En medio de la fiebre y el delirio
sintió la calentura renacida
y el fuego del volcán en la entrepierna
llegando de manera muy distinta.
La lava del volcán era constante,
surgía de la tierra que no grita,
el hambre que tenía la entrepierna
buscaba la lujuria más arriba.
Hay seres que se enfangan en el barro
y hay otros que se ensucian la barbilla,
los unos por la lluvia y el trabajo,
los otros confundiendo margaritas.
No es malo que los hombres se confundan,
si acaso que se cambien la camisa
y cubran los sudores tan culpables,
de fiestas, bacanales y de orgías.
Me viene a la memoria una figura
marchando a Salamanca en una cita,
llevaba en su cabeza cascabeles
sonando en una eterna algarabía.
Llegaba a la estación toda nerviosa,
buscaba en el andén y nadie había,
miraba en las paradas de los taxis
tratando de encontrar la cara amiga.
Más todo transcurrió de otra manera
y un auto con las luces encendidas,
detuvo su camino dulcemente
y entonces se encontró con quien quería.
Sobraron las palabras y las frases,
tan solo las miradas encendidas,
surgieron los abrazos y los besos
en medio de la noche salmantina.
Narrar aquel momento no es sencillo
pues todo transcurrió con mucha prisa,
marcharon en el coche hasta la estancia
de un camping con su bella cabañita.
Y allí se desataron las pasiones,
brotando las cenizas renacidas,
que hizo que los cuerpos se buscaran
y ansiaran el llegar a la colina.
Los dedos desataron los botones,
cayeron cremalleras ya vencidas,
los senos se escaparon de la blusa
gimiendo como hermosas margaritas.
De nuevo sucedió lo que tu piensas,
lector y espectador de pacotilla,
que el hombre y la mujer allí se amaron,
y fueron más felices todavía.
Si buscas la emoción del erotismo
yo creo que la misma está en la vida,
está en la sensación y está en el alma,
está en cada persona que lo grita.
Se puede disfrutar del erotismo
haciendo lo que haces cada día,
mirando a las estrellas en la noche
y oyendo a la marea en su venida.
Oliendo los perfumes y fragancias
que emiten azaleas con la brisa,
sorbiendo el paladeo de un refresco
y el tacto de la nieve blanquecina.
Pues a eso se reduce el erotismo
a ser la descripción que nos invita,
a ser ese torrente desbocado
que llega hasta las alma intranquilas.
No sólo en la pasión está el misterio,
tampoco en la lujuria que te excita,
se puede describir el erotismo
de formas muy sutiles y distintas.
Si quieres erotismo y porno duro
recurre sin dudar a la lascivia,
seguro que allí encuentras lo que quieres,
burdeles y hasta tiendas de películas.
Pero insisto, en que si eres exigente,
si buscas erotismo de primicia,
entonces ya no busques la lujuria
y mira simplemente más arriba.
El cielo está parado de hace tiempo
y espera para darte sus caricias,
en él encontrarás eso que buscas,
y puede que el Amor venga a tu cita.
...No olvides Salamanca para nada,
ni olvides la figura tan querida,
pero eso quedará como un recuerdo,
grabado con su estampa en tu retina...
Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/11