y en silencio.
Sin nadie que nos molestara
ni nos interrumpiera,
aunque la verdad es que nunca
nadie nos ha interrumpido,
a pesar de que tú permanecías calladita
en aquellos monólogos interminables de mi parte.
Pero también te he escuchado muchas veces.
Esas en las que me hablabas de ti,
de tus cosas habituales,
de tus andanzas,
de las personas que te rodeaban y, sobre todo,
me has hablado con tu silencio.


Porque es cierto que es así,
que en esas charlas sin palabras,
en esos instantes mágicos e interminables,
es donde nos hemos visto y encontrado.


Allí te has puesto cómoda mientras te hablaba.
A veces, te estirabas y ahogabas un bostezo.
Yo sé que te dormían mis palabras
y que ellas te abrumaban
mientras yo seguía hablando y hablando,
en ese diálogo interminable.


Quizás estoy dando vueltas, entre mis dedos,
a esta pieza de juguete de un mecano,
mientras pienso qué te voy a decir ahora
que no sepas,
que no tengas ya en la mente
y te sonrías al leerme,
porque sé que tú me conoces bien
y sabes lo que pienso y lo que siento,
aunque quizás estés deseando oírlo de mis labios,
escucharlo en las palabras que salgan de mi boca
y leerlo en mis pupilas silenciosas.


Así que dejaré la pieza del mecano
en la repisa de la ventana,
tomaré tus manos en mis manos
y te miraré a los ojos.
Quiero ver en ellos el brillo de tu alma,
quiero sentir el latir de tu corazón,
quiero notar ese deseo en la punta de tus labios,
quiero sentirte gritar y pedir que te abrace,
que te diga que te quiero,
que te susurre al oído que te amo.


Porque eso es lo que quiero decirte,
lo que te quiero ofrecer,
lo que te quiero dar ahora,
aunque luego te enfades
y aunque más tarde me evites y me cierres
la puerta y la ventana,
como una niña gruñona,
porque en el fondo quiero romper el miedo de tu alma,
quiero saciar la sed de tus sentidos,
quiero hacer que sueñes y que vivas,
que sientas el latido de tu pecho
acelerarse con el viento y con la brisa,
que busques a la lluvia en primavera
y a la nieve en el invierno
y quieras y ansíes a las olas de los mares
y a los trigos en los campos de castilla.


Pero también quiero llevarte
la música a los labios,
la eterna melodía de la paz de los sentidos,
la bella mariposa que venga hasta tus manos,
el beso y la caricia de las fuentes,
el llanto interminable de los ríos,
el lecho inmaculado de las hojas en otoño.


...Porque quiero repetirte, sin descanso,
que te quiero y que te amo.
Que no importa, ni me importa, lo que pienses.
Aunque creas que estoy loco,
aunque mires a otro lado,
aunque evites mi mirada
y aunque creas que te acoso.


Después de este momento no habrá otro,
porque hasta ahora te contaba y me contabas
muchas cosas en silencio,
pero ahora ya lo sabes.


He abierto con las letras mi costado,
he hablado y te he contado todo aquello
que guardaba.
Ahora sabes lo que pienso y lo que siento,
aunque sé que tú ya lo sabías,
que intuías todo esto con tu miedo,
con tus dudas, con tus nervios.


...Dejaré que tú te duermas nuevamente,
dejaré que todo pase.
Que se aplaquen las galernas de las almas,
que se duerman las pasiones y sentidos.
Dejaré que el tiempo marche,
con mi vida, hacia la nada
y si me evitas, si te alejas,
quedaré con mis recuerdos añorando tu figura,
y tu presencia,
tu peluche de gitana
y esos ojos tan divinos
que yo quiero y que yo adoro.


Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/11