Retendré para siempre en las pupilas
la alegría robada de tu rostro,
el latido que brota de las sienes
con el néctar y el verso de tus ojos,
buscaré por el mundo los caminos
que me lleven, de un modo silencioso,
al lugar de los sueños añorado
para estar con los elfos y los gnomos,
y una vez que yo encuentre el paraíso
volveré a tomarte por los hombros,
a sentir como vuelves a la vida
y renacen tus sueños poco a poco,
porque quiero que vivas y que sientas,
y que ames, llenándote de asombro,
a este mundo que abraza y estremece
aunque tenga ese fondo misterioso...
Pararé el tic-tac de los relojes
con sonido profundo y religioso,
para hacer esos cambios necesarios
que nos llenen de brisas el otoño,
y estaré preocupado por tu risa
intentando que el labio tembloroso
deje en él esa curva sinuosa
con la flor de los besos del arroyo,
y es que quiero sentir en tu costado
el latido precioso del agosto,
del verano inclemente de la vida
y el suspiro que emane cariñoso,
porque tú eres, sencilla mariposa,
en mis labios el vuelo y ese soplo,
que musita tu nombre tenuemente
y que el viento, recoge con asombro...
"...Quedará, para siempre en mis pupilas,
aquel verso formado por nosotros,
al juntarse tus labios y mis labios
en un beso, sincero, de dos locos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/20