Fue en Enero, lo recuerdo,
"esto no es lo que parece",
hay señales imperiosas
y el invierno sigue ausente.
Unos dicen que es el clima
con los cambios de sus pliegues
que se alisan y se arrugan
de mil formas diferentes.
Es invierno y es enero,
apenas se ve la nieve,
salvo en riscos y montañas
muy lejanas y atrayentes.
Si nos vamos al otoño
vimos grises entre mieles,
y colores en los bosques
con los llantos en cipreses.
Más atrás quedó el verano
con las playas y las gentes
rebozándose en la arena
cual mariscos y percebes.
Ahora vemos, en distancia,
primaveras y claveles,
que se acercan día a día
mientras tiemblan nuestras pieles...
...No te olvides, dice alguien,
esto no es lo que parece,
son embrujos de los gnomos,
fantasías en papeles.
Son los dedos temblorosos
de poetas y escribientes
que entrenaron, muchas horas,
a las musas y donceles.
Así el clima, está borracho,
ya no ve ni lo que bebe,
y por eso se confunden
tantos frentes y corrientes.
Porque abundan las borrascas,
aunque sea con laureles,
en las mentes tan preclaras
de doctores competentes.
Ellos saben de estas cosas,
y "esto no es lo que parece",
es profundo lo que pasa
porque el clima está demente.
Hay locuras sin enfermos,
y hasta el Covid desde meses,
pero el cambio está en nosotros
los paganos desde siempre.
Y aquí acabo este romance,
"esto no es lo que parece",
no es romance ni tragedia
es la vida con sus leyes.
Y la vida, caprichosa,
hasta brota de las sienes,
y sonríe al que esto escribe
y al que escucha le hace un siete...
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/22