No me olvido de ti
porque vas a mi lado
y caminas conmigo
en lo bueno y lo malo.
Yo sé bien que sabías
lo que estaba pasando
pues tus ojos inquietos
al mirar se alteraron,
y no quise asustarte
con mi aspecto cansado
y te dije con guasa
que eran solo los años,
pero tú lo sabías,
era fácil notarlo,
que tu hijo querido
algo estaba penando.
Hoy te pido tu ayuda
y ese rezo tan sabio
a la Virgen del cielo,
con Jesús en sus brazos,
porque quiero ser fuerte
y pasar este trago,
esta senda difícil
con profundos barrancos,
es por eso que ahora
necesito tu mano
y la eterna caricia
que tus dedos dejaron.
Yo sé bien, madre mía,
que me estás escuchando
en el cielo infinito
como hiciste a diario.
Pide a Dios que me ayude
y que cure mi estado
para amarle en la vida
y seguir tras sus pasos.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/19
Bellísimo homenaje a esa persona que camina siempre de tu mano.
ResponderEliminarBesos y feliz día.
Gracias María.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Un corazón agradecido y pleno de amor, siempre tendrá a esa persona importante a su lado...
ResponderEliminarElla siempre lo hará esté donde esté, amigo Rafael.
Mil besitos para tu día.
Así lo espero, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Te quedó bello y muy emocionante amigo, es una joyita de tu corazón.
ResponderEliminarBesos infinitos.
Paty.
Gracias Paty.
EliminarBesos y feliz fin de semana.
Cómo se lleva a la madre en el corazón, amigo, qué grandes son
ResponderEliminarUn abrazo y por las madres, siempre, ese amor incondicional y sin medida.
Es algo que se añora siempre, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
wwuaauu me ha conmovido que linda entrega a esta persona que Dios esté allí siempre, precioso de verdad muy sentido, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarCuánto extrañamos esas caricias, nada se compara con la Madre, en momentos de tristeza o alegría la seguiremos buscando donde quiera que esté.
ResponderEliminarAbrazo grande
Cuando un poema nace del corazón, traspasa el mundo.
ResponderEliminarConmueve este poema.
Siempre hay una mano que nos ayuda a pasar acantilados, y miramos al cielo, en busca de quien mejor nos puede acompañar.
Abrazos, Rafael.
Es un gran homenaje a tu Madre, te quedo precioso, tambien deje comentario y no salio.
ResponderEliminarAbrazo
Un poema entrañable y conmovedor, Rafael...Ahí estabas enfermo.Gracias a Dios todo ha mejorado.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo, amigo.