Te busco y no te encuentro, mariposa,
no sé si vas muy cerca, en el camino,
ni sé si tú ya estás, en el destino,
que marca mi navío con su rosa.
La rosa de los vientos, primorosa,
que guía por la noche al buen marino,
y manda con un beso cristalino
el néctar a tus alas, donde posa.
Te busco por el día y por la noche;
te busco, mariposa, en un derroche,
de amor y de suspiros contenidos.
Te busco sin corcel y carricoche,
tratando de robarte tus latidos
que animen a los míos, hoy dormidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/12/22