viernes, 30 de abril de 2010

SILBA EL VIENTO


Silba el viento
y suenan los cristales;
pasa la noche,
pasa el tiempo,
pasa la vida simplemente
como una sinfonía inacabada,
un crescendo en movimiento,
dirigido por la mano divina
mezclando sinfonías espectrales,
susurros invisibles
con nubes que ahora pasan.

Me dirigo hacia ese viento
que no veo,
a la fuerza inalcanzable
que me besa,
que me roza,
que acaricia mi cabello,
que penetra por los poros
de mi cuerpo,
que me dice mil susurros
que no entiendo,
y le pido simplemente
que me hable con palabras
que me lleguen al oído,
que me muestre lo que oculta
tras la fuerza que demuestra,
produciendo esos gemidos,
esos gritos en la noche.

Quiero ver si son sus lágrimas,
si es el llanto
lo que corre por su cara,
si es el miedo
el que atenaza sus sentidos.

Silba el viento y no lo veo.

Sólo sé que me domina,
que me embriaga,
que me excita,
que me lleva hasta su mundo de locura,
y que hace de mi vida
una simple interrogante,
una duda con preguntas
sin respuestas.

Silba el viento y en él busco,
como buscan los sedientos esa fuente,
como busca el peregrino la posada,
ó el mendigo esa dávida y limosna
a la entrada de la iglesia.

Silba el viento desgarrado del amor
y la tormenta se acelera por mi alma.

Tengo frío, tengo miedo,
tengo ganas de correr hacia la nada,
de buscar esa ilusiòn y fantasía
de dormirme sin palabras,
con la música que suena,
de entregarme a los placeres
más diversos,
de mirar por la ventana
y ver tu paso,
ver tu cara y ver tu rostro
dulce viento enamorado,
de mi vida,
de mi alma,
de mis sueños.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/10

jueves, 29 de abril de 2010

SE APAGAN LAS LUCES

Se apagan las luces
del viejo castillo,
la música suena
se beben los vinos,
se baila se ríe,
se dan dos pasitos,
los labios se juntan
y dan un silbido.

Allí, junto al lago
cantaban los grillos,
quizás murmuraban
estando dormidos,
quizás las alondras
cuidaban sus nidos,
espera que espera
que nazca el pollito.

Un hombre muy joven,
quizás un marino,
pasea despacio
fumando un pitillo,
sus pasos lo llevan
a un viejo navío,
sin velas ni jarcias
del muelle dormido.

Allí se detiene,
respira tranquilo,
la brisa lo besa,
lo trata con mimo,
sus sienes de plata
ya lucen con brillo,
los baña la luna
de luz de platino.

Atrás, en su casa,
quedaron los niños,
la esposa abnegada
soñando caminos,
pidiendo que vuelva
del mar al que ha ido,
el hombre abnegado,
paciente y sencillo.

El faro en la costa
alumbra muy fino,
la barra del puerto
con rayo ladino,
espera que salga
la barca con rítmo,
la recia trainera
sin miedo al peligro.

Ya quedan dos largos
del mar tan temido,
se aprietan los dientes,
se ocultan los gritos,
se reza en silencio
a la Virgen y El Niño,
es una costumbre,
quizás un cumplido.

Se quitan la boina,
revuelven anillos,
sus rezos se elevan
al cielo infinito,
se sientan mas tarde,
remando con brío,
ya van a los mares
los rudos marinos.

Aquí en San Vicente
confluyen dos ríos,
dos almas que llegan
de tiempos distintos,
el mar las espera,
comparten sus ritos,
sirena y salitre
con puentes altivos.

Allá en la distancia,
el mar tan temido,
entona canciones
y da sus chasquidos
espera a los hombres
que van a su sino
con recio uniforme
de azules vestidos.

...Se apagan las luces
del viejo Castillo,
se encienden las almas
y doy un suspiro,
aquí en La Barquera
me encuentro escondido,
rezando a la Virgen,
trazando este escrito.

La Salve me sale
del pecho contrito,
y pido por ellos,
los bravos marinos,
la esposa que duerme,
los niños chiquitos,
por tantos y tantos
que son mis vecinos.

Rafael Sánchez Ortega ©
29/04/10

miércoles, 28 de abril de 2010

AL PASAR POR EL CIELO LAS GAVIOTAS


Al pasar por el cielo las gaviotas
dejaban con sus alas un mensaje,
decían muchas cosas en su vuelo
hablando con las olas y los mares.

Contaban las historias a los niños,
aquellas que ofrecieron a sus padres,
llevando con su ingenio la sorpresa
a niños y mayores en la tarde.

Narraban las leyendas de marinos
pescando, mar allende, por los mares,
luchando con tormentas y borrascas
en medio de furiosos huracanes.

Hablaban en su charla sin palabras,
a jóvenes que ahora son amantes,
y aquellos escuchaban en silencio,
relatos con ribetes de romances.

...De pronto, estremecido, sentí pasos,
venían desde el fondo de la calle,
no eran las gaviotas en su vuelo,
tampoco marineros a sus naves.

Los pasos se acercaban invisibles,
sin ver a la figura que los calce,
no había más allá de las tinieblas,
gaviotas ni impacientes alcatraces.

Había simplemente ese sonido,
el dulce taconeo con raigambre,
llegando lentamente hasta mi lado
sin música de fondo ni equipaje.

Por eso las gaviotas se marchaban,
deprisa, por llegar a nuestro baile,
el baile de los valses y los versos
el sueño de los locos inmortales.

Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/10

martes, 27 de abril de 2010

VOY A PEDIR AL VIENTO QUE ME DEJE

Voy a pedir al viento que me deje
marchar con él buscando tu figura,
visitaré las tierras sin fronteras
para llegar si puedo hasta la luna.

Me vestiré de gala si es preciso,
y dejarè en las sombras mi armadura,
quiero llegar a ti, sencillamente,
para mirar tus ojos ya sin dudas.

Quiero sentir la brisa de tus labios,
quiero bailar contigo en la laguna;
se pararán, sin duda, los relojes,
la noche llegará con su frescura.

Voy a pedir al viento sus caricias
para acercarme a ti, junto a la bruma,
y besaré tu cuerpo dulcemente,
mientras mis dedos firmes te dibujan.

Y escribiré en tu cuerpo este poema,
esta canción de risas y de angustias,
con esos versos temblorosos, mios,
que nacen con amor y sin lujuria.

Porque el amor, amor... es todo esto,
es alejar del alma la basura,
es conjugar la vida con los sueños
para encontrar el cielo sin excusa.

Voy a pedir al viento que te bese
aunque sea de forma inoportuna,
y que embriague tu alma y tus sentidos,
llenándote de gracia y de dulzura.

Porque al final no pido para mi,
pido seguir el vuelo de la pluma
quiero volar, deprisa, tras tu pasos,
para saciar tu sed y mi cordura.

Quiero sentir el tierno escalofrío,
y con él recibir esa burbuja,
el conjunto de globos y colores
que se mezclen contigo y se confundan.

...Voy a pedir al viento que me deje
marchar al mar en busca de la espuma
y encontraré en las algas y corales
el sueño y la razón de mi locura.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/04/10

lunes, 26 de abril de 2010

ESCUCHABA EL SONIDO DE LAS RAMAS

Escuchaba el sonido de las ramas
mientras eran besadas por el viento,
una niebla con fuerza las cubría,
con un halo de sombra y de misterio.

Parecían criaturas despertando
y volviendo a la vida tras el sueño,
unas lágrimas caían de sus hojas
en las gotas dejadas por el suelo.

Presentí que la vida estaba oculta,
más allá de las sombras y el silencio,
más allá de los sueños de los niños
y a pesar de las Hadas y los Elfos.

Y curioso busqué tras esas ramas
el misterio profundo de los cielos,
no pudiendo llegar hasta las nubes,
con su manto grisáceo y soñoliento.

Pero el viento llegó con gran sigilo,
y sopló con sus labios mi deseo,
consiguiendo rasgar aquellas nubes
y mostrarme la luz que tanto anhelo.

Susurraban los robles sin palabras
y las hayas sacaban sus secretos,
esperando que hablaran de la vida
en la Braña sagrada, nuestros tejos.

Y los tejos hablaron sin descanso,
nos contaron leyendas de guerreros,
y de hombres llegados de otras tierras,
a extraer de sus troncos el veneno.

Nos hablaron de lindas mariposas
y de bellas doncellas y mancebos,
que venían aquí para entregarse
y jurarse un amor por siempre eterno.

Es es entonces que llega ese sonido,
ese canto que vuelve con el eco,
el susurro quizás desesperando
con palabras de amores y te quieros.

Pero no, ya no hay sitio para ellas,
las palabras queridas ya se han muerto,
se han sumido en el pozo de las sombras
para ir a dormir a los infiernos.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/04/10

domingo, 25 de abril de 2010

ME ENTERÉ QUE LLEGABAS CON LA LLUVIA

Me enteré que llegabas con la lluvia
y corrí tembloroso hasta tu encuentro,
estabas empapada por el agua
que bajaba con ganas desde el cielo.

Recogí a tus manos con las mías
y cubrí a tus labios con mis besos,
para luego pasar hasta aquel cuarto
con la lumbre esperándonos, y el fuego.

Te quité muy despacio tu vestido,
lo dejé extendido por el suelo,
te cubrí con la manta muy caliente,
y tocaste mi cara con tus dedos.

Nos quedamos ausentes y pensando
en los días pasados del invierno,
los encuentros de aquella biblioteca,
las lecturas tan bellas del Liceo.

Pero luego volvimos al presente
a leer las pupilas sin esfuerzo,
y a buscar más allá de las miradas
la lectura precisa de los versos.

Y los versos venían a tus ojos
como llegan las olas hasta el puerto,
con la calma del mar verde azulado,
y la brisa que llega desde lejos.

Un suspiro dejaba tu mirada,
un latido diciéndome: "te quiero",
y mis versos salían dulcemente
a buscar la mirada que deseo.

Fue un instante fugaz, como una chispa,
y el abrazo surgió sin proponerlo,
nos dijimos mil cosas sin sentido
y dejamos que hablaran nuestros cuerpos.

Al final, silenciosos y cansados,
escuchamos la lluvia en el silencio,
que avisaba que ella es la culpable,
de aquel acto de amor y del momento.

...Me enteré que llegabas con la lluvia
y un temblor sacudió todo mi pecho,
deseaba abrazarte tiernamente
y secar con mis besos tus cabellos.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/10

sábado, 24 de abril de 2010

A PESAR DE LOS MIEDOS AL FRACASO

A pesar de los miedos al fracaso
acabó la lectura de la tarde,
y una brisa muy fresca y generosa
alivió nuestros cuerpos con su aire.

Atrás quedan los nervios contenidos
y los labios temblando por las frases,
en las bellas palabras tan rebeldes
rescatadas por ojos singulares.

Pasará mucho tiempo, hasta que olvide,
el momento preciso y el instante,
en que fuimos subiendo a la tribuna
y al atril que esperaba su mensaje.

Las cuartillas posamos en su seno
y apartamos los miedos un instante,
fue el momento quizás de nuestra dicha
de decir y contar lo que nos sale.

Porque al fin, los relatos y los versos,
son también, de nosotros, una parte,
una fibra sensible que dejamos
y el suspiro del alma que nos nace.

Uno a uno leemos los poemas
con la voz dulcemente vacilante,
y al final recibimos el aplauso,
la sonrisa y el gesto que nos hacen.

Nuestros pechos se sienten conmovidos,
y unas perlas, allende de los mares,
se perfilan también en las pupilas
y también nos reclaman esa parte.

Esa parte de elogio y de caricias,
que nos dan compañeros expectantes,
y con ellos nos llegan sus palabras
aplaudiendo este acto sin ambages.

Una hora ha durado la lectura,
y pudimos seguir un rato grande,
pero no, no quisimos aburrirles
prefiriendo que vuelvan otra tarde.

Al final hubo besos y sonrisas,
y guardamos recuerdos y saudades,
de esta hora pasada en la lectura
de este rato tan lindo y agradable.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/10

viernes, 23 de abril de 2010

UNA AGENDA ES UN NIDO DE RECUERDOS

Una agenda es un nido de recuerdos,
allí están esas notas de los días,
con las fechas alegres, consagradas,
y las otras de llanto reunidas.

Hay apuntes con nombres especiales,
direcciones de cartas y misivas,
y también ese día del invierno
en que fuisteis en Reyes, a la misa.

Sin embargo la agenda no es diario,
es quizás el cuaderno que te avisa,
la memoria que llevas en tu mano,
el aviso que tienes una cita.

Hay personas que hacen a la agenda
confidente de lágrimas y risas,
apuntando en la misma todo aquello
que es el centro y latido de su vida.

Hoy he visto una agenda abandonada,
apartada en la mesa, en una esquina,
una capa de polvo levemente
a sus tapas gastadas la cubría.

Sin querer la tomé entre mis manos,
y la abrí por la marca de su cinta,
una fecha marcaba el calendario,
y una frase muy bella entre comillas.

Era un quince de octubre simplemente,
y la frase: "te quiero vida mía",
al mirar esa fecha y las palabras
comprendí que la agenda estaba viva.

Que la vida no es tiempo que se pasa
y se deja perdida en las cuartillas,
es vivir cada día los momentos,
compartiendo dolores y alegrías.

Es amar más allá de la distancia,
de preguntas quizás incomprendidas,
es amar como ayer y como siempre
sacudiendo ese pecho que suspira.

Y también entregar las ilusiones,
es amar con el mar y con la brisa,
y es sentir el abrazo que deseas
con el beso tan dulce y las caricias.

Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/10

jueves, 22 de abril de 2010

EN EL ÚLTIMO SITIO DE LA FILA

En el último sitio de la fila
estaré esperando simplemente,
la mirada que venga hasta mis ojos
y tus pasos precisos y tan breves.

No sabía el horario del tranvía,
ni si había tampoco ese billete,
esa puerta marchando hacia el futuro,
donde el sol nos calienta y nunca llueve.

Ha sonado en la iglesia la campana,
desgranando la hora de las nueve,
uno a uno sonaron los latidos
del reloj que en la torre nos proteje.

Es la hora de ir hacia el destino
con el sol despertado que amanece,
y también de quitar las telarañas
y las lágrimas tristes de la fuente.

Los suspiros se quedan en el pecho
custodiando la sangre tan ardiente,
ese líquido rojo y tan preciado
que alimenta la vida desde siempre.

En el último sitio de la fila
esperaba mi turno muy paciente,
y pensaba también en el mañana
olvidando el pasado que se muere.

Una niebla del río va ascendiendo
con los grises y sombras sugerentes,
pero el sol rompe al fin la telaraña
enviando sus rayos tan alegres.

Es entonces que el pecho se desborda,
y que late de forma diferente,
es quizás cuando siente que en su vida
hay amor y personas que le quieren.

Unas manos dibujan en el cielo
y las nubes también se desvanecen,
las figuras de forma caprichosas,
son producto tan solo de la mente.

Pero tú soñador empedernido,
el viajero de cara sonriente,
dejarás estos versos en tu alma,
esperando los labios que los besen.

Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/10

miércoles, 21 de abril de 2010

ME VOY CON ESTE VIENTO DE MI TIERRA

Me voy con este viento de mi tierra
a seguir tras sus pasos por los mares,
y rozar a través de tu vestido
ese mundo de ensueños y paisajes.

Esas tierras cubiertas de leyendas
que se ven más allá de las ciudades,
ese polvo que cubre los caminos,
que remueven los pies del caminante.

Hay allí unas notas de nostalgia,
desprendidas de días y de tardes,
es la música suave de la vida,
es la oda y el canto que renacen.

Pero el viento invisible al que persigo,
es el fiero enemigo de las naves,
es la brisa que empieza en la mañana,
y el nordeste de tardes infernales.

Sin embargo no todo es negativo
y este viento nos deja las saudades,
ese tiempo vivido del pasado,
ese rato quizás inolvidable.

Me voy con el nordeste, que me lleva,
quizás entre las olas para el baile,
allí donde la música es sublime
sonando por doquier, en todas partes.

El vals es ese baile preferido,
lo danzan, con las olas, los corales,
girando sin descanso con las aguas,
latiendo corazones que renancen.

Hay bella maravilla de la vida,
renueva mis latidos y mi sangre,
no dejes que se apaguen esas llamas
el fuego con las brasas donde arden.

Ignoro muchas cosas de la misma,
y sueño como sueñan los moratales,
quizás con la inocencia de los niños,
que llevan la verdad por equipaje.

¡Ay tierno corazón!, no me abandones,
la vida y los suspiros son iguales,
se vienen y se van con el nordeste,
gritando nuestros nombres por las calles.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/10

PENSAR EN LAS PALABRAS

Me dicen y sugieren, que ahora piense
en algo nuevo;
en esa delicada fantasía,
de la "prenda íntima"
de un alma renovada.

Me estrujo y me devano la cabeza
en busca de respuesta,
es una "desesperación",
es una "huída",
es un "fragor" que estalla
y que se siente.

Me falta "expectativas" para ello
y el "tiempo" "no llegaba",
me faltaban los segundos tan precisos.
"Por dentro", se asomaba la "sorpresa",
y el "destino" buscaba su coraza.

Un alma con coraza, corazón,
"corazonana"...
repleta de "ilusiones", "amores" y "quimeras",
tan llena de "ideales" y "rutina"
que "nunca" alguien la "quiso" para si,
ni hacerla suya.

Los "credos" se quedaron en la calle,
lo "lúdico" entre globos de colores
y los niños "ultimando" sus proyectos
y "objetivos".

Y yo, querido amigo, aquí me tienes,
escribiendo como un loco,
desbocada mi "actitud", sin "desenfreno",
con el alma ya sin brida,
galopando por los campos
de la vida y de los sueños.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/10

ME VOY CON EL VACÍO ENTRE LAS MANOS

Me voy con el vacío entre las manos
y también con el alma dolorida,
se ahogan las palabras en el pecho,
quedando como perlas mortecinas.

Hay sombras que se ven por los caminos
y lunas estrelladas sin sonrisas,
hay vidrios y cristales por los suelos,
que cortan al viajero que transita.

Debemos caminar hacia adelante,
sin miedo, decididos y sin prisas,
sabiendo que aunque existan temporales
tras ellos llegan calmas y calimas.

Un día se nos rompen los proyectos,
se marchan simplemente de la vida,
se van hacia otros mundos siderales
volando hacia regiones infinitas.

Entonces nos quedamos pensativos
buscando la respuesta tan sencilla,
la eterna interrogante que devuelva
la paz que el alma ausente necesita.

Ya suenan los cohetes y la traca
estalla y nos enseña maravillas,
la dulce caracola de las luces,
colores que aparecen y palpitan.

Me voy, eso decía en el principio,
y marcho con el alma compungida,
me voy hacia los campos de lo eterno
allí donde los muertos resucitan.

No quiero que me lloren ni me recen,
si acaso que recuerden aquel día,
el mismo en que murieron tantos sueños
quemándome en el pecho aquella herida.

Me voy tras los caballos a otras tierras
en busca del nordeste y de la brisa,
no sé si mi partida es para siempre,
pues marcho con el alma dolorida.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/10

martes, 20 de abril de 2010

YA NO BUSCO CORONAS NI LAURELES



Ya no busco coronas ni laureles
ni tampoco la copa plateada,
aquel tiempo pasó, hace muchos años,
ahora busco el silencio con su calma.

Las coronas con hojas de laureles
se pudrieron en fangos y batallas,
los laureles quedaron marchitados
aunque ahogados quizás por tanta lágrima.

Se despiertan de noche las estrellas
enviando su brillo en la distancia,
ese dulce reflejo de sus ojos,
con la luz parpadeante que nos llama.

Es entonces que busco en el silencio
el rumor de recuerdos y nostalgias,
como llegan las olas dulcemente
a dormir perezosas en la playa.

Hay un eco de tiempos que reviven
y que llegan también con la resaca,
es la vida y su eterno bamboleo,
es la luz vacilante que se apaga.

Ya no corro por campos ni caminos,
ni persigo princesas encantadas,
los caminos están abandonados
las princesas, volando, van muy altas.

Me detengo en la paz de los sepulcros
y el silencio recojo de sus lápidas,
allí estan tantos sueños resumidos,
y también las cenizas y las lágrimas.

¡Cuánta nota perdida de la vida!,
¡cuánta paz da el silencio en su palabra!,
es por eso que abrazo ese silencio,
y la paz que me ofrece tan sagrada.

Y me duermo sin gloria ni laureles
escuchando el latido de mi alma,
y su eco retumba en el silencio
en un canto de amor y de esperanza.

Se terminan así las ilusiones
y comienza de nuevo otra jornada,
un suspiro de vida ilusionante,
y con él, el cariño que me falta.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/10

lunes, 19 de abril de 2010

UNA TARDE GRIS Y FRÍA...

Una barca que regresa,
unas olas en la playa,
ellas mecen los recuerdos
al compás de la resaca.

Una Virgen se pasea
con su manto azul de gala,
retornando a la capilla
mientras cantan las picayas.

Hoy es día de Folía
de verbena y de jarana,
pero es día de oraciones
y pedir por nuestras almas.

Esa Salve marinera
sube al cielo limpia y clara,
va hasta el brazo de la Virgen
a dejarle una plegaria.

Un Mozucu complaciente
nos ofrece su mirada,
sus manitas extendidas
a las nuestras traen la calma.

El regresa con la Virgen,
La Folía ya se acaba
va contento y complacido
a la ermita que lo aguarda.

Una tarde gris y fría,
con las nubes que pasaban,
me trajeron los recuerdos
de Folías ya lejanas.

Una brisa marinera
rezumaba la nostalgia,
de momentos del pasado,
de rincones y de estampas.

...Una tarde gris y fría,
él salía en su chalana,
con su ropa de marino
de Folía por la barra.

Un cigarro entre sus labios,
un susurro en la garganta,
canta el remo en el tolete
a la Virgen tan galana.

Atrás queda San Vicente,
La Barquera y La Cabaña,
La Barrera y El Castillo
y la Villa engalanada.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/10

sábado, 17 de abril de 2010

QUISE ROBAR A LA LUNA

Quise robar a la luna
esa blancura que guarda,
pero la luna coqueta
se deslizó sobre el agua.

Entonces vi su reflejo
y quise presto atraparla,
pero la bruma del lago
me la cubrió con su capa.

Fueron minutos eternos
los que buscó mi mirada,
tras la cortina de niebla
buscando esa luz tan blanca.

Porque su luz, que es eterna,
lleva blancura dorada
y hasta la nieve se funde
para besar las montañas.

Quise robar a la luna
un corazón sin nostalgia,
unos suspiros divinos
y una canción de esperanza.

Pero la luna menguante
ganas tenía de cama,
y sus ojitos tan lindos
con pena ya los cerraba.

Estaba el lago en silencio,
dormían quietas las barcas,
y la lunita lunera,
una canción musitaba.

Era el arrullo del viento
como una brisa preciada,
besos que van a la luna,
luna que busca mi alma.

Quise robar a la luna
ese rasgar de guitarras,
esa canción al silencio
y ese rumor de las plantas.

Pero la luna del cielo
era una luna gitana,
linda melena tenía,
blanca su faz y su cara.

Y me quedé fascinado,
con esa luna lejana,
con esos ojos preciosos
que mis pupilas buscaban.

Hubo un suspiro de nuevo,
era el rumor de una nana,
la que cantaba la luna
mientras mi cuerpo aneaba.

"...Quise robar a la luna,
pero la luna tan sabia,
llevó mi alma a su lado
y me quedé sin palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/10

viernes, 16 de abril de 2010

SE VAN SEMBRANDO CLAVELES

Se van sembrando claveles
a lo largo del camino,
se toman en primavera
y se dan a los amigos.

El clavel es una flor
que tiene gracia y estilo,
tiene perfume y fragancia
con unos pétalos finos.

¡Cuántas veces el clavel
permanece en el olvido!,
hasta que llega una mano
que lo lleva a su destino.

A ese pelo primoroso,
que se ondula con los rizos,
al escote sugerente
de ese borde del vestido.

Hay claveles en las bodas
y también en los bautizos,
hay claveles en las ramblas
que se unen a los libros.

Sin embargo, el sembrador,
siembra avena y siembra trigo,
y semillas de claveles
en jardines escondidos.

No hay jardín mas sugerente
que Castilla y sus castillos,
y allí crece entre la gleba
con la jara y los suspiros.

Los claveles toman forma,
van buscando el infinito,
ya se alzan a los cielos,
temblorosos, compungidos.

Han nacido de una mano
que los riega con cariño,
sembrador, así le llaman,
al paciente campesino.

Le legaron sus mayores
este encargo desde niño,
y lo cumple presuroso
a pesar del duro estío.

Los claveles son cortados
para ir hacia el Olimpo,
a unos labios ardorosos
que musitan un suspiro.

"Ay claveles tan hermosos,
tan cuidados y tan lindos
venid pronto hasta mi lado,
que estais llenos de cariño.

Venid pronto hasta mi alma
abrazándola con mimo,
que mi cuerpo tan cansado
quedará pronto dormido"

Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/10

jueves, 15 de abril de 2010

TU NOMBRE

He oído silbar al viento
y menear los balcones,
era un sonido precioso
como un lamento sin voces.

El viento pasa deprisa,
es invisible a los hombres,
pero nos deja sus besos
entre caricias y sones.

He visto pasar las nubes
con sus vestidos mejores,
con ese blanco tan lindo,
y con el gris que se pone.

Pero las nubes tan altas
cruzan los cielo sin noche,
van a otros mundos y tierras,
como pegasos veloces.

He oído de los ancianos
narrar leyendas feroces,
mientras sus ojos buscaban
mirando tras los balcones.

Quizás buscaban los días
y ese pasado del joven,
ese soñar sin sentido
temblando sus corazones.

He visto como los niños
juntan la arena en montones,
en esa playa dorada
donde las olas se esconden.

Cómo construyen castillos,
cómo levantan pasiones,
con su paciencia infinita
mientras el sol se recoge,

He oído voces y risas,
cantos de ricos y pobres,
pero quedaron perdidos
entre caminos y alcores.

Atrás quedaron palabras
cubiertas con ilusiones,
y ahora es el eco el que habla,
mientras musita tu nombre.

He visto como la brisa
pone tu pelo en desorden,
como acaricia tu cara
como tus poros recorre.

Cómo te besa los labios
entre silbido y acorde,
cómo a tus pies se arrodilla
y dá promesas y amores.

He oído silbar al viento
entre la encina y el roble,
y he visto en ellos grabados
tu nombre en dos corazones.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/10

miércoles, 14 de abril de 2010

NOTÉ LA BRISA FRESCA POR LA CARA

Noté la brisa fresca, por la cara,
y mi cuerpo sintió un escalofrío,
pasaba por delante de aquel río,
muy cerca del tomillo y de la jara.

Entonces recordé a la alquitara
durmiendo en el desván del caserío,
soñando con los meses del estío
y con el agua cristalina y clara.

Aquel agua era un líquido preciado.
era el néctar con sabor a embrujo,
que en mi tierra le llaman el orujo.

Más la brisa bebió de mi costado,
otro néctar sin uva ni fermento,
dejándome sus besos y su aliento.

Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/10

martes, 13 de abril de 2010

SENTIR LA SOLEDAD ES ALGO TRISTE

Sentir la soledad es algo triste
vivir la soledad es un infierno,
en medio de la misma está tu alma
yaciendo en la agonía del silencio.

No sabes si te vence la nostalgia,
los cardos que has tomado sin saberlo,
por rosas y por lirios florecidos
creciendo en primavera por los huertos.

No sabes distinguir las emociones,
ni sabes controlar los sentimientos,
te envuelve la neblina del pasado,
la bruma de momentos y recuerdos.

Ahora que te encuentras solitario,
las lágrimas te ruedan por el pecho,
tus ojos son fontanas cristalinas,
los labios el jardín de los deseos.

Llevaste los suspiros contenidos
al tibio borrador de tu cuaderno,
trazaste con tus manos esas letras,
palabras y gemidos en los versos.

Un vómito acudió hasta tu garganta,
sentistes una arcada y no de miedo,
notaste soledad por el vacío,
quizás por estar vivo y no ya muerto.

Son noches en que sobran las palabras,
se ahogan en el pozo de los ciegos,
se van por las letrinas y retretes
al mundo dibujado por los lerdos.

Y quedas derrotado de antemano
con negra soledad junto a tu cuerpo,
te quedas con el alma abandonada
pidiendo la locura de los necios.

¡Ay dura soledad que nos rodeas
aparta ya tus sombras de mis dedos,
y deja que acaricien las cuartillas
la vida y la verdad que tanto anhelo!.

La noche ya nos cubre misteriosa,
temblando los cipreses sin remedio,
el alma que agoniza lentamente
se mezcla con la paz del cementerio.

Rafael Sánchez Ortega ©
13/04/10

lunes, 12 de abril de 2010

LLEGÓ LA PRIMAVERA

Llegó la primavera,
preludio del verano,
llegó con su vestido
y el verde de los campos.

Llegó fiel a la cita
que cumple cada año,
llegó tras un invierno
muy duro que ha pasado.

Llegó con su sonrisa
al cielo azul lejano,
y pronto los jilgueros
sus trinos entonaron.

Llegó con sus poemas
al pecho enamorado,
y entonces los amantes
tomáronse las manos.

Llegó la primavera
al río tan menguado,
las aguas del deshielo
ya saltan los barrancos.

Llegó tras dura espera
en nuevo aniversario,
las fuentes cantarinas
renuevan hoy sus cantos.

Llegó hasta la ribera,
el bosque del Parnaso,
las Hadas y los Elfos
contentos saludaron.

Llegó muy dulcemente,
los musgos se animaron,
brotaron margaritas
cubriéndonos su manto.

Llegó la primavera
al mar de mi Cantábrico,
rugió con nuevas olas
y besos renovados.

Llegó a los marineros
el yodo tan preciado,
salitre de los mares
que llevan en sus labios.

Llegó con la gaviota
y el vuelo del albatros,
llegó con los corales
y océanos lejanos.

Llegó junto a la brisa
que sopla sin descanso,
hurgando por los cuerpos
secretos muy guardados.

Llegó la primavera,
los miedos se han calmado,
los sueños cobran vida,
se vive sin descanso.

Llegó la compañera
de niños y de ancianos,
llegó junto a la rosa
y el lirio deseado.

Llegó cual Cenicienta
vestida con andrajos,
y pronto cobró vida
cubriendo los tejados.

Llegó la fiel amiga,
subió hasta el campanario,
cerrando allí sus ojos
mandándome su abrazo.

...Llegó la primavera
vestida con su encanto,
y me quedé dormido
sintiéndola a mi lado.

Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/10

domingo, 11 de abril de 2010

ARRIBA EN LO MAS ALTO

En lo alto de la cumbre,
busqué asiento,
entre rocas pedruscos
muy bañados por la lluvia,
busqué el abrazo en la distancia
de la brisa inexistente,
busqué el canto de las aves
que no había,
busqué al cielo con su manto
azul celeste,
busqué la bruma y la calima
que subían desde el mar,
busqué la paz, cerré los ojos.

Y allí estaba simplemente
mi persona,
allí estaba mi proyecto
detenido y descansando,
allí estaban tantos sueños
concebidos en la infancia,
allí estaban los recuerdos
del pasado,
allí estaba un corazón un tanto viejo,
recogido sin palabras.

Y de pronto tuve miedo de la vida,
(fue un instante
y tuve miedo del vacío de mi alma,
tuve miedo de las gentes,
de las prisas,
del trabajo,
de los niños que me miran,
de los hombres que me hablan,
de aquel pobre vagabundo
que me pide una limosna).

Quizás fue la fantasía
alimentada por la fiebre,
la que hizo todo eso.

...¡No lo sé!.

Lo que pude comprender
es que el amor estaba cerca
y a mi lado,
en los riscos de los montes
que veía perezosos,
en los campos y praderas
que subían a las brañas,
en los árboles lejanos
que dejaban su figura perfilada,
en canales sinuosas
con las rocas y paredes
que se pierden monte abajo.

...Y el amor, es esa eterna paradoja,
es la chispa que alimenta los sentidos,
es la llama de la estrella vacilante,
es el dulce escalofrío
que producen las mareas,
es la sangre que ahora corre por las venas
y que marcha acelerada,
es el nombre que retienes en tus labios,
es la cara que alimenta tus pupilas,
y es el beso que recuerdas
y que buscas nuevamente...

...Me encontraba tan a gusto en ese sitio
que busqué la compañía del ocaso.

Ya empezaba ese momento del adiós
y despedida,
ese instante tan sublime
en que el día ya se apaga
por la noche que se acerca,
ese instante en que las almas
se recogen con el manto y el abrigo
de los astros,
ese instante en que los miedos se superan
y te enfrentas a la vida con tus sueños
a pesar de los rumores y las críticas,
a pesar de tantas dudas,
a pesar de que estén lejos las caricias
o a pesar de que estén cerca y no las veas...

...¡Me encontraba tan a gusto en aquel alto
que no hubiera descendido hasta la tierra!.

Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/10

sábado, 10 de abril de 2010

NO ES POSIBLE SEGUIR A LAS ESTRELLAS

No es posible seguir a las estrellas
cuando van a cambiarse su vestido,
ni tampoco a la luna cuando marcha
hacia el lecho y el alba tras su brillo.

Nos quedamos entonces silenciosos
contemplando la ausencia y el vacío,
y sentimos latir al firmamento
y también las canciones de los grillos.

Hay embrujos que marchan con la noche
y se nublan de sueño los sentidos,
esperando la mano con la antorcha
y la luz que ilumine los caminos.

Se marcharon la luna y las estrellas,
nos dejaron temblando y no de frío,
nuestras manos se alzaron a los cielos
a buscar esa luz del infinito.

Pero hallamos tan solo las tinieblas,
ese velo tan gris y ennegrecido,
ese duro silencio por respuesta
y la ausencia de dioses y testigos.

No hay palabras ni ecos en la noche,
hay carencia de sangre y de latidos,
nuestros cuerpos curtidos se estremecen
como hojas abiertas de los libros.

Sin embargo buscamos las estrellas,
como buscan limosna los mendigos,
precisamos la luna que se marcha
y a ese beso en el lago recibido.

Hay nostalgia de abrazos y caricias,
de momentos pasados y suspiros,
con recuerdos que vuelven a nosotros
añorando la paz de los sentidos.

Pero el viaje que hacen las estrellas,
y la luna persigue con sigilo,
no se para por nada ni por nadie
y prosigue su rumbo definido.

Y así vemos sin ver a las estrellas,
y a la luna también en su retiro,
con el alma que sueña temblorosa,
en el pecho tan tierno de los niños.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/10

viernes, 9 de abril de 2010

YA VIENEN POR EL CAMPO LOS VAQUEROS

Del puerto y del invierno tan temido,
ya vienen por el campo los vaqueros,
caminan con albarcas y escarpines
y ropas maltratadas por el tiempo.

Zagalas les esperan en el porche,
las manos recogidas sobre el pecho,
hay notas de ilusión y de esperanza
con cantos que desgranan los jilgueros.

La fuente cantarina de la plaza
se suma a los saludos y festejos,
el agua corre limpia y presurosa
llenando por completo el bebedero.

Las vacas se detienen un instante
y beben ese líquido tan fresco,
los hombres las contemplan mientras charlan
pensando en los rigores del invierno.

Recuerdan el otoño ya pasado,
la dulce sinfonía de los fresnos,
el aire acariciando las montañas
los ríos tan vacíos y resecos.

Recuerdan esas horas y los días,
las noches memorables junto al fuego,
el tierno tintineo del campano,
la vaca amamantando su becerro.

Hay cuadros que se graban en el alma,
imágenes que van a los cuadernos,
hay fiebre entre la gente de los campos
que surge de la gleba y los alberos.

He visto que poetas y escritores
trataron de acercarse a este momento,
más pocos consiguieron su objetivo
y menos los captaron en sus versos.

Se nace entre la tierra y la montaña,
teniendo que aprender el pastoreo,
llevar los animales a los prados,
volverlos a la hora del ordeño.

Segar la verde hierba en primavera,
dejando en el verano muy rellenos,
los silos de la aldea con las pacas,
las cuadras y pajares de alimentos.

Es esa la comida del ganado,
los niños ya lo aprenden de pequeños,
por eso van al puerto sin protesta
y olvidan las escuelas y colegios.

...Ahora, cuando veo que regresan,
los mozos tan curtidos y morenos,
percibo su mirada luminosa
y el eco de sus pasos tan eternos.

Ya vuelven los vaqueros a sus casas,
la cuna en que nacieron sus ancestros,
las cuadras de las vacas y ganados,
las mismas que labraron los canteros.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/04/10

jueves, 8 de abril de 2010

TARDE GRIS Y TARDE TRISTE.

Tarde gris y tarde triste
donde el alma se refugia en el silencio,
en mirar a las personas
que te cruzas en la calle,
en buscar en las miserias de la vida
ese algo que te diga que adelante,
que a pesar de las tragedias
hay un halo de esperanza,
una rosa temblorosa
que te espera y que te busca,
una brisa que enviada desde lejos
va besando tus cabellos y tu cara,
una suave melodía
que se escapa de las olas de la playa,
una luz inmaculada de la tarde que termina,
con su rojo y con su fuego,
con la llama incandescente que se apaga
y se consume por la noche venidera.

¡Es la vida!, tú te dices,
son momentos delicados
de preguntas sin respuesta,
de mirar hacia los cielos
esperando que te digan por qué pasan estas cosas.
¿Por qué vives un presente sin poder mirar atrás
y volver aquel pasado tan feliz y tan gozoso?,
¿por qué existen ataduras del presente
que te impiden corregir aquellos tiempos
y minutos tan lejanos?...

Pero todo son palabras
que se mueren en los labios,
que se quedan en el alma prisionera,
que se ahogan en el pecho y la garganta
mientras sientes esa lágrima cruel
que te moja la mejilla.

No hay respuestas en la tarde
y tú las buscas,
como buscas esa vida que se escapa
y que se marcha con la tarde de tu vida.

No hay respuestas
en el pozo en que te encuentras
y aunque ansías las estrellas y la noche,
aunque rezas la plegaria a ese Dios inalcanzable,
aunque gritas en los versos y las letras
no hay un eco que responda a tu llamada,
ni una mano que se extienda hasta la tuya,
ni siquiera una mirada que te diga que tú existes.

¿Por qué vives,
por qué tienes algo más
que la tristeza de una tarde pasajera,
por qué amas a los hombres,
por qué sufres por su causa,
por qué sientes los latidos de la tierra,
por qué lloras con las gentes
compartiendo sus tristezas?...

Tarde gris y tarde triste,
en que buscas el vacío y te rebelas
a pesar de este silencio,
a pesar de las preguntas sin respuesta,
a pesar de las sonrisas inocentes de los niños
y del paso acompasado del anciano por el parque.

Un suspiro se te escapa entre los labios,
una lágrima traidora cae rodando de tus ojos,
tienes frío y soledad,
tienes miedo...

Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/10

SE DESCOLGÓ EL SILENCIO DE TU PECHO

Se descolgó el silencio de tu pecho
para ir a mirar por la ventana
esa dulce y preciosa primavera,
ese mar que llegaba por la playa.

Pero tú navegabas con tus sueños
entre olas y mares con sus algas,
con las olas y vientos tan bravíos
y la niebla abrazándote la espalda.

¡Cuánta nota quedaba en tus recuerdos
de momentos felices y de calma!,
...Mil susurros vertidos y velados
de la voz que te hablaba sin palabras.

Sin embargo sacabas el silencio,
y tu pecho un suspiro se dejaba,
con la miel agridulce del pasado
que buscaba nerviosa tu mirada.

Pero no, tu pasado estaba ausente,
no tenía cabida ni esperanza,
el pasado es pasado, y lo sabías,
y el futuro es el tiempo que te llama.

Quizás puede que quede en el silencio
esa brizna inocente de nostalgia,
aquel dulce y cruel escalofrío
con el beso y caricia que te daban.

Más la vida es andar por los caminos,
no es mirar al pasado y a sus páginas,
ni tampoco estancarse en los recuerdos,
ni quedarse mirando a la distancia.

Se descolgó el silencio de tu pecho
y escuchaste la nota de aquel arpa,
también viste la mano generosa
arrancando la música sin pausa.

Allí estaba el futuro de tu vida,
con sus pros y sus contras anotadas,
esperando tu pecho tan vacío
del silencio que ahora se alejaba.

Pero tú, soñador empedernido,
cubrirás el silencio que te falta
a través de la tierra que palpita
y en la voz que se encuentra en sus entrañas.

Rafael Sánchez Ortega ©
08/04/10

miércoles, 7 de abril de 2010

ESPERARÉ QUE PASE LA TORMENTA

Esperaré que pase la tormenta
y que cesen las lluvias de la tarde,
no es bueno pasear con este tiempo
ni mojarse con aguas torrenciales.

Aunque puede que digan los poetas
que los versos abundan en las calles,
y en el agua que corre presurosa
se recogen las letras que los hacen.

Pero es mito y leyenda de unos locos,
que caminan por campos siderales,
sin saber que la vida es mas que eso,
un poema de forma inabarcable.

Resguardado contemplo la tormenta
deseando descargue y que se acabe,
que terminen las luces rasgadoras
y ese juego sonoro de los ángeles.

De pequeño contaban los mayores
que a los bolos jugaban sin cansarse,
esos bellos y tiernos querubines
que veía, en la iglesia, en los altares.

Y creía en los cuentos y leyendas
escuchados de boca de mis padres,
me narraban escenas increibles
entre hombres y dioses inmortales.

Ya parece que pasa la tormenta
y se van esos rayos a otra parte,
con las nubes oscuras y temibles
y sus rasgos que son amenazantes.

Y la lluvia parece que se para
y las gotas son besos en el aire,
son pequeñas y lindas mariposas
que acarician mis labios que renacen.

Es por eso que espero en esta tarde
el sabor de esos besos singulares,
la pasión que transmite la tormenta
y la lluvia ferviente que la aplaque.

Esperaré que pase la tormenta
reviviendo recuerdos y saudades,
mientras busco, a lo lejos, tu figura,
y ese cuerpo divino que me sacie.

Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/10

martes, 6 de abril de 2010

¿POR QUÉ VAS MENDIGANDO SENTIMIENTOS...?

¿Por qué vas mendigando sentimientos
y pides tu limosna cada día?
¿no ves que las migajas que te entregan
es sólo compasión y no caricias?

...Te digo que equivocas tu camino,
que hay rosas en el mundo sin espinas,
y bellos sentimientos que te esperan
con flores del jardín ya florecidas.

Quizás ahora te encuentres muy cansado,
precises de esa mano tan amiga,
el pecho donde apoyes la cabeza,
el beso que te den mientras suspiras.

O puede que precises la palabra,
la voz encantadora y tan bonita,
los ojos tan hermosos que te miren
y lean sin cesar en tus pupilas.

Quizás tu corazón esté perdido
o puede que sangrante de una herida,
es fácil que las sombras de la noche
te impida ver la senda que persigas.

No sé si las palabras ya se han muerto
y queden los recuerdos de las citas,
las horas y minutos del pasado,
rescoldos de pasiones compartidas.

Hay llamas que se apagan con el tiempo,
hogueras que se quedan en cenizas,
hay ecos del pasado que retornan
y ecos que se buscan y se ansían.

Quizás con el pasado te confundas,
y sientas la llamada de la brisa,
el beso tan amargo del salitre
y el aire con su eterna fantasía.

Por eso no quisiera que mendigues
ni busques la limosna en cada esquina,
tú tienes un tesoro bien guardado
que ocultas en el pecho que palpita.

No esperes las migajas que te ofrezcan
y busca en las estrellas que titilan,
allí encontrarás, en su silencio,
el beso y el amor que necesitas.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/04/10

lunes, 5 de abril de 2010

HOY COMIENZA OTRA VEZ UN NUEVO DÍA

Hoy comienza otra vez un nuevo día,
es un lunes cargado de ilusiones,
es la hora en que suene la campana
y se paren despacio los relojes.

Ya se asoma la luna por el cielo
y con ella la sombra de los dioses,
hoy comienza también una semana,
unos días cargados de emociones.

Atras queda la tarde del domingo,
con la vista tomada en los alcores,
esa fiel instantánea de la vida,
que alimenta con fe los corazones.

He sentido ese soplo tan sublime,
esa paz que te embarga y que te encoge,
esa música dulce y generosa,
esa brisa que saca los colores.

He pensado en los días venideros,
y en sacar a la luz, de los cajones,
tanta nota dormida de ese arpa,
y hasta el trébol robado a los castores.

Porque el verso es la dulce sinfonía,
y las letras los signos que lo rompen,
aunque quede grabado en la cuartilla
el mensaje de paz que lo compone.

He mirado a los cielo esta tarde,
y ahora miro la luna en esta noche,
y me lleno del canto tan divino,
de ese coro de ángeles cantores.

Trataré, en los días que ahora vienen,
de escribir esos versos y canciones,
dando forma a la música que suena
y que es de las Hadas de los bosques.

Dejaré que la eterna fantasía
busque bien por la vida con su trote,
en un bello pegaso muy alado,
y que cruce muy raudo el horizonte.

Y al final, cuando todo haya pasado,
cuando escriba el poema que se esconde,
buscaré con mis labios a tus labios
para darte ese beso sin pasiones.

Ese beso que sale con mis versos,
ese beso que quiero que te importe,
en la suave caricia de mis labios
a los tuyos gritándoles tu nombre.

Rafael Sánchez Ortega ©
05/04/10

domingo, 4 de abril de 2010

DETRÁS DE LA PATRONA

Detrás de la Patrona
camino hacia la Villa,
hay rezos en el aire,
canciones y sonrisas.

Trompetas y tambores
nos dejan sus primicias,
redobles con los pasos
valientes y sin prisa.

La Virgen La Barquera
de negro va vestida,
sus rizos lleva ocultos
cubiertos con mantilla.

Un velo transparente
nos dice que es bonita,
el niño que no lleva
la muestra más sencilla.

Los hombros de los mozos
las andas ya deslizan,
sacando sus lamentos
con ondas infinitas.

En ese bamboleo
de olas y de brisa,
hay algo de susurros
de mares y bahías.

Hay algo de misterio
con llamas encendidas,
antorchas que flamean
bengalas que titilan.

Un marinero viejo
la Salve ya recita,
y salen de sus labios
mercedes recibidas.

¡Ay Virgen de mi alma,
Patrona de mi Villa,
llegaste a La Barquera
quedándote dormida!.

Viniste con tu barca
sin remos y sin quilla,
sin vela ni sextante
y un Niño nos traías.

Y aquellos marineros
te hicieron la Capilla,
encima de las rocas
pobladas con encinas.

No sé lo que pensaron
los niños y las niñas,
los hombres y mujeres
que hincaron su rodilla.

Pero algo sí sintieron,
...tus manos y caricias,
y aquel bello mensaje
de Amor que concedías.

Rozaste con tus dedos
las frentes tan cansinas,
los cuerpos muy curtidos,
las almas oprimidas.

Por eso desde entonces
la Salve a ti te envían,
la rezan cuando salen
del puerto y la bahía.

"Detrás de la Patrona
camino hacia la Villa",
hoy pienso en las leyendas,
historias y Folías.

Y siento que en el alma
la llama resucita,
hay mano entre mis manos
y dedos que palpitan.

Hay voces que susurran
cantando Ave Marías,
hay coros en el cielo,
marinos en la ría.

La Virgen La Barquera
ya llega hasta su cita,
es sábado de Gloria
y empieza la Vigilia.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/10

sábado, 3 de abril de 2010

NO VEO TUS PISADAS EN LA ARENA




No veo tus pisadas en la arena
ni las huellas dejada por tus pasos,
quizás equivocastes el camino
o puede que tomaras hacia el lago.

Allí las golondrinas revoltosas
se cruzan y descruzan todo el rato,
en vuelos que parecen una danza
sin música que suene en el espacio.

También hay margaritas que renacen
y alegran ese verde de los campos,
le ponen los botones de blancura
y un beso silencioso de regalo.

Las aguas onduladas por la brisa
acunan con su ritmo a los balandros,
y entonan un suspiro sus reflejos
del cielo tan intenso y azulado.

Hay magia y fantasía en el ambiente,
que plasman los poetas en un cuadro,
no sabes describir los sentimientos,
parece que la vida se ha parado.

Por eso saboreas la belleza
y apuras este néctar tan amargo,
los dedos con tu pluma se detienen,
nerviosos, impacientes y asustados.

Quizás te has desviado de la playa
en busca de ese lago y sus espacios,
allí caminarás por su ribera,
envuelta por las ranas y sus cantos.

Hay unas mariposas que se acercan,
te miran y se posan en tus labios,
te besan con sus alas temblorosas
y sueñas como nunca tu has soñado.

Sonríe tu mirada sin saberlo
y mandas a los cielos un abrazo,
la sangre se acelera de repente
y sientes inquietud en tu costado.

Precisas de la vida y de los sueños,
y quieres, en tus versos reflejarlos,
esperas con la pluma y la cuartilla
el tibio movimiento de tu mano.

No temas, otra mano te proteje,
hay dedos que a tus dedos se han juntado,
escribe simplemente lo que sientas
y cuélgalo en el cielo con un lazo.

...No veo tus pisadas en la arena
y pienso que quizás te has despistado,
mas puede que la senda que buscaras
esté con el amor, en ese lago.

Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/10

viernes, 2 de abril de 2010

CUANDO SE QUEDA MUDO EL PENSAMIENTO

Cuando se queda mudo el pensamiento
el silencio se apodera de los árboles,
es una brisa suave y delicada,
que roza el corazón, aunque no late.

Es la agonía lenta del guerrero,
el hombre con su alma en una tarde,
es esperar que suenen las campanas
y animen a las gentes por la calle.

Pero también es fuego consumido,
son esas brasas grises que no arden,
es la ceniza y llama fenecida
del sentimiento eterno que allí yace.

Es triste desplazarse en el silencio
tras la hoja que vuela con donaire,
siguiendo al lazarillo que camina
buscando su maleta y equipaje.

Hay veces que buscamos el silencio
y queda el pensamiento en los maizales,
entre el rumor del trigo y el centeno,
con los campos sedientos vigilantes.

Se palpan los latidos de la gleba,
los surcos del arado que la abren,
las dulces filigranas de las mieses
segadas por las hoces y los dalles.

Pero aquel pensamiento enmudecido
no sabe de relojes ni ciudades,
ni busca los latidos de su alma
que muere sin heridas ni puñales.

Quizás solo reviva en el silencio,
sin besos ni caricias, con saudades,
con ecos de suspiros emitidos
que vuelvan a su lado a saludarle.

No entiendo corazón, por qué te callas,
por qué tu pensamiento no renace,
por qué llevas el alma dolorida
sufriendo en tu silencio lo que sabes.

Espero que despiertes de tus sueños,
las luces de los mismos te traspasen,
que el mudo pensamiento cobre vida,
y sientas ese abrazo interminable.

Hay bellos pensamientos en los hombres,
que emiten en poemas y cantares,
hay besos que se dan con la mirada
y abrazos que se mandan con el aire.

Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/10

jueves, 1 de abril de 2010

QUIZÁS DONDE LAS GUITARRAS

Quizás donde las guitarras
van desgranando canciones,
dejan el canto divino
que entre sus cuerdas esconden.

Puede que canten al cielo
ó que le hablen al hombre,
puede que narren los llantos
o las sonrisas precoces.

Pero las tiernas guitarras
van generando pasiones,
con el flamenco en el baile
y la leyenda que cosen.

Hay unos dedos que vibran
entre la cuerda y los sones,
hay floritura en el alma
con los jardines y flores.

Por eso escucho en silencio
ese rasgar monocorde,
ese sonido sublime
que hacen soñar a los dioses.

Quizás donde las guitarras
sacan al hombre sus voces,
dejan también las palabras
esas que el eco responde.

Dejan también garabatos
con sus extraños palotes,
dejan lectura invisible
con tantos versos precoces.

Pero también las guitarras
tienen luceros y soles,
llevan estrellas prendidas
con cantos de ruiseñores.

Hoy las guitarras lloraban
en la fontana que corre,
era una música suave
para besar corazones.

Por eso escucho en silencio,
mientras espero tu nombre
entre suspiroy rasgueo
que la guitarra responde.

Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/10