sábado, 30 de noviembre de 2019

4.001 - MÁS ALLÁ DE LOS CIELOS...



Más allá de los cielos
hay un campo sin nubes
con un lago muy frío
y las aguas azules,
en el mismo se bañan
pensamientos y apuntes
de los ángeles blancos
y que rasgan laúdes,
allí quedan flotando
las estrellas y luces,
que emitieron los ojos
de color agridulce,
chirimías de magos
con bombín y peluche,
y ese aroma importante
de la miel y los dulces...

Más abajo del cielo
se juntaron dos cruces
en un día de otoño
compartiendo su lunes,
empezando de cero,
(acababa ya octubre),
desnudaron sus almas
y también sus baúles,
se mostraron cual eran
en la tierra y la cumbre,
estación de destino,
sin fronteras ni cruces,
y así vimos llorando,
en los versos y apuntes,
a las cruces sin nombre
muy cubiertas de herrumbres...

"...Más allá de la vida
todo son mil tabúes
con preguntas que ansían
y respuestas que eluden..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/19

viernes, 29 de noviembre de 2019

4.000 - UNA LÁPIDA FRÍA...

Con esta publicación alcanzo la cifra de 4.000 escritos o post en mi Blog. 

Parece mentira, y casi imposible, que haya llegado a este número desde aquel año, 2.010, en que empecé a publicar en el mismo. 

(En realidad hay otro Blog anterior, del año 2.009, con 390 escritos y donde comenzó mi andadura en Blogspot). 

Gracias a vosotros que dejáis vuestras miradas y comentarios en estas letras por la atención prestada. Gracias por vuestro cariño y amistad. Simplemente gracias por "amar la poesía de verdad", ya que la mía carece de muchas cosas básicas y elementales, aunque procuro dejar todo lo que sé y siento en ella.

No quiero aburriros, simplemente ¡gracias por vuestra paciencia!

Un abrazo,

Rafael

************************************************


Una lápida fría
ha tocado mi mano,
te encontrabas tras ella
con tu nombre borrado,
y allí, dulce, dormías
desde ya hace dos años,
y los meses avanzan
y con ellos nos vamos,
regresamos al polvo
del que fuimos formados,
a la tierra sin nombre
donde abundan los cardos,
es posible que un día
nos crucemos cansados,
y se miren los ojos
ya sin luz, muy opacos...

Una oscura mañana,
me acerqué, sin pensarlo,
para ver si dormían
los recuerdos de antaño,
y observé las palabras
y silencios labrados,
a lo largo del tiempo
que dejaron tus labios,
y volvieron las risas
con reproches y llantos,
y temblaron las rosas
con el canto del gallo,
es posible que el alba
se despierte en un rato
y la luz que nos deje
nos alumbre sin daño...

"...Una lápida fría,
trae recuerdos dorados,
y hasta veo tus ojos
tan hermosos y claros,
y te digo "te quiero",
y hasta sigo tus pasos,
más allá de las nubes,
por el cielo tan claro..."

Rafael Sánchez Ortega ©

30/10/19

jueves, 28 de noviembre de 2019

TE VI LLORAR...



Te vi llorar,
tras la lápida fría,
estabas sola.

Y te miré,
durante mucho tiempo
sin inmutarte.

Quise sentarme,
mirar como te erguías
buscando el cielo.

Luego pensé
en contarte mil cosas,
pero no pude.

Quedé en silencio.
Miré a la lejanía
y allí te vi.

Volabas sola.
Lo hacías por la ría
hacia la playa.

Atrás dejaste
la lápida incompleta
sin nadie al lado.

Quedó el silencio,
la fiebre de tus manos
y algún suspiro.

Y yo quedé.
envuelto en el rocío
de los recuerdos.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/19

miércoles, 27 de noviembre de 2019

SOPLA...



Sopla el nordeste,
la brisa te acaricia
y yo te beso.

Soplan tus labios
y llega un remolino
de sensaciones.

Sopla la brasa
que aviva los latidos
y las pasiones.

Busco en el cielo
la luz de tu mirada
y el faro guía.

Busca la luna,
con ansia, nuestros labios
de terciopelo.

Busca el marino
el faro tan errante
y llega al puerto.

Miran los gatos
el plato de comida
que está vacío.

Miran las piedras
las almas tan repletas
de soledad.

Miran tus ojos
y buscan a los míos
que están temblando.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/19

martes, 26 de noviembre de 2019

AQUELLA NOCHE...



Aquella noche 
las estrellas brillaban en el cielo
y parecía que invitaban 
a que fuéramos a su lado
para llenarnos de luz y de esperanza.

Me dijiste que tuviera fe,
que siguiera en el camino,
que no tuviera miedo
y buscara las huellas con tu aroma.

Recuerdo que cerré los ojos,
aspiré el olor maravilloso del salitre
y seguí caminando por la arena
tras las huellas invisibles
de las algas y sirenas.

Sé que sonreí y que mis labios
se plegaron en una mueca inocente.

Estaba dormido 
y me encontraba en un regazo, 
(tu regazo),
repleto de ternura, 
y con la voz vibrante
de aquel mar llegando en la resaca.

Recuerdo que quise gritar,
pronunciar tu nombre 
y llamarte,
decirte que no dejaras de abrazarme,
que siguieras narrando, en mis oídos, 
tus historias y leyendas,
que me hablaras de viajes y de pesca,
de los temporales padecidos
y las marejadas que zarandeaban las barcas,
que me llevaras junto a las gaviotas
y los cormoranes para poder volar,
en su compañía,
para surcar los cielos sin rumbo ni destino.

Quería estar contigo,
seguir a tu lado,
aspirar tu perfume
y dormirme con la canción,
inconfundible de tus labios 
y con las olas,
llegando hasta la orilla.

También recuerdo que abrí los ojos.
Me limpié las legañas y miré al cielo.
Las estrellas brillaban y pedían 
el beso de la noche.
Se lo envié con tu nombre
y ellas me lo devolvieron 
multiplicado por cientos, 
por miles, por millones.
Cada una quería responder 
y me llenaron con sus besos,
me cubrieron de luz,
me hicieron olvidar quién era
y qué es lo que hacía en esta vida.
Entonces me sentí tan pequeño
que acepté la luz de la esperanza
que enviaban con sus besos.

¡...Y suspiré.!
Se estremeció mi alma y sentí frío.
Busqué tu cuerpo y me volviste a abrazar.
Sentí tus dedos rozar mis cabellos,
buscar mi cuerpo
¡y suspiré,

Tu nombre estaba en mis labios
y también en el corazón,
y en mi alma, fuertemente tatuado.
Y te llamé:

¡Oh, mar, mi Mar, 
mi mar azul,
no me abandones...!

Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/19

lunes, 25 de noviembre de 2019

EN EL PRINCIPIO...



En el principio
el cielo tomó vida.
Era el día uno.

Luego la luz
rompiendo las tinieblas
también llegó.

Por fin el mar,
vestido y con sus trenzas,
vino a bailar.

Siguió la tierra
con frutos y semillas
y estuvo bien.

Con timidez,
brillaron las estrellas,
y fueron faros.

Pero faltaban
ganados, animales,
los peces y aves.

Y estos llegaron,
igual que vino el hombre
que me dio vida.

Así nacieron
los mimbres y la esencia
de los poemas.

Y descansó,
la mano del Artista
de aquella escena.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/10/19

domingo, 24 de noviembre de 2019

AYER...



Ayer pasé por tu lado
y se me heló la sonrisa,
al comprobar que tus ojos
están carentes de vida,
ya no comparten silencios
ni las palabras bonitas,
que tantas tardes buscaban
las incipientes ardillas,
tampoco crecen las algas
de algunas sienes marchitas,
y los gorriones no acuden
a por el pan y sus migas,
atrás quedaron recuerdos
en temblorosas pupilas,
que con la espuma y las olas
eran preciosas cortinas...

Ayer te vi derrotado
y contemplé tu guarida,
fiero león de las fiestas
y las jaranas malditas,
y es que los años se pasan
y los vagones caminan,
van al invierno anunciado
donde no existe tranvías,
pero el ciprés solitario,
ese que todo lo mira,
el que recoge las voces
hoy solo acepta la brisa,
brisa que baja del cielo
con una niebla en la esquina
para ocultar a la sangre
que de una herida destila...

"...Ayer te vi por la playa,
¡oh viejo mar de mi vida!,
y estremeciste mi pecho
mientras el alma dormía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/10/19

sábado, 23 de noviembre de 2019

NO QUIERO...



No quiero regresar a los recuerdos
para encontrar en ellos la nostalgia,
ni quiero que me sirvan de defensa
en estos tiempos de ternura falsa,
no puedo renunciar a los retales
de las olas que, sin cesar, reclaman,
y llaman la atención continuamente
haciendo del pasado una añoranza,
porque se vive el hoy, en el presente,
en esta conjunción de cuerpo y alma,
buscando la inocencia de la vida
y viendo en cada día su fragancia
por eso me detengo en el camino,
restaño de los ojos unas lágrimas,
y siento los suspiros de unos labios
que ansían a los míos y me llaman...

No quiero recoger las amapolas
que nacen en praderas despobladas,
ni quiero los castillos imperiales
ocultos tras colinas y montañas,
prefiero descubrir, en los senderos,
las huellas que conducen a la nada,
los pasos, invisibles, de la gente,
dejando con los sueños la esperanza,
así conservaré las pocas fuerzas
tratando de llegar a la posada,
cansado, y con el polvo del camino
cubriendo mis cabellos y pestañas,
me pueden confundir, y soy consciente,
las fuerzas invisibles y las llamas,
el faro, engañador, de los profetas
que ofrecen tanta miel con sus palabras...

"...No quiero condenar a los vencidos
y pienso en conquistar toda la magia,
que ofrecen los otoños tan diversos
y están en sus silencios, sin palabras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/19

viernes, 22 de noviembre de 2019

EL TELEGRAMA...



El telegrama
tenía las palabras
que yo esperaba.

Eran tus labios,
dejándome unas letras
y aquel te quiero.

Estabas lejos,
ausente por un viaje,
y estabas cerca.

Quiero decirte
que fueron tus palabras
maravillosas.

Vi tu sonrisa,
y en ella, tus poemas,
cobraron fuerza.

Porque tus labios
buscaban a mis ojos
para escribirlos.

Me paro aquí,
respeto tu silencio
y lo hago mío.

Seremos cómplices
mostrando las palabras
en las pupilas.

Serán los versos
de un nuevo poemario
sin ningún título.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/19

jueves, 21 de noviembre de 2019

LOS PEQUEÑOS TIENEN SUEÑOS...



Los pequeños tienen sueños
y los mayores también,
aunque los niños los viven
sin preguntar lo que ven,
en los adultos, es fácil,
soñar el mundo al revés
y pretender que la vida
haga tilín en la piel,
sueños que empiezan al alba
mientras se toma un café,
y van ahogando suspiros
tras la comida y mantel,
luego se viene la siesta
con la merienda después
y así se llega a la noche
con el bostezo cruel...

Pero los niños aquellos,
(de la lejana niñez),
fueron viviendo la vida
y saboreando su miel,
¿quién no recuerda sus ojos
y la mirada cortés,
aquella lengua de trapo
balbuceando por tres?,
y cuando estaban dormidos
¿quién no pensó en un Belén,
tras la carita de plata,
tierna y de gran sencillez?,
¿Quién no soñó con ser niño,
para volver a ser él,
el don Quijote del cielo
y el Peter Pan sin carnét...?

"...¡Ay de los sueños dichosos!,
¿dónde quedaron pardiez?,
porque quisiera ser niño
para soñar sin crecer..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/10/19

miércoles, 20 de noviembre de 2019

YA QUEDA POCO TIEMPO...



Ya queda poco tiempo de mirar
y aprovechar los surcos de la vida, 
atrás se quedarán las escombreras
con promesas de besos y caricias,
y en ese carrusel de sensaciones
encontrarás mil almas ya vencidas,
carentes de palabras y preguntas
que nunca asomarán a sus pupilas,
también en la montaña de detritus
encontrarás las perlas hoy podridas
carentes de su nácar reluciente
y de la vulva que tanto apetecías,
se ven en la basura los tesoros,
las alas que volaron amarillas,
y aquellos sugerentes tulipanes,
con rosas, que tu mano concedía...

Se quedan los recuerdos congelados
y el labio ya no ofrece las sonrisas,
por culpa del nordeste y la galerna
cual daga muy cruel de algún artista,
y lloran las estrellas en la noche
dejando de alumbrar a las colinas,
se callan las cigarras en el campo
y sueltan los demonios pesadillas,
es hora de mirar los corazones
sacar de sus entrañas unas rimas
calmarles esa sed tan angustiosa
y darles de beber en su agonía,
quizás ese deshecho que ahora tomas
te lleve a comprender tantas mentiras
vividas en presente y en pasado
que fueron un calmante a las mejillas...

"...Ya queda poco tiempo, te repito,
por eso ve hasta el mar, no te reprimas,
confiésale, sin miedo, lo que guardas,
y deja al corazón curar su herida..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/10/19

martes, 19 de noviembre de 2019

SE ESCONDE EL SOL...



Se esconde el sol
bajo un manto de seda
para dormir.

Entre los brazos
del cielo, se acurruca,
muy perezoso.

Y tú le esperas,
princesa, con tus alas
de azafrán.

No sé qué piensas
del sol y su retraso
tan infrecuente.

Porque la luna
ya enseña por el cielo
sus zapatillas.

Ojos cerrados,
carita muy sonriente,
color de plata.

Quizás debieras
cambiarlos sin demora
del pensamiento.

Dejar al sol
dormido en sus laureles,
tomar la luna.

Y con sus rayos
volar a las estrellas,
linda gaviota.

Rafael Sánchez Ortega ©
23/10/19

lunes, 18 de noviembre de 2019

SE OLVIDARON...



Se olvidaron los niños
de acudir al colegio
y quedaron jugando
en la plaza del pueblo,
y sacaron canicas
que surcaban el suelo
alcanzando los hoyos
que fijaban sus dedos,
y dejaron los libros
encerrados y muertos
con las hojas dormidas
en los árboles viejos
y jugaban tranquilos
estos niños del pueblo,
sin saber que sus padres
los buscaban inquietos...

Se olvidaron los hombres
de rezar a los cielos,
de mirar a las nubes
y de oír a los vientos,
y olvidaron, sin duda,
que la vida es un verso,
un tic-tac que se pasa
del que quedan recuerdos,
el reloj y el poema
son así, como un gesto,
el regalo imposible
que nos muestra el espejo,
porque nace en la nada,
y carece de miedo,
y se pasa y se marcha
con dolor en el pecho...

"...Se olvidaron los robles
de los niños aquellos,
que a su lado jugaron
y les dieron mil besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/19

domingo, 17 de noviembre de 2019

ME GUSTA EL PAN...



Me gusta el pan,
decíamos de niños,
con mantequilla.

Y con membrillo,
también nos complacía,
en las merienda.

¡Cómo recuerdo,
aquellos bocadillos
tan infantiles!

Luego, los juegos,
en calles y jardines
con los amigos.

Eran dos horas,
saliendo del colegio,
y por la tarde.

Hasta que luego
oíamos la voz
que nos llamaba.

Y regresábamos,
subíamos a casa,
a los deberes.

Allí, sin prisa,
las cuentas esperaban
y las lecturas.

Luego cenar,
rezar las oraciones
y a descansar.

Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/19

sábado, 16 de noviembre de 2019

AL LLEGAR EL INVIERNO...



Al llegar el invierno
deja atrás el pasado
y se vive el presente
con recuerdos lejanos,
son pequeñas gaviotas
por el alma vagando,
y dejando a sus alas
lo que dictan los pasos,
ese ahora constante
del reloj y los cuartos
que se vive al segundo
sin parar el relato,
y no somos conscientes
del presente en que estamos,
y volvemos los ojos
a ese tiempo de antaño...

Cuando llega el invierno
se estremecen los álamos,
y los robles se encojen
por la nieve y los años,
esta cerca la hora
en que acabe el relato
y los pechos lo intuyen
con los besos helados,
ya quisieran algunos
sortear los pantanos
y seguir el camino
aunque fuera descalzos,
y es que el alma percibe
la quietud de los páramos,
y el silencio del cielo
mientras manda sus manos...

"...Cuando viene el rocío
y el invierno callado,
yo me aferro a tu nombre
y preciso tus labios..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/19

jueves, 14 de noviembre de 2019

HA LLEGADO LA LLUVIA...



Ha llegado la lluvia
con sus gotas, de nuevo,
el vestido de gasas
y de nubes, viajero,
es el llanto de otoño
tembloroso y sereno,
que comienza y prosigue
su goteo tan lento,
y se pasan las horas
y los días son negros
se oscurecen las tardes
y anochece primero,
pero así son los días
del otoño y su aspecto
que estremece las almas
y las pide silencio...

Ha llegado la lluvia
y se encogen los tiestos,
porque el sol no sonríe
y la luna está lejos,
temblarán las aceras,
las baldosas y el suelo,
al sentir las caricias
de las gotas sin miedo,
saltarán las ardillas
en el parque del centro
y andarán por las ramas
de algún roble y hayedo,
y los niños que sueñan
sonreirán con sus juegos,
al creer que las charcas
son los lagos eternos...

"...Han llegado las gotas
de los ojos del cielo,
y un mendigo las toma
y se sacia en sus versos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/10/19

miércoles, 13 de noviembre de 2019

HOY, DIEZ DE MAYO...



Hoy, diez de mayo,
sentí como venías
de primavera.

Con paso alegre,
perfecto colorido,
y sin peinar.

Eres preciosa,
mi linda margarita,
y tú lo sabes.

Pero, si acaso,
te queda alguna duda,
yo te lo digo.

Preciosa flor,
que crece en la campiña
y en los jardines.

Ya sé que esperas
la tierna mariposa
que venga a ti.

Y llegará,
no temas ni lo dudes,
está muy cerca.

Te libará
con besos subyugantes
y con pasión.

Y tú serás
la reina de los campos
y los jardines.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/10/19

martes, 12 de noviembre de 2019

DEBE SEGUIR LA TRISTEZA...



Debe seguir la tristeza
a lo largo del camino,
y perderse en lontananza
por los campos, sin ruido,
porque a tu lado prefiero
una copa de buen vino
escanciada por tus labios
a compartir con los míos,
así los dos estaremos
como gorriones en nido
o golondrinas volando
por los meandros y ríos,
será la risa constante
y en nuestros ojos suspiros,
con el susurro del cielo
y con las nubes de abrigo...

Debe pasar la tristeza
y superar el olivo,
donde se quede el calvario
mustio y plagado de frío,
porque la cruz de los hombres
es la esperanza del niño,
que va siguiendo los sueños
y los alcanza dormido,
deja el farol y las dudas,
marcha desnudo y tranquilo
ya que el candor de su alma
busca ese verso amarillo,
en él la paz es constante
y hasta el amor es un hilo
que va zurciendo deseos
para lograr un ser digno...

"...Debe seguir la tristeza,
con ese tinte sombrío,
y que florezcan los versos,
de algún pecho, contenidos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/10/19

lunes, 11 de noviembre de 2019

QUIZÁ EL SILENCIO...



Quizá el silencio
tuvo la culpa,
de ver tus letras
en el papel,
no sé si fueron
unos segundos
o fueron horas
las que empleé,
pero, de pronto,
te vi lejana
y en unas letras
de la pared,
era tu mano 
quien dibujaba,
y eran tus dedos
aquel pincel,
con él decías
lo que tu ansiabas,
que me querías
junto a tu ser,
que precisabas
de mis latidos
y de mis besos,
todo a la vez,
y fue el silencio,
como te digo,
ese culpable
de un eco fiel,
porque el recuerdo
volvió de nuevo
con primaveras
y rapidez,
llegaron lluvias
y margaritas,
lo mismo rosas
y algún clavel,
también vinieron
unas sonrisas
y labios tristes
que yo besé,
y tras los labios
llegó el deseo
y los suspiros
sin voz y miel...

Quizá el silencio
tuvo la culpa,
pero hoy no juzgo
y no lo sé,
lo que si siento
de aquel susurro
que tú mostraste
con timidez,
en él dijiste
que me querías,
ahora y siempre
y sin porqués,
por eso mismo
yo te recuerdo,
querida niña
en mi vejez,
y te venero
desde el silencio
cuando mis ojos
apenas ven,
y así te digo
que yo te quise
y que te quiero
como anteayer
y por las noches
veo tu nombre,
estoy contigo
y en un belén,
en él soñamos
y nos dormimos,
bajo la luna
y algún ciprés,
por eso sueña,
no tengas miedo
que ya el silencio
duerme también.

"...Quizá el silencio
guíe tus pasos
y así los míos
sigan tus pies..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/10/19