Sabes curar
el alma malherida
tras la batalla.
Con tu paciencia,
tu voz y tu palabra
eso consigues.
Tus dedos son
la magia y la caricia
que cauterizan.
Tienes los hilos
que tejen y reparan
los corazones.
Tus labios dejan
la frase tan precisa
que me estremece.
Y es que, además,
me sacias, con tus besos,
la sed ardiente.
Tus ojos dan
y ofrecen las sonrisas
a mis pupilas.
Por eso siempre
yo busco tu mirada
y tu sonrisa.
"...Tus alas dejan
el alma transformada,
mi mariposa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/23