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lunes, 30 de junio de 2014
LA VERDAD ES QUE NO IMPORTA...
La verdad es que no importa,
ni me importa,
cuando leas esta misiva y estas letras
porque sé que en algún momento lo harás,
aunque puede que sea en aquel rato
en que te acuerdes de abrir la ventana
y ver que allí hay algo que te espera.
Es posible que busques el sol y la brisa
en medio de una mañana calurosa,
es posible también que trates de encontrar
el canto del ave en el árbol cercano
y también una nube misteriosa que no existe
y que tú formas allí,
por encima de los tejados,
casi, casi como si fuera una esperanza
que aliviara tus sudores
y dejara una frescura en tu rostro
y en tu alma.
Y si es así yo te digo que no importa,
que estas letras esperen agazapadas
en tu ventana
y que son como palomas que están deseosas
que una mano se acerque y las tome,
ya que simplemente tratan de llevarte
la caricia del nuevo día,
la brisa de mis labios,
la inocencia de una mirada
y la sonrisa que late en un corazón enamorado.
Si llegarán pronto o tarde, eso no lo sé,
pero al menos quiero que así sea,
que sean ellas las portadoras de este mensaje,
que sus alas vuelen por los espacios infinitos
y que surja entre sus plumas
esa gracia que ilumine tus pupilas
y el deseo irresistible de vivir
intensamente la jornada.
Es posible que el café te esté esperando
y a su lado hagan guardia
los sobados o galletas que acompañen
ese líquido preciado.
Si es así no los descuides
y si bebes de esa taza
y has leído ya estas letras
piensa siempre que estoy cerca,
que te miro y te sonrío
con el beso que ahora dejo en
el cuaderno para ti.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/14 (Madrugada)
domingo, 29 de junio de 2014
AL REBUSCAR...
Al rebuscar, sin prisas, en mi estudio
encuentro los billetes de aquel viaje,
la carta amarillenta de un amigo
y un sobre conteniendo dos postales.
En una me decían que me amaban
en otra que era tarde y olvidase,
y en ambas, una letra inconfundible,
que hicieron aflorar ciertos mensajes.
Recuerdos soñolientos e imprecisos,
cargados de nostalgia y de saudades,
postales con aromas de otros tiempos,
lejanas y caducas sin iguales.
Recuerdo la mañana, en que el cartero,
me trajo aquellas letras de otros mares,
venían con los besos y el salitre,
y brisa del nordeste y de las calles.
La mano que escribía aquellos versos
hablaba con pasión y con donaire,
haciendo que mis ojos se nublaran
en busca de otros sueños agradables.
La misma que, en los años venideros,
cambió su dirección, sin importarle,
los besos y promesas de mi alma
ni el sueño compartido en tantas tardes.
Por eso me estremezco al encontrar
un sobre de momentos estelares,
aquellos que marcaron a mi vida
con sueños y con llanto en sus cristales.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/14
encuentro los billetes de aquel viaje,
la carta amarillenta de un amigo
y un sobre conteniendo dos postales.
En una me decían que me amaban
en otra que era tarde y olvidase,
y en ambas, una letra inconfundible,
que hicieron aflorar ciertos mensajes.
Recuerdos soñolientos e imprecisos,
cargados de nostalgia y de saudades,
postales con aromas de otros tiempos,
lejanas y caducas sin iguales.
Recuerdo la mañana, en que el cartero,
me trajo aquellas letras de otros mares,
venían con los besos y el salitre,
y brisa del nordeste y de las calles.
La mano que escribía aquellos versos
hablaba con pasión y con donaire,
haciendo que mis ojos se nublaran
en busca de otros sueños agradables.
La misma que, en los años venideros,
cambió su dirección, sin importarle,
los besos y promesas de mi alma
ni el sueño compartido en tantas tardes.
Por eso me estremezco al encontrar
un sobre de momentos estelares,
aquellos que marcaron a mi vida
con sueños y con llanto en sus cristales.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/14
sábado, 28 de junio de 2014
TE IMAGINO...
Te imagino descansando en la cama
y durmiendo profundamente
en medio de la noche
y el calor reinante.
Te imagino medio destapada
o destapada entera
y con ropa ligera,
y también que me acerco a tu lado.
No sé, arriba lucen las estrellas
y hay una luna también
que alumbra la estancia.
Afuera se escucha el canto de las cigarras.
No hay viento y existe una paz profunda
que rompe el extenso silencio.
Mi mano se acerca a tu pelo.
Te acaricia y apenas te mueves.
Estás cansada, ¡muy cansada!,
pero veo una sonrisa fugaz
entre tus labios.
Yo también sonrío y rozo tu boca
con mis dedos.
Luego beso tu cara, tus labios,
tus oídos y susurro en ellos
"que te quiero".
Me levanto al fin y salgo de la habitación.
Afuera me espera la noche,
pero no quiero ir con ella,
quiero seguir contigo,
quiero estar a tu lado,
quiero soñar tus sueños
y quiero sencillamente poder oler
tu cuerpo
y tenerte entre mis brazos.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/14 (Madrugada)
viernes, 27 de junio de 2014
ERA UN ADIÓS...
Era un adiós quizás desangelado,
una triste y amarga despedida,
porque todo quedaba en un pasado
con la sangre surgiendo de la herida.
Pero vino una mano a mi costado
y traía una rosa agradecida,
con un beso y el sello inmaculado
que detuvo mi adiós, en esa huida.
Y de nuevo sonaron los clarines
una tarde de junio, quizás breve.
Se volvieron azules los jardines
recordando el embrujo de la nieve.
Y a la vez revivieron los violines
y tu pecho pedía que lo lleve.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/14
una triste y amarga despedida,
porque todo quedaba en un pasado
con la sangre surgiendo de la herida.
Pero vino una mano a mi costado
y traía una rosa agradecida,
con un beso y el sello inmaculado
que detuvo mi adiós, en esa huida.
Y de nuevo sonaron los clarines
una tarde de junio, quizás breve.
Se volvieron azules los jardines
recordando el embrujo de la nieve.
Y a la vez revivieron los violines
y tu pecho pedía que lo lleve.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/14
jueves, 26 de junio de 2014
QUE TUS OJOS...
"...Que tus ojos reciban la frescura de mis besos
y tu alma la ilusión de las sirenas..."
Eso vine yo a dejarte en un susurro
y quizás, el principio
de muchas, muchísimas cosas
que hubiera querido contarte,
hablarte, murmurarte y decirte al oído,
aunque sé que es imposible,
porque tienes que descansar,
ya que el tiempo pasa, el sueño acude
y estás tremendamente agotada.
¿Cómo somos algunas personas...?
En realidad me lo pregunto muchas veces
y trato de obtener una respuesta,
que no llega.
No seré yo quien hable de mí ahora
y quien diga nada, porque no sería lo correcto
y menos en estas horas de la noche.
Si acaso dejar vagar la imaginación,
el pensamiento, como antes decíamos,
la ilusión y la utopía,
todo eso que en el mundo de los sueños
forma un lindo crisol en que se bañan los poetas.
Porque es cierto lo que intentaba
decir con esa frase,
y quería que tus ojos recibieran el aliento
de mis labios,
ese beso tan velado que llevara
mis suspiros a los tuyos,
ese roce, tan sutil, ´
que con mis dedos arrancaran a tu piel
de su modorra y la hicieran
simplemente estremecer.
Quizás solo buscaría estar ahí,
junto a tu lado, en este instante,
escuchando los latidos de tu pecho,
controlando tu respiración
que poco a poco conseguía el equilibrio
necesario para ir a descansar junto a Morpheo.
Aun recuerdo alguna vez que así te he visto
y pasado mucho rato contemplándote.
Fueron noches que no olvido,
que retengo en el recuerdo,
que las vivo y las revivo para mí,
porque son como fragmentos
de unos cuadros compartidos,
de una escena personal
e interminable entre dos almas
que se amaron y se aman,
como nadie entendería.
Y no hablo de princesas y sirenas
porque creo que las mismas
se quedaron con nosotros en la infancia.
Hoy existen otros duendes
que pululan por las noches
y hay estrellas caprichosas
que nos miran y nos siguen,
y una luna, sonriente,
que se acerca a la ventana y nos saluda
muy coqueta.
Y allí estás con tu paciencia y tu sonrisa,
con tus ojos de gitana recibiendo su cariño
y a la vez, acariciando mis cabellos,
mientras yo tomo tu mano
y la aprieto suavemente
y te digo que te quiero
y me miro en tus pupilas
descubriendo esos efectos de la luna
y las estrellas que me dices
y señalas con orgullo.
Sé que amar es muy difícil
y es la suma de segundos
y minutos que conforman cada día,
y es el dar y el recibir y el ofrecer
todo el cariño que uno siente por aquel
a quien se entrega sin pedirle nunca nada.
Porque amamos cada vez que nos miramos,
cada vez que nos sentimos tan cercanos,
cada vez que nos avisan las campanas
de la iglesia,
cada vez que los relojes nos anuncian
esa hora del adiós y la partida.
Y es que amor y poesía van unidos
y se juntan a tu lado
y en tu pecho y en tu alma,
y es el lazo indivisible que tú llevas
y que siempre me has mostrado
y ofrecido,
sin pedirme nunca nada.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/14 (Madrugada)
miércoles, 25 de junio de 2014
A TI, POESÍA...
Llegaste a mi vida un día,
entre el nordeste y el salitre,
y conseguiste desequilibrarme.
Me enamoré de ti perdidamente
y aquí sigo,
e
n
a
m
o
r
a
d
o.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/14
lunes, 23 de junio de 2014
YO QUIERO QUE SE ROMPA EL CORAZÓN...
Yo quiero que se rompa el corazón
en mil pedazos
y quiebren los cristales de las almas
sus reflejos.
Es fácil que me tachen de cobarde,
que piensen que estoy loco ya de todo
que sigo los dictados invisibles
de un mal que me atormenta
y me desangra.
Si acaso son delirios de la fiebre
de un alma que se encoge y se desinfla,
del miedo que me aterra cada día,
del hambre y de la sed que estoy pasando.
Se rompe la ilusión por muchas cosas
y a veces ni sabemos los motivos.
Se encoge el corazón y tiembla el cuerpo
y andamos y vivimos sin pensarlo.
Es culpa del amor, dirán algunos.
Es algo que producen las mareas.
El sol y la humedad también influyen
y es algo que atenaza en su desorden.
Lo malo es el estado que presenta
el ánimo y humor de quien escribe,
del hombre que se esconde tras
las letras,
del niño que persigue mariposas
y cometas,
del simple espectador que esto recoge
y siente que ha perdido la batalla.
Abundan los cobardes por el mundo
vestidos de charol y de payasos.
Lo hacen sin saber que esos vestidos
son dignos y precisos en algunos,
que arrancan seriedad de algunas caras
y llevan la sonrisa para otras
Se ponen el disfraz y la careta
tratando de pasar inadvertidos.
Les falta el corazón, y ese valor,
para ir hasta el espejo de su alma
y allí analizar serenamente
las causas y motivos de su miedo,
la falta de ilusión de sus latidos,
la ausencia y el dolor que el alma tiene
por culpa de un amor quizás marchito.
Es fácil que no quiera la respuesta,
que huya como huyen los cobardes,
que piense que la culpa es de los otros,
que él hace lo que siente y lo que sueña,
que sigue los dictados de su alma,
y anhela lo mejor para su amada.
Pero es que el corazón está muy roto,
cosido y remendado en mil pedazos,
a punto de exhalar aquel suspiro
ya apague para siempre sus latidos.
Entonces la razón lucha, en la sombra,
la vida le parece una utopía,
los sueños y el amor algo distante
y ajeno a los cristales de las alma.
Y llora el corazón en su agonía,
y el hombre se suicida, sin saberlo,
arrastra la inocencia, de aquel niño,
que un día paseó con los cometas en la playa
en busca de los versos de la vida
y el lazo de un poema extraordinario.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/14
HOY QUIERO CERRAR LOS OJOS...
Hoy quiero cerrar los ojos
y mantenerme en silencio
dejar que surca la lluvia
por mis pupilas sin freno.
Que soplen los vendavales
y se estremezcan los cielos,
para que nunca despierte
mi corazón de los sueños.
Hoy quiero sentir el frío
de ese puñal y su acero,
que me atraviesa y me mata
para acabar mi tormento.
Que llegue la oscura noche
y que sepulte los miedos
mientras la fiebre me acuna
y se me cuela muy dentro.
Hoy quiero sufrir de frío
y así morir, sin saberlo,
para evitar, que al abrirlos,
sufra, otra vez, sin remedio.
Que desborden sus caudales
esos ríos, por mi cuerpo,
y la sangre se me pierda
calle abajo, por los suelos.
Hoy quiero secar el alma
de caricias y de besos
porque fueron conseguidos
con limosnas y recuerdos.
Que se fundan las migajas
en cenizas, con el fuego,
y sus llamas tan fecundas
me amortajen con sus dedos.
"...Hoy quiero cerrar los ojos
amor mío, porque siento,
que te alejas de mi lado
y no tengo yo el remedio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/14
y mantenerme en silencio
dejar que surca la lluvia
por mis pupilas sin freno.
Que soplen los vendavales
y se estremezcan los cielos,
para que nunca despierte
mi corazón de los sueños.
Hoy quiero sentir el frío
de ese puñal y su acero,
que me atraviesa y me mata
para acabar mi tormento.
Que llegue la oscura noche
y que sepulte los miedos
mientras la fiebre me acuna
y se me cuela muy dentro.
Hoy quiero sufrir de frío
y así morir, sin saberlo,
para evitar, que al abrirlos,
sufra, otra vez, sin remedio.
Que desborden sus caudales
esos ríos, por mi cuerpo,
y la sangre se me pierda
calle abajo, por los suelos.
Hoy quiero secar el alma
de caricias y de besos
porque fueron conseguidos
con limosnas y recuerdos.
Que se fundan las migajas
en cenizas, con el fuego,
y sus llamas tan fecundas
me amortajen con sus dedos.
"...Hoy quiero cerrar los ojos
amor mío, porque siento,
que te alejas de mi lado
y no tengo yo el remedio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/14
sábado, 21 de junio de 2014
EN SILENCIO RECORRO LOS SENDEROS...
En silencio recorro los senderos
y me quedo, ante ellos, extasiado,
solo llevo el disfraz del peregrino
y un bastón como báculo en la mano.
Me pregunto mil cosas diferentes
mientras busco el refugio de un castaño,
y contemplo, de lejos, las estrellas
que musitan un rezo acompasado.
Es la blanca y perenne letanía,
el latido profundo de los astros,
el arpegio dejado por los dioses
en la nota preciosa de este cuadro.
Y es aquí donde gritan mis entrañas,
porque saben que sí, que yo te amo,
porque entienden la esencia de la vida
y el candor que se escapa del costado.
En silencio recojo mis enseres
y me vuelvo al camino, como antaño,
a seguir esas huellas invisibles,
y ese aroma de puertos bien lejanos.
Porque todo se vuelve fantasía
en un mundo de locos y de extraños,
donde juegan los niños a ser hombres
y los hombres vacilan en sus pasos.
Pero entonces renace la figura
y me llega el recuerdo de tus labios,
con el beso sutil y diferente
y un deseo febril y apasionado.
Fue un instante fugaz, casi un momento,
un minuto del tiempo ya lejano,
un recuerdo, tal vez, con mil caricias
y una tarde preciosa entre los álamos.
"...En silencio recorro los senderos
y la magia me envuelve con su encanto,
porque veo tu imagen junto al río
y aquel beso, en los labios, esperando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/06/14
y me quedo, ante ellos, extasiado,
solo llevo el disfraz del peregrino
y un bastón como báculo en la mano.
Me pregunto mil cosas diferentes
mientras busco el refugio de un castaño,
y contemplo, de lejos, las estrellas
que musitan un rezo acompasado.
Es la blanca y perenne letanía,
el latido profundo de los astros,
el arpegio dejado por los dioses
en la nota preciosa de este cuadro.
Y es aquí donde gritan mis entrañas,
porque saben que sí, que yo te amo,
porque entienden la esencia de la vida
y el candor que se escapa del costado.
En silencio recojo mis enseres
y me vuelvo al camino, como antaño,
a seguir esas huellas invisibles,
y ese aroma de puertos bien lejanos.
Porque todo se vuelve fantasía
en un mundo de locos y de extraños,
donde juegan los niños a ser hombres
y los hombres vacilan en sus pasos.
Pero entonces renace la figura
y me llega el recuerdo de tus labios,
con el beso sutil y diferente
y un deseo febril y apasionado.
Fue un instante fugaz, casi un momento,
un minuto del tiempo ya lejano,
un recuerdo, tal vez, con mil caricias
y una tarde preciosa entre los álamos.
"...En silencio recorro los senderos
y la magia me envuelve con su encanto,
porque veo tu imagen junto al río
y aquel beso, en los labios, esperando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/06/14
REMINISCENCIAS XVII
XVII
Hago un alto y me detengo,
porque es inevitable, en este día.
Los recuerdos y el pasado
se amontonan, y me pesan,
como un cauce desbordado
que quisieran ver el río de la vida.
Hay cansancio en las palabras,
que intranquilas,
permanecen a la espera
de un destino en el cuaderno.
Ellas son las portadoras de mi risa,
de mis cantos,
de mis sueños infantiles,
de las bromas recibidas
y de aquellas, que en silencio,
yo también logré sacarlas de mi alma
y llevarlas, con paciencia,
a sentir las pulsaciones
de una vida ya lejana.
Porque todo fueron versos
de un poema inacabado.
Sensaciones que se ahogaban
entre rosas y claveles
con suspiros rescatados de novelas
y de cuentos.
¡Cuántas veces me miraron las estrellas
y me hablaron, en silencio, por las noches...!
¡Cuántas veces me dijeron que siguiera
enamorado de la música celeste que dejaban
sus pupilas...!
¡Cuántas otras me abrazaron y arroparon
con la brisa y con las sombras,
bajo el manto protector de su mirada...!
Más no valen las resacas de recuerdos
y pasados porque el tiempo transcurrido
está latente,
y va conmigo, en cada gota
de escritura que se escapa hacia el cuaderno.
Hay un néctar agridulce que me sale
desde dentro,
y que grita en las entrañas
deseando ver la vida.
Hay un mar verdeazulado que me invita
desde siempre,
con su paz y con sus olas,
a tenderme entre las aguas.
Hay un beso que se esconde entre los labios
silenciosos de los cielos,
esperando que yo acuda a recogerlo
con mis labios.
Y es así, sin darme cuenta,
simplemente porque sí,
ya que los cauces necesitan a los ríos,
y los ríos a los mares,
y los mares a la lluvia,
y la lluvia a los cristales de las almas,
y las almas a las lágrimas rebeldes
de los hombres y los niños,
porque todo es poesía en ese acto
y es, en fin,
la pura esencia de la vida.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/06/14
jueves, 19 de junio de 2014
VAN A TI ESTAS FLORES Y MIS BESOS...
Van a ti estas flores y mis besos
aunque nunca lo sepas de mi boca,
quiero ver en tus ojos la sorpresa
y que sientas el roce de sus rosas.
Pensarás, con sutiles pensamientos,
que es quizás un presente para otras,
pero nunca sabrás que este regalo
te lo entregan mis manos tan ansiosas.
Hoy he visto a las olas, en los mares,
y cruzar, en el parque, dos alondras,
y también a unos niños que jugaban
y secaban sus manos en la ropa.
He podido embriagarme con la brisa
y sentir a sus besos de amapola,
para luego ofrecerme, de los cielos,
ese manto infinito que me asombra.
Y así fueron surgiendo los detalles
en la nueva jornada que me toca,
caminar nuevamente por la vida
y enseñar mi sonrisa a todas horas.
Y surgieron, de pronto, nuestras flores,
y sentí la pasión que me desborda,
arrancando despacio y con cuidado,
unas rosas, sin duda, primorosas.
"...Son por ti, estas letras y mis versos,
aunque nada te digan, y es mi forma,
de entregar el amor y mi cariño
como flores y besos en tu alcoba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/06/14
aunque nunca lo sepas de mi boca,
quiero ver en tus ojos la sorpresa
y que sientas el roce de sus rosas.
Pensarás, con sutiles pensamientos,
que es quizás un presente para otras,
pero nunca sabrás que este regalo
te lo entregan mis manos tan ansiosas.
Hoy he visto a las olas, en los mares,
y cruzar, en el parque, dos alondras,
y también a unos niños que jugaban
y secaban sus manos en la ropa.
He podido embriagarme con la brisa
y sentir a sus besos de amapola,
para luego ofrecerme, de los cielos,
ese manto infinito que me asombra.
Y así fueron surgiendo los detalles
en la nueva jornada que me toca,
caminar nuevamente por la vida
y enseñar mi sonrisa a todas horas.
Y surgieron, de pronto, nuestras flores,
y sentí la pasión que me desborda,
arrancando despacio y con cuidado,
unas rosas, sin duda, primorosas.
"...Son por ti, estas letras y mis versos,
aunque nada te digan, y es mi forma,
de entregar el amor y mi cariño
como flores y besos en tu alcoba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/06/14
CON EL PASO DEL TIEMPO...
Con el paso del tiempo vino, a mí, la paciencia,
a dejarme su gracia y su excelso primor;
y calmaron los nervios su febril inocencia
inundando mi alma con la paz y el candor.
Con el paso del tiempo aprendí muchas cosas
que los hombres sonríen, a pesar del dolor,
que hay riqueza y miseria entre lirios y rosas
y también hay otoños con brillante color.
Con el paso del tiempo pude ver la distancia
que separa a los bosques del jardín y la flor,
y también esa arruga, que con gran abundancia
nace pronto en la frente del vecino pastor.
Con el paso del tiempo fui capaz, en la vida,
de mirarla a los ojos y hasta oír su rumor,
porque todo renace y se cura, en la herida,
de los niños que sueñan con un mundo mejor.
Con el paso del tiempo se perdió la mirada
el rubor tan intenso con el brillo interior,
porque todo termina con el hombre y la azada
que camina hacia casa y se seca el sudor.
Con el paso del tiempo ya no sé lo que pienso,
si mi vida es tranquila o si voy a peor,
pero noto tu vida, y con ella el incienso,
que desprenden tus ojos, con profundo rubor.
Con el paso del tiempo se cerraron mis labios,
y lloraron los cielos sin apenas clamor,
se acabaron los besos tan cercanos y sabios
que tenían tu esencia y también tu licor.
Con el paso del tiempo vuelvo a ti, viejo roble,
doloroso y furtivo a pedirte un favor,
que me lleves contigo a ese reino tan noble,
donde un día los sueños, me entregaron su amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/14
a dejarme su gracia y su excelso primor;
y calmaron los nervios su febril inocencia
inundando mi alma con la paz y el candor.
Con el paso del tiempo aprendí muchas cosas
que los hombres sonríen, a pesar del dolor,
que hay riqueza y miseria entre lirios y rosas
y también hay otoños con brillante color.
Con el paso del tiempo pude ver la distancia
que separa a los bosques del jardín y la flor,
y también esa arruga, que con gran abundancia
nace pronto en la frente del vecino pastor.
Con el paso del tiempo fui capaz, en la vida,
de mirarla a los ojos y hasta oír su rumor,
porque todo renace y se cura, en la herida,
de los niños que sueñan con un mundo mejor.
Con el paso del tiempo se perdió la mirada
el rubor tan intenso con el brillo interior,
porque todo termina con el hombre y la azada
que camina hacia casa y se seca el sudor.
Con el paso del tiempo ya no sé lo que pienso,
si mi vida es tranquila o si voy a peor,
pero noto tu vida, y con ella el incienso,
que desprenden tus ojos, con profundo rubor.
Con el paso del tiempo se cerraron mis labios,
y lloraron los cielos sin apenas clamor,
se acabaron los besos tan cercanos y sabios
que tenían tu esencia y también tu licor.
Con el paso del tiempo vuelvo a ti, viejo roble,
doloroso y furtivo a pedirte un favor,
que me lleves contigo a ese reino tan noble,
donde un día los sueños, me entregaron su amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/14
miércoles, 18 de junio de 2014
ME ACORDABA DE UN RINCÓN...
Me acordaba de un rincón
y de noches con estrellas,
con la sombra de aquel pino
orgulloso y centinela.
La ciudad quedaba atrás
y en la misma tanta esencia,
con recuerdos de un pasado
entre versos y poemas.
Porque aquí surgió la magia,
los suspiros y bellezas,
la ilusión por un futuro
compartido y sin reservas.
Yo escuché las caracolas
y los cantos de sirenas
y te dije que te amaba
recordando las mareas.
Vi los cielos entreabiertos
y por ellos mil luciérnagas,
que aplaudían con sus luces
juguetonas y coquetas.
Y te amé sin más palabras
en presente y en ausencia,
rescatando de tus labios
el susurro de tus venas.
Me decías que me amabas
con tu alma de gacela
y también con tus sentidos
desbocados cual galerna.
Y no quise resistirme
al encanto de tus huellas,
y seguí tras tus pisadas
peregrino de tu senda.
"...Me acordaba de un rincón
casi, casi de novela,
donde tanto nos amamos
y escuché tu voz tan bella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Jaca, 08/06/14
y de noches con estrellas,
con la sombra de aquel pino
orgulloso y centinela.
La ciudad quedaba atrás
y en la misma tanta esencia,
con recuerdos de un pasado
entre versos y poemas.
Porque aquí surgió la magia,
los suspiros y bellezas,
la ilusión por un futuro
compartido y sin reservas.
Yo escuché las caracolas
y los cantos de sirenas
y te dije que te amaba
recordando las mareas.
Vi los cielos entreabiertos
y por ellos mil luciérnagas,
que aplaudían con sus luces
juguetonas y coquetas.
Y te amé sin más palabras
en presente y en ausencia,
rescatando de tus labios
el susurro de tus venas.
Me decías que me amabas
con tu alma de gacela
y también con tus sentidos
desbocados cual galerna.
Y no quise resistirme
al encanto de tus huellas,
y seguí tras tus pisadas
peregrino de tu senda.
"...Me acordaba de un rincón
casi, casi de novela,
donde tanto nos amamos
y escuché tu voz tan bella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Jaca, 08/06/14
martes, 17 de junio de 2014
ES UN BANCO SOLITARIO...
Es un banco solitario
y una flor recién cortada,
yo me acerco en el silencio
y me siento a contemplarla.
Es posible que este signo
tu dejaras, sin palabras,
intentando que lo vieran
mis pupilas con tu magia.
Hay suspiros en el aire
y en las sombras de las ramas,
y unos pájaros se esconden
al rumor de las pisadas.
Hoy la luna está en creciente
con su cara de nostalgia,
y un reflejo primoroso
nos devuelve su mirada.
Yo sonrío, en este acto,
y te veo recostada,
a mi lado, sonriendo,
y cerradas tus pestañas.
Yo te miro y acaricio
esa cara de gitana,
ese pelo tan rebelde
y a tu cuerpo en la distancia.
A lo lejos ya repican,
solitarias, las campanas,
anunciando así las ocho
de una tarde que se apaga.
Más me queda tu recuerdo
con el fuego y con las llamas,
y la foto incomparable
que dejaste allí, en mi alma.
"...Es un banco solitario
y unas flores que me aguardan,
yo las tomo en tu recuerdo
y las beso sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Jaca, 07/06/14
y una flor recién cortada,
yo me acerco en el silencio
y me siento a contemplarla.
Es posible que este signo
tu dejaras, sin palabras,
intentando que lo vieran
mis pupilas con tu magia.
Hay suspiros en el aire
y en las sombras de las ramas,
y unos pájaros se esconden
al rumor de las pisadas.
Hoy la luna está en creciente
con su cara de nostalgia,
y un reflejo primoroso
nos devuelve su mirada.
Yo sonrío, en este acto,
y te veo recostada,
a mi lado, sonriendo,
y cerradas tus pestañas.
Yo te miro y acaricio
esa cara de gitana,
ese pelo tan rebelde
y a tu cuerpo en la distancia.
A lo lejos ya repican,
solitarias, las campanas,
anunciando así las ocho
de una tarde que se apaga.
Más me queda tu recuerdo
con el fuego y con las llamas,
y la foto incomparable
que dejaste allí, en mi alma.
"...Es un banco solitario
y unas flores que me aguardan,
yo las tomo en tu recuerdo
y las beso sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Jaca, 07/06/14
domingo, 15 de junio de 2014
NO ES FÁCIL RELATAR LO QUE SE SIENTE...
No es fácil relatar lo que se siente
y más cuando es amor por una causa,
se pueden describir las emociones
pero es una agonía el relatarlas.
Se sacan sentimientos poco a poco
y salen desde el fondo de las almas,
se vuelcan como olas en la arena
que llegan a dormirse por las playas.
Amar es algo simple y muy sencillo
que llena corazones con su magia,
transforma las nostalgias en sonrisas
haciendo que enmudezcan las cigarras.
Se vuelca el corazón en un sentido
y apunta con su norte hacia la nada,
rompiendo las cadenas invisibles
que impiden los abrazos que las atan.
No es fácil relatar lo que se siente,
le dice el jovencito a la muchacha,
quizás con los rubores juveniles
y un poco de inocencia de su infancia.
Pero es el corazón enamorado,
aquel que en la galerna se desata,
el mismo que pelea, sin saberlo,
por culpa del amor en las batallas.
Se puede navegar contracorriente
y es fácil que te envuelvan las resacas,
por eso se entristecen las estrellas
y dejan por los cielos tantas lágrimas.
Un hombre las contempla entristecido,
un niño sin cometas y sin alas,
igual que el peregrino que camina
de noche por senderos y sin marcas.
"...No es fácil relatar lo que se siente
y más si es el amor lo que se narra,
seguro que es mejor, que los suspiros
entreguen esos besos sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/14
y más cuando es amor por una causa,
se pueden describir las emociones
pero es una agonía el relatarlas.
Se sacan sentimientos poco a poco
y salen desde el fondo de las almas,
se vuelcan como olas en la arena
que llegan a dormirse por las playas.
Amar es algo simple y muy sencillo
que llena corazones con su magia,
transforma las nostalgias en sonrisas
haciendo que enmudezcan las cigarras.
Se vuelca el corazón en un sentido
y apunta con su norte hacia la nada,
rompiendo las cadenas invisibles
que impiden los abrazos que las atan.
No es fácil relatar lo que se siente,
le dice el jovencito a la muchacha,
quizás con los rubores juveniles
y un poco de inocencia de su infancia.
Pero es el corazón enamorado,
aquel que en la galerna se desata,
el mismo que pelea, sin saberlo,
por culpa del amor en las batallas.
Se puede navegar contracorriente
y es fácil que te envuelvan las resacas,
por eso se entristecen las estrellas
y dejan por los cielos tantas lágrimas.
Un hombre las contempla entristecido,
un niño sin cometas y sin alas,
igual que el peregrino que camina
de noche por senderos y sin marcas.
"...No es fácil relatar lo que se siente
y más si es el amor lo que se narra,
seguro que es mejor, que los suspiros
entreguen esos besos sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/14
sábado, 14 de junio de 2014
VUELA LIBRE MARIPOSA...
Vuela libre mariposa
y atraviesa las fronteras
con el beso de mis labios
y la luz de las estrellas.
Vuela y cruza los caminos
con tus alas tan coquetas,
y no seas timorata
ni de nadie prisionera.
Porque el vuelo que te dicto
es aquel, que los poetas,
descubrieron un buen día
en la tinta de sus letras.
Y plasmaron al cuaderno
ese vuelo y su belleza,
de las alas amarillas,
azuladas y violetas.
Vuela libre mariposa
hasta el valle que deseas
a embriagarte de la vida
y también de su belleza.
Vuela y vuela, sin descanso,
por senderos y praderas,
por oscuros callejones
aunque tengas que abrir puertas.
Porque el vuelo, del que hablo,
es eterno y sin cadenas,
entre espinos y entre rosas
y entre cardos y salmuera.
Y aunque soplen temporales
vencerás a las galernas,
en tu vuelo enamorado
persiguiendo mil quimeras.
"...Vuela libre mariposa
que tus alas están llenas,
de ese polvo y de la magia
que hoy te dejo en el poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/14
y atraviesa las fronteras
con el beso de mis labios
y la luz de las estrellas.
Vuela y cruza los caminos
con tus alas tan coquetas,
y no seas timorata
ni de nadie prisionera.
Porque el vuelo que te dicto
es aquel, que los poetas,
descubrieron un buen día
en la tinta de sus letras.
Y plasmaron al cuaderno
ese vuelo y su belleza,
de las alas amarillas,
azuladas y violetas.
Vuela libre mariposa
hasta el valle que deseas
a embriagarte de la vida
y también de su belleza.
Vuela y vuela, sin descanso,
por senderos y praderas,
por oscuros callejones
aunque tengas que abrir puertas.
Porque el vuelo, del que hablo,
es eterno y sin cadenas,
entre espinos y entre rosas
y entre cardos y salmuera.
Y aunque soplen temporales
vencerás a las galernas,
en tu vuelo enamorado
persiguiendo mil quimeras.
"...Vuela libre mariposa
que tus alas están llenas,
de ese polvo y de la magia
que hoy te dejo en el poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/14
viernes, 13 de junio de 2014
ME ENCONTRÉ CON TUS OJOS...
Me encontré con tus ojos
que buscaban el cielo,
una tarde de junio
y nordeste violento.
Y tus ojos buscaron
a los míos con miedo,
con temblor impaciente
y con cierto respeto.
Era culpa del aire,
de la brisa sin freno,
que dejaba en tu cara
aquel roce del viento.
Y sentí, de tus ojos,
esos guiños traviesos,
esas luces sin nombre
con suspiros eternos.
Me encontré con tus ojos
de perfil marinero,
y unos copos gitanos
de sutil embeleso.
Y quedaron prendidas
mis pupilas en ellos,
y leí sus poemas
de leyendas y sueños.
Y en tus ojos tan lindos
ascendí hasta los cielos,
en un barco de plata
sin timón y sin remos.
Y soñé, como un niño,
y gocé, sin saberlo,
al sentir a la sangre
galopar en mi pecho.
Me encontré con tus ojos
que miraban risueños,
y su dulce sonrisa
prolongó mi tormento.
Me dejaron sin vida,
en un mundo de cuerdos,
donde solo hacen guardia
los poetas aquellos.
Los que buscan amores
y princesas en cuentos,
sin saber que muy cerca
hay un alma latiendo.
Hay un ser que te mira
y te habla en silencio,
susurrando palabras
y un final de embeleso
"...Me encontré con tus ojos
¡amor mío!, y no quiero
resistir tu mirada
ni negarte mis besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/14
que buscaban el cielo,
una tarde de junio
y nordeste violento.
Y tus ojos buscaron
a los míos con miedo,
con temblor impaciente
y con cierto respeto.
Era culpa del aire,
de la brisa sin freno,
que dejaba en tu cara
aquel roce del viento.
Y sentí, de tus ojos,
esos guiños traviesos,
esas luces sin nombre
con suspiros eternos.
Me encontré con tus ojos
de perfil marinero,
y unos copos gitanos
de sutil embeleso.
Y quedaron prendidas
mis pupilas en ellos,
y leí sus poemas
de leyendas y sueños.
Y en tus ojos tan lindos
ascendí hasta los cielos,
en un barco de plata
sin timón y sin remos.
Y soñé, como un niño,
y gocé, sin saberlo,
al sentir a la sangre
galopar en mi pecho.
Me encontré con tus ojos
que miraban risueños,
y su dulce sonrisa
prolongó mi tormento.
Me dejaron sin vida,
en un mundo de cuerdos,
donde solo hacen guardia
los poetas aquellos.
Los que buscan amores
y princesas en cuentos,
sin saber que muy cerca
hay un alma latiendo.
Hay un ser que te mira
y te habla en silencio,
susurrando palabras
y un final de embeleso
"...Me encontré con tus ojos
¡amor mío!, y no quiero
resistir tu mirada
ni negarte mis besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/14
YO RECUERDO LAS MONTAÑAS...
Yo recuerdo las montañas,
las campiñas y las huertas,
y también a los frutales
que ofrecían las cerezas.
Eran tiernas y febriles,
casi casi de leyenda,
mas tenían el encanto
y la gracia de la Vera.
Yo tomé de aquellas ramas
unas cuantas siempre frescas,
que dejaron en mi boca
sensaciones muy diversas.
Y soñé, como los niños,
cuando buscan su princesa,
en los años primorosos
de una infancia que se aleja.
Yo recuerdo las montañas
y a los huertos de cerezas,
y recuerdo bien los labios
que rozaron a mi lengua.
Porque de ellos recibieron
esa música sincera,
ese beso, sin palabras
y el sabor que da la tierra.
Yo no olvido aquel instante
ni la noche tan eterna,
ni aquel brillo de la luna
coronada por estrellas.
Y lo guardo en el recuerdo,
bien atado en la alacena,
ese mundo de los hombres
que son niños y poetas.
"...Yo recuerdo las montañas
y el verdor de las praderas,
y el reflejo de tus ojos
con la miel y las cerezas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/14
las campiñas y las huertas,
y también a los frutales
que ofrecían las cerezas.
Eran tiernas y febriles,
casi casi de leyenda,
mas tenían el encanto
y la gracia de la Vera.
Yo tomé de aquellas ramas
unas cuantas siempre frescas,
que dejaron en mi boca
sensaciones muy diversas.
Y soñé, como los niños,
cuando buscan su princesa,
en los años primorosos
de una infancia que se aleja.
Yo recuerdo las montañas
y a los huertos de cerezas,
y recuerdo bien los labios
que rozaron a mi lengua.
Porque de ellos recibieron
esa música sincera,
ese beso, sin palabras
y el sabor que da la tierra.
Yo no olvido aquel instante
ni la noche tan eterna,
ni aquel brillo de la luna
coronada por estrellas.
Y lo guardo en el recuerdo,
bien atado en la alacena,
ese mundo de los hombres
que son niños y poetas.
"...Yo recuerdo las montañas
y el verdor de las praderas,
y el reflejo de tus ojos
con la miel y las cerezas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/14
jueves, 12 de junio de 2014
LLORA EL ALMA...
Llora el alma mientras suena la guitarra
y le acompañan las estrellas.
Es una noche fría y repelente
con una brisa helada que congela
los sentidos.
Siento el corazón que se desangra
y no tengo medicinas para darle,
ni tampoco esa aguja y ese hilo
para cauterizar deprisa las heridas.
Hay un temblor imperceptible en las pupilas,
una niebla viscosa y una bruma
que me hace estremecer.
Las lágrimas asoman en los ojos
y ruedan, sin querer, por las mejillas.
Me pregunto qué me pasa y hay silencio
en la respuesta,
porque nada me sucede,
nada que merezca estar así en esta hora,
nada que me altere los sentidos,
nada que violente la quietud de los
cipreses en mis sienes.
Es posible que este llanto silencioso
tenga un móvil y un reflejo.
Es posible que lejanos vendavales
hoy sacudan los recuerdos y lo blanco
del presente sea visto como negro
en el futuro.
Es posible que la vida que hoy disfruto,
esté llena de placeres y delicias,
me depare la sorpresa, en un mañana,
de invertir esos regalos
y de ser, en esta noche, precursora
de infortunios y de males.
Llora el alma y la guitarra le acompaña
en esta hora.
Llora el hombre y se limpia sus mejillas
mientras siente que en su mano, otra mano,
la de un niño allí se posa
y le pregunta qué le pasa.
La respuesta es bien sencilla y no la niega:
"Nada pasa, de verdad, es solamente
la emoción de ver la noche y las estrellas..."
Y aquel niño confiado, el que lleva de la mano,
el que está vivo en su pecho,
el que sueña en su almohada, por las noches,
el que juega con cometas en la playa,
el que ríe con su risa cristalina,
el que sueña y el que ama,
le sonríe simplemente y le dice
que adelante,
que la vida continúa y no se para,
que mañana será lunes y que hoy,
en esta noche,
han salido las estrellas, muy coquetas
a dejarles mil regalos
en sus besos y en la luz que les envían.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/06/14
miércoles, 11 de junio de 2014
REMINISCENCIAS XVI
XVI
Puedo ver aquel hombre, en la distancia,
que miraba las aguas y las tardes
intentando arrancar unas respuestas
a la vida.
Y le veo en la arena de la playa
con la vista clavada en el vacío,
más allá de horizontes y fronteras.
Era un joven de nobles sentimientos
y cargado de amores y pasiones,
en un tiempo tan nuevo y renovado
que surgió, con razón y con protestas,
de aquel mayo francés tan recordado.
Y le veo mirando hacia el futuro,
sin pensar en recuerdos ni en saudades.
En su alma no tiemblan margaritas.
No hay laureles ni lirios encantados.
Sólo el pulso le tiembla dulcemente
en un pecho que grita y que se ofrece
a emprender la batalla de unos años
diferentes,
de un amor que precisa y que desea,
de unos labios reales y calientes,
de unos ojos que hablen sin descanso,
de unas manos que vengan a las suyas,
de unos senos que tiemblen al rozarlos...
Porque ansía la vida como nadie
y la quiere vivir aquí y ahora,
sin pretextos ni halagos y promesas,
porque tiene el presente en su mirada
y en su aliento,
y el futuro, se le antoja tan distante
y muy lejano.
Él se siente, en verdad, un extranjero.
Un muchacho real y diferente,
en un mundo de locos y de cuerdos,
donde sueña el romántico sin casa,
donde estudian los niños en la escuela,
donde se hace la vida en la cocina
y en la mesa se asumen las verdades.
Es un dogma vivir de esa manera,
un ritual el estar sin cuestionarse,
y los hombres trabajan y descansan
en un mundo que sigue arrinconado
a prejuicios y antojos del pasado.
Es por eso que intenta romper
esas cadenas invisibles
que le atan a un mundo caducado,
y volar con sus alas de colores
al presente y al hoy que se le ofrece.
Pero sabe también, y es muy consciente,
que la vida se forja día a día,
que se ama y se odia en un instante,
que el suspiro fugaz de las alondras
puede hacer que se rompan los cristales
de los sueños.
Y si sangran los pechos malheridos,
es posible que muera la esperanza,
que se agote en los labios las preguntas
y que nadie responda a las llamadas.
Es por eso que, el hombre soñoliento,
extranjero del pueblo y de su patria,
se cuestione, sin duda, tantas cosas
y hasta piense que vive de regalo.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/14
martes, 10 de junio de 2014
SE CANSÓ...
Se cansó de la vida y también de los sueños,
de seguir por la playa soportando el calor.
Se cansó de las huellas que llevaban al cielo
y miró más abajo, y de pronto te vio.
Y volvió tras sus pasos a buscarte de lejos,
a seguir tu camino con candor y pasión,
porque así le guiabas, por angostos senderos,
por cañadas y valles hacia un mundo mejor.
Se cansó de palabras y de oscuros silencios
que pedían aplausos y una nueva canción,
porque todo en la vida tiene añejos recuerdos
con la copa de vino que brindamos al sol.
Y bebió de aquel vaso ese néctar sincero,
con el trago agridulce y recuerdos de ron,
y viajó por las nubes en un barco sin remos
sin timón y sin rumbo hacia un puerto mejor.
Se cansó de buscar por las aguas reflejos
de gaviotas con nombre y alcatraces sin voz,
y siguió su camino, sin parar, soñoliento,
peregrino y sin patria con su eterno zurrón.
Y sintió que el salitre le quemaba en el cuerpo,
le llegaba hasta el alma y causaba dolor,
porque todo en la vida tiene esencia y misterio,
y es aquello que aviva al fugaz corazón.
Se cansó de esperarte aquel hombre ya viejo
en el parque del norte sosteniendo una flor,
una rosa marchita, unos labios y un beso
que pedían a cambio, otro beso entre dos.
Pero tú le llamaste con su nombre secreto,
y aquel lirio de antaño en el pecho tembló,
y volaron de nuevo, los cometas al cielo
y brillaron sus ojos renaciendo el amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/14
de seguir por la playa soportando el calor.
Se cansó de las huellas que llevaban al cielo
y miró más abajo, y de pronto te vio.
Y volvió tras sus pasos a buscarte de lejos,
a seguir tu camino con candor y pasión,
porque así le guiabas, por angostos senderos,
por cañadas y valles hacia un mundo mejor.
Se cansó de palabras y de oscuros silencios
que pedían aplausos y una nueva canción,
porque todo en la vida tiene añejos recuerdos
con la copa de vino que brindamos al sol.
Y bebió de aquel vaso ese néctar sincero,
con el trago agridulce y recuerdos de ron,
y viajó por las nubes en un barco sin remos
sin timón y sin rumbo hacia un puerto mejor.
Se cansó de buscar por las aguas reflejos
de gaviotas con nombre y alcatraces sin voz,
y siguió su camino, sin parar, soñoliento,
peregrino y sin patria con su eterno zurrón.
Y sintió que el salitre le quemaba en el cuerpo,
le llegaba hasta el alma y causaba dolor,
porque todo en la vida tiene esencia y misterio,
y es aquello que aviva al fugaz corazón.
Se cansó de esperarte aquel hombre ya viejo
en el parque del norte sosteniendo una flor,
una rosa marchita, unos labios y un beso
que pedían a cambio, otro beso entre dos.
Pero tú le llamaste con su nombre secreto,
y aquel lirio de antaño en el pecho tembló,
y volaron de nuevo, los cometas al cielo
y brillaron sus ojos renaciendo el amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/14
sábado, 7 de junio de 2014
PARECE QUE LOS CIELOS SE ENTRISTECEN...
Parece que los cielos se entristecen
y lloran, sin querer, agua bendita,
sus ojos delicados ´no sonríen
y sueltan unas lágrimas furtivas.
Abajo los mortales, las miramos,
con mezcla de ilusión y fantasía
cubriendo nuestros labios presurosas
igual que el corazón y sus cortinas.
Yo miro más allá de la ventana
y veo como empapan la casita,
las gotas primorosas, que los cielos,
envían con su cálida sonrisa.
Contemplo los caminos y los charcos,
las matas con floridas margaritas,
el río que discurre por el valle
y el verde tan alegre de la encina.
Parece un escenario de los cuentos,
que surge con los cielos y la brisa,
volviendo, renovado, hasta el presente
dejándonos mil lágrimas furtivas.
Por eso los suspiros son reales
y surgen mariposas renacidas,
que vuelan con sus alas de colores
dejando, entre la lluvia, su alegría.
Las notas de este bello pentagrama
auguran una música divina,
dejando discurrir las emociones
a todos los rincones de la vida.
Y un tierno corazón que está latiendo,
que busca entre los cielos la rendija,
verá como la luz llega y le ciega,
y calma el dulce ardor de sus mejillas.
"...Parece que los cielos se entristecen
y trato de escribirte, vida mía,
me embriago de la lluvia de los cielos,
y beso, en la distancia, tus pupilas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/14
y lloran, sin querer, agua bendita,
sus ojos delicados ´no sonríen
y sueltan unas lágrimas furtivas.
Abajo los mortales, las miramos,
con mezcla de ilusión y fantasía
cubriendo nuestros labios presurosas
igual que el corazón y sus cortinas.
Yo miro más allá de la ventana
y veo como empapan la casita,
las gotas primorosas, que los cielos,
envían con su cálida sonrisa.
Contemplo los caminos y los charcos,
las matas con floridas margaritas,
el río que discurre por el valle
y el verde tan alegre de la encina.
Parece un escenario de los cuentos,
que surge con los cielos y la brisa,
volviendo, renovado, hasta el presente
dejándonos mil lágrimas furtivas.
Por eso los suspiros son reales
y surgen mariposas renacidas,
que vuelan con sus alas de colores
dejando, entre la lluvia, su alegría.
Las notas de este bello pentagrama
auguran una música divina,
dejando discurrir las emociones
a todos los rincones de la vida.
Y un tierno corazón que está latiendo,
que busca entre los cielos la rendija,
verá como la luz llega y le ciega,
y calma el dulce ardor de sus mejillas.
"...Parece que los cielos se entristecen
y trato de escribirte, vida mía,
me embriago de la lluvia de los cielos,
y beso, en la distancia, tus pupilas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/14
viernes, 6 de junio de 2014
ME ENTRETENGO CONTANDO LAS ESTRELLAS...
Me entretengo contando las estrellas
en un cielo de luna plateada,
sin pensar en los hombres y mujeres
que las miran, también, desde sus casas.
Puede ser que seamos mil testigos
contemplando esta escena que resalta,
esos puntos de luz que parpadean,
que susurran silentes y nos hablan.
Pero yo sigo fiel en mi recuento
y prosigo esa suma de la nada,
observando una estrella que reluce
y es señal de su vida que se acaba.
Me permito soñar, en un momento,
en los años de luces que separan,
a la estrella tan linda que agoniza
y se sume sin más entre las aguas.
Pero debo seguir, desde el silencio,
repasando fulgores que resaltan,
contemplando la enorme maravilla
de ese cielo que duerme y nos aguarda.
Porque todo es fulgor y pleitesía
en un reino de cuentos y de hadas,
donde surgen los versos más profundos
y las letras más dulces sin palabras.
Y es aquí, donde encuentro la belleza,
en el lecho de estrellas que, enhebradas,
van saliendo y se asoman temerosas,
a una tierra plagada de cigarras.
Y los hombres las vemos soñolientos,
embriagados, quizás, de tanta calma,
y seguimos soñando como niños
en un mundo de brumas y fantasmas.
"...Me entretengo contando las estrellas
y hasta rezo por tantas que me faltan,
y por una, especial, en esta noche,
que agoniza y se funde con el alba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/14
en un cielo de luna plateada,
sin pensar en los hombres y mujeres
que las miran, también, desde sus casas.
Puede ser que seamos mil testigos
contemplando esta escena que resalta,
esos puntos de luz que parpadean,
que susurran silentes y nos hablan.
Pero yo sigo fiel en mi recuento
y prosigo esa suma de la nada,
observando una estrella que reluce
y es señal de su vida que se acaba.
Me permito soñar, en un momento,
en los años de luces que separan,
a la estrella tan linda que agoniza
y se sume sin más entre las aguas.
Pero debo seguir, desde el silencio,
repasando fulgores que resaltan,
contemplando la enorme maravilla
de ese cielo que duerme y nos aguarda.
Porque todo es fulgor y pleitesía
en un reino de cuentos y de hadas,
donde surgen los versos más profundos
y las letras más dulces sin palabras.
Y es aquí, donde encuentro la belleza,
en el lecho de estrellas que, enhebradas,
van saliendo y se asoman temerosas,
a una tierra plagada de cigarras.
Y los hombres las vemos soñolientos,
embriagados, quizás, de tanta calma,
y seguimos soñando como niños
en un mundo de brumas y fantasmas.
"...Me entretengo contando las estrellas
y hasta rezo por tantas que me faltan,
y por una, especial, en esta noche,
que agoniza y se funde con el alba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/14
SI AHORA MISMO...
Si ahora mismo estuvieras a mi lado
soplaría en tu pelo para apartar
esas legañas, que no llevas, en tus ojos,
pero sí que están ancladas, en el alma,
y te dejan una huella de dolor y de tristeza.
Trataría de mimarte con mis dedos
recorriendo esos pliegues tan hermosos
de tu cuerpo
y a tus ojos besaría, poco a poco,
por librarlos de fantasmas y cadenas
que los atan a un recuerdo ya lejano.
Es posible que te hablara
en el silencio de la noche,
como ahora, con mis letras,
y dejara en tus oídos ese canto
y esos versos que tú esperas
y quizás recuperaras, de esa forma,
la sonrisa de cristal que te arrancaron
hace tiempo.
Sin embargo, estoy seguro, de que yo
me embriagaría de tu sueño
y tus abrazos y estaría junto a ti
para medir las pulsaciones de tu pecho,
intentando de esa forma ser el cáliz
de tus labios y la sangre de tus venas
y el botón supersensible de tus senos
recibiendo la caricia de mis dedos.
Pero sé que es utopía lo que escribo
y que estás, (aunque no estás),
en la recta imaginaria que se traza
sobre un mapa,
en el sueño en que me sumo abrazado
a la almohada por la noche,
en el folio de papel donde dejaste
unos versos perfumados y un poema,
en la foto que me diste
y que guardo en mi cartera, desde entonces,
en el beso compartido y que nos dimos
en la tarde,
en las aguas cantarinas de aquel río
que bajaba por el pueblo
y en la alcoba y en el lecho
donde vimos las estrellas.
Si ahora mismo estuvieras a mi lado
te diría que te quiero y que te amo,
te daría simplemente lo que tengo
y trataría de leerte aquella nana
de la infancia,
para hacer que, con mis besos,
se marcharan, para siempre,
las legañas de tu alma
y durmieras, como nunca,
ese sueño tan ansiado.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/14
jueves, 5 de junio de 2014
PORQUE...
Porque suenan y resuenan
campanillas por la vida
y se acercan los pastores
con su eterna poesía.
...Es así como renacen
primaveras y caricias
en un mundo de los sueños
renovado día a día.
Porque llaman a la puerta
y responden tus pupilas,
y se fijan en las manos
y en la cara tan bonita.
...Es por eso que amanece
en los labios la sonrisa,
y en el pecho mil latidos
con su eterna algarabía.
Porque cantan las cigarras
y despiertan la campiña,
y las rosas se estremecen
de una forma sibilina.
...Es la nota y el arpegio
de la mano del artista
que consagra en este acto
a la música divina.
Porque son los girasoles
los que escapan a la brisa,
y se giran, por los campos,
tras la luz que necesitan.
...Es el cuadro ilusionado
con la firma de un artista,
que dejó por los desvanes
sus locuras infinitas.
Porque son negros tus ojos
y preciosa tu sonrisa,
y además eres la fuente
que me alivia la fatiga.
...Es por eso que te quiero,
sin dudar ni medias tintas,
y te entrego mi cariño
con un beso en tus mejillas.
Porque estoy enamorado
y hasta el alma ya suspira,
y me pide que te busque
y en silencio te lo diga.
...Es por tanto, que eso hago,
y mis labios lo musitan:
yo te amo sin palabras,
para siempre, vida mía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/14
campanillas por la vida
y se acercan los pastores
con su eterna poesía.
...Es así como renacen
primaveras y caricias
en un mundo de los sueños
renovado día a día.
Porque llaman a la puerta
y responden tus pupilas,
y se fijan en las manos
y en la cara tan bonita.
...Es por eso que amanece
en los labios la sonrisa,
y en el pecho mil latidos
con su eterna algarabía.
Porque cantan las cigarras
y despiertan la campiña,
y las rosas se estremecen
de una forma sibilina.
...Es la nota y el arpegio
de la mano del artista
que consagra en este acto
a la música divina.
Porque son los girasoles
los que escapan a la brisa,
y se giran, por los campos,
tras la luz que necesitan.
...Es el cuadro ilusionado
con la firma de un artista,
que dejó por los desvanes
sus locuras infinitas.
Porque son negros tus ojos
y preciosa tu sonrisa,
y además eres la fuente
que me alivia la fatiga.
...Es por eso que te quiero,
sin dudar ni medias tintas,
y te entrego mi cariño
con un beso en tus mejillas.
Porque estoy enamorado
y hasta el alma ya suspira,
y me pide que te busque
y en silencio te lo diga.
...Es por tanto, que eso hago,
y mis labios lo musitan:
yo te amo sin palabras,
para siempre, vida mía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/14
miércoles, 4 de junio de 2014
REMINISCENCIAS XV
No sabes la de veces
que yo he ido hasta tu puerta
y me he vuelto sin decirte nunca nada,
ni llamar con los nudillos a la misma.
Yo quería transmitirte mis palabras,
recitarte unos poemas simplemente,
compartir aquellas letras
que nacían, sin pensarlo,
y dejarte ese regalo en tu alacena.
Pero el miedo superaba
los pequeños fogonazos de valor
que me llegaban
y me hacían suspender las intenciones
que tenía.
Es por eso que volvía quejumbroso
de esa puerta venerada,
de esa estancia donde estabas
y sabía que tus labios, tan ansiosos,
me esperaban con deseo.
Porque el miedo, como digo,
me embargaba por completo,
me atraía hacia su lado
provocando reacciones en mi cuerpo
y en mi alma.
Un sudor incomprensible se formaba
por mis brazos y mi espalda,
un torrente que me helaba
y que me hacía tiritar en un instante.
Y aquel cuerpo sudoroso y empapado,
se volvía hacia su punto de retorno
con la lágrima naciente en las pupilas,
dejando atrás aquella puerta venerada
con su magia inaccesible,
aquel cuarto donde tú
te entretenías con tus versos,
aquel mundo de ilusión y fantasía,
recreado tantas veces en mis sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/14
martes, 3 de junio de 2014
AQUELLA VIEJA FUENTE...
Aquella vieja fuente,
con aguas cantarinas,
dejaba mil suspiros
mezclados con sonrisas.
Allí se paseaban
las tiernas golondrinas,
en vuelos primorosos
y en forma de caricias.
Sus lazos invisibles
trazaban y cosían,
estelas de diamantes
con lindas margaritas.
La fuente, en su silencio,
el agua discurría,
con ecos muy sonoros
y música divina.
Aquella vieja fuente
el alma estremecía,
lo hacía sin saberlo,
quizás en su morriña.
Las jóvenes miraban,
los chicos la bebían,
y todos en su caño
hallaban pleitesía.
Bajaban los gorriones,
bebían de la pila,
y al parque se volaban
sin dar la despedida.
Viví esas sensaciones
y vi lo que sentían,
los ojos candorosos
del niño y sus pupilas.
Aquella vieja fuente
así se entretenía,
manando en el silencio
las aguas de la vida.
Los niños se mojaban,
las madres les reñían,
quizás, como advertencia,
de males de otros días.
Y yo la contemplaba
un poco con malicia,
tratando de robarle
la eterna fantasía.
No sé si fue posible
sentir esas caricias,
más sé que yo temblaba
de amor y no de envidia.
"...Aquella vieja fuente
sintió melancolía,
y un día ya lejano
secó, sin más, su risa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/14
con aguas cantarinas,
dejaba mil suspiros
mezclados con sonrisas.
Allí se paseaban
las tiernas golondrinas,
en vuelos primorosos
y en forma de caricias.
Sus lazos invisibles
trazaban y cosían,
estelas de diamantes
con lindas margaritas.
La fuente, en su silencio,
el agua discurría,
con ecos muy sonoros
y música divina.
Aquella vieja fuente
el alma estremecía,
lo hacía sin saberlo,
quizás en su morriña.
Las jóvenes miraban,
los chicos la bebían,
y todos en su caño
hallaban pleitesía.
Bajaban los gorriones,
bebían de la pila,
y al parque se volaban
sin dar la despedida.
Viví esas sensaciones
y vi lo que sentían,
los ojos candorosos
del niño y sus pupilas.
Aquella vieja fuente
así se entretenía,
manando en el silencio
las aguas de la vida.
Los niños se mojaban,
las madres les reñían,
quizás, como advertencia,
de males de otros días.
Y yo la contemplaba
un poco con malicia,
tratando de robarle
la eterna fantasía.
No sé si fue posible
sentir esas caricias,
más sé que yo temblaba
de amor y no de envidia.
"...Aquella vieja fuente
sintió melancolía,
y un día ya lejano
secó, sin más, su risa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/14
PIENSO QUE AMAR ES HERMOSO...
Pienso que amar es hermoso,
que los ángeles se besan,
y se abrazan sin pensar
cuando ven a las estrellas.
¡...Porque todo es para ellos poesía!
Una nube que forma mil dibujos
y acaba perfilada en su silueta,
una luna que sale por las noches
y busca entre las aguas las sirenas,
una mano de nieve que acaricia,
que roza las pestañas y las cierra,
una brisa fugaz, en un suspiro,
con el beso del viento y la galerna,
una voz que despierta en madrugada
al marino que parte en su trainera,
una rosa cubierta de rocío
que tiembla en la mañana y se despierta,
una tierna palabra seductora
que llega hasta el oído que se deja,
un laurel que se inclina con el hielo
y mira estremecido la maleza,
un clavel recubierto de nostalgia
de pasiones vividas y promesas,
un curioso escribiente que madruga
y que va a su oficina en bicicleta,
un reloj que descuenta los segundos
y que anuncia las horas y las medias,
un sencillo gorrión en el tejado
que busca en el alero su tibieza,
un pastor con su vara sobre el hombro
que lleva los ganados por las sendas.
y por fin, esos versos silenciosos
formando con sus letras mil poemas...
...Por eso digo que la vida es poesía.
"...Pienso que amar es hermoso,
que los ángeles no sueñan
y se abrazan, sin parar,
por ese amor en su entrega..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/14
lunes, 2 de junio de 2014
ME QUEDO CONTEMPLANDO LA AGONÍA...
Me quedo contemplando la agonía
de un bello corazón que está muriendo,
le miro y le remiro, muchas veces,
y siento que se escapa de mi pecho.
No existe hipocresía de mi parte,
si acaso es el dolor por lo que veo,
mezclado con cadenas de impotencia
que surgen de mis labios en silencio.
Suspiros que se juntan con la brisa,
cargados de pasión y de recuerdos,
eternas sensaciones sin palabras
vividas y latiendo entre los cuerpos.
No puedo reprimir de las pupilas
las lágrimas silentes de este ciego,
que un día quiso amar de otra manera
quizás muy contagiado por los sueños.
Me quedo contemplando en la distancia
al tierno corazón que está sufriendo,
sangrando por la herida en su costado
causada por amor y sin saberlo.
No es fácil asumir que las derrotas
auguren el preludio del infierno,
de largas travesías por eriales
y de otras por cañadas y desiertos.
Se muere el corazón en un instante
y quedan congelados los reflejos,
aquellos con la dulce algarabía
que fueron compañeros de los juegos.
Se quedan las gaviotas en la playa
mirando tras las olas los veleros,
igual que la mirada en las cenizas
de un bello corazón marcado a fuego.
"...Me quedo contemplando los rescoldos
que fueron corazón, y ahora tormento,
de un alma enfebrecida, enamorada,
que muere por amor, en estos versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/14
de un bello corazón que está muriendo,
le miro y le remiro, muchas veces,
y siento que se escapa de mi pecho.
No existe hipocresía de mi parte,
si acaso es el dolor por lo que veo,
mezclado con cadenas de impotencia
que surgen de mis labios en silencio.
Suspiros que se juntan con la brisa,
cargados de pasión y de recuerdos,
eternas sensaciones sin palabras
vividas y latiendo entre los cuerpos.
No puedo reprimir de las pupilas
las lágrimas silentes de este ciego,
que un día quiso amar de otra manera
quizás muy contagiado por los sueños.
Me quedo contemplando en la distancia
al tierno corazón que está sufriendo,
sangrando por la herida en su costado
causada por amor y sin saberlo.
No es fácil asumir que las derrotas
auguren el preludio del infierno,
de largas travesías por eriales
y de otras por cañadas y desiertos.
Se muere el corazón en un instante
y quedan congelados los reflejos,
aquellos con la dulce algarabía
que fueron compañeros de los juegos.
Se quedan las gaviotas en la playa
mirando tras las olas los veleros,
igual que la mirada en las cenizas
de un bello corazón marcado a fuego.
"...Me quedo contemplando los rescoldos
que fueron corazón, y ahora tormento,
de un alma enfebrecida, enamorada,
que muere por amor, en estos versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/14
domingo, 1 de junio de 2014
ME PREGUNTAS ¿QUÉ ES AMAR...?
Me preguntas ¿qué es amar?
y carezco de respuestas coherentes
para darte.
Sin embargo voy a ver si yo consigo
transmitirte lo que siento,
lo que pienso, lo que hace esa sublime
sensación en mis sentidos
cuando noto tu presencia,
cuando busco tu recuerdo,
cuando ansío tu figura,
cuando vuelvo a las caricias
y los besos que nos dimos
y en los muchos, que nos quedan de entregar
y recibir, si Dios lo quiere.
No es pasión lo que me embarga,
ni es deseo contenido de unos años juveniles.
Es el hoy, y es el presente,
cuando miro a los rincones
tan cercanos de mi vida,
cuando veo a las palomas en el parque,
a los niños que ahora juegan al balón
que se les marcha y la tierna pelotita
que rebota hasta las aguas de aquel río,
y nosotros, sin saberlo,
compartimos ese instante,
y lo hicimos sin presión y sin cadenas,
sin que nadie nos dijera ni obligara
a que lo hiciéramos,
ya que fueron nuestros pasos los que hicieron
esa imagen en un acto irreflexivo de dos almas.
Y también son los recuerdos,
que hoy rescato de esa tarde
y aquel banco donde juntos nos sentamos,
y me hablaste de tus cosas mientras yo te sonreía
y te miraba con mis dedos que rozaban en tu pelo.
¿Qué es amar?...
Ya te digo que el amor no son recuerdos
solamente,
porque amar es mucho más y está presente.
Es el hoy, es este instante en que te escribo,
mientras duermes.
Son los dedos que nerviosos van pulsando
tecla a tecla estas palabras
y siguiendo los dictados de mi alma;
y aunque sé que estás muy lejos,
yo te amo con la fuerza irresistible
que me llega por las venas
y no sé cómo explicarlo.
Y te siento tan cercana
que con solo doblegar a mis pupilas,
y cerrarlas sin esfuerzo,
ya estarías a mi lado y en mis brazos.
Y también sé que amar es el sufrir,
como ayer yo lo he pasado y he sufrido
en un lunes tan horrendo e interminable
donde todo me faltaba
y una eterna sensación de malestar
y de agonía se aplastaba en mis sentidos,
porque sé que yo te amaba
y que estabas en mi alma y en mi pecho,
porque sé cuánto te quiero
y no supe así decirlo ni tampoco
demostrarlo
y a la vez, quiero lograr el equilibrio
tan perfecto de tu alma y de tu cuerpo,
para hacer que nada altere tus sentidos,
con mis actos y también con mis propuestas.
Es por eso que yo siento lo que sientes
y hasta veo y me estremezco
con el lazo con que atas en tu pecho
el tesoro incalculable que allí guardas
en tu caja de cristal
y no quiero que se rompa ni evapore
el sentimiento que te embarga.
Porque quiero que tú logres la sonrisa
en las pupilas
y que en ella continúe y se prolongue
mucho tiempo y se extienda por tu alma.
Y si tengo que perder en esta lucha,
no me importa vida mía,
porque quiero lo mejor para tu vida,
el suspiro inmaculado con la paz de la campiña,
el susurro sugerente de las flores
que te anime a continuarla
y a seguirla con tus sonrisas,
la perfecta sintonía en el trabajo
y la familia.
¿Qué es amar?...
Amar es Dar, yo te decía,
y compartir, y hasta dejar las preferencias
y el orgullo en un rincón
por la persona a quien tú amas,
con el fin de ver en ella las estrellas
que iluminan sus pupilas,
el temblor irreverente de sus labios
cuando sientan a tus besos,
y es también esa locura que nos hace murmurar
en el silencio de la noche
ese nombre tan amado
y abrazarnos una vez y dos y tres,
a la almohada, esperando
que la misma nos devuelva los latidos
tan ansiados.
¿Qué es amar?...
Yo no lo sé, cosita linda,
aunque siga los dictados de mi pecho
y de mi alma,
como tú haces conmigo,
y si quieres y deseas,
buscaremos una estrella, cualquier día,
que nos diga lo que entraña esta pregunta,
lo que esconde entre sus letras,
para ir hasta su lado y saciarnos del amor
eternamente.
Te amo mi vida, te amo...
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/14
HE VUELTO A CONTEMPLAR A LAS MONTAÑAS...
He vuelto a contemplar a las montañas
que tienen ese encanto y la alegría,
con pastos olvidados y rebaños,
paciendo entre el socaire de la brisa.
Llevaba mucho tiempo suspirando
por ir a contemplar las margaritas,
los lirios y gamones tan silvestres
que surgen por doquier en las esquinas.
Es una sensación inenarrable
sacada de un relato o fantasía,
que llega hasta mi pecho soñoliento
y altera la visión de las pupilas.
La paz de estos lugares tan sagrados,
se mide, se disfruta y se palpita,
se sacian los anhelos de los niños
y surgen mariposas y utopías.
He vuelto a contemplar a las montañas
y el blanco reluciente de sus cimas,
estamos, todavía en primavera,
y lucen esas galas tan bonitas.
Se visten y maquillan con su magia,
y sueltan esas nieblas matutinas,
los mares de las nubes misteriosas
envueltos en sus gasas exquisitas.
Diviso a los pastores, a lo lejos,
cruzando los escajos con espinas,
llevando los ganados a los puertos
en busca de praderas y comidas.
Más siento la belleza de la tierra
que pide a las montañas sus caricias,
y noto como el cuerpo se estremece
por culpa de su inmensa maravilla.
"...He vuelto a contemplar a las montañas
y llego renovado de esta cita,
las nubes se columpian en los cielos
y el sol, en el ocaso, se dormía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/14
que tienen ese encanto y la alegría,
con pastos olvidados y rebaños,
paciendo entre el socaire de la brisa.
Llevaba mucho tiempo suspirando
por ir a contemplar las margaritas,
los lirios y gamones tan silvestres
que surgen por doquier en las esquinas.
Es una sensación inenarrable
sacada de un relato o fantasía,
que llega hasta mi pecho soñoliento
y altera la visión de las pupilas.
La paz de estos lugares tan sagrados,
se mide, se disfruta y se palpita,
se sacian los anhelos de los niños
y surgen mariposas y utopías.
He vuelto a contemplar a las montañas
y el blanco reluciente de sus cimas,
estamos, todavía en primavera,
y lucen esas galas tan bonitas.
Se visten y maquillan con su magia,
y sueltan esas nieblas matutinas,
los mares de las nubes misteriosas
envueltos en sus gasas exquisitas.
Diviso a los pastores, a lo lejos,
cruzando los escajos con espinas,
llevando los ganados a los puertos
en busca de praderas y comidas.
Más siento la belleza de la tierra
que pide a las montañas sus caricias,
y noto como el cuerpo se estremece
por culpa de su inmensa maravilla.
"...He vuelto a contemplar a las montañas
y llego renovado de esta cita,
las nubes se columpian en los cielos
y el sol, en el ocaso, se dormía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/14
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