Van pasando los días lentamente,
y se acerca la eterna primavera,
el invierno parece que se acaba
entre lluvias y vientos que regresan,
y es que marzo se muestra generoso
ofreciendo regalos y quimeras
de un invierno templado y soportable
y un preludio de encanto y de sorpresas,
así surgen las flores en el campo
y también golondrinas que regresan
y hasta el agua que llevan los arroyos,
deja encanto con gracia y sutileza,
es difícil sentirse indiferente
e ignorar lo que viene hasta tu puerta,
esa magia de días y de luces,
con la gracia sutil de las praderas...
Hago un alto, paciente, en el camino,
y me seco el sudor de la cabeza,
a la vez que contemplo el horizonte
con las casas queridas de la aldea,
y es allí donde quiero refugiarme,
encontrar esa casa y esa meta,
donde pueda calmar mis emociones
al sentir los latidos de la tierra,
porque sé que los días van pasando
y la hora de partir está más cerca,
aunque vea de cerca tu sonrisa
con el beso sincero que me dejas,
lucharé con mis manos por tenerte
y lograr simplemente que me quieras,
ya que intento decirte que mi vida
es el verso y fragmento de un poema...
"...Van pasando los días, sin retorno,
y con ellos las páginas dispersas
de un poema surgido de la vida
y que tú me entregaste: ¡Primavera...!"
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/19