Disculpa, tengo el corazón dormido
y no puedo, ni quiero que despierte,
porque debe seguir entre tinieblas
a pesar del amor que reverdece.
Es algo que me dictan los sentidos
y debo obedecer, mal que me pese,
oír a las cigarras en la noche
librar su voz cautiva a los corceles.
Ya duermen los ganados en el campo
y bufan con sonidos diferentes,
mezclando mil susurros con las sombras
que abrazan a las rosas y claveles.
Yo salgo entre la niebla entristecido
y siento tu presencia tan latente,
que incluso se me cierran las pupilas
soñando con tus dedos en mis sienes.
Disculpa, tengo el corazón herido
y no puedo, ni quiero retenerte,
porque sé que el amor es esa herida
que vibró tras tus ojos tan alegres.
Es algo que no puedo remediarlo
y noto que la luz desaparece,
me asedian las neblinas y las dudas
y choco con ventanas y paredes.
Ya duermen las alondras en sus nidos
y bajan la cabeza los cipreses,
los platos y vajillas, en silencio,
se quedan sin palabras, simplemente.
Yo salgo suplicando ante la vida,
le pido que me dicte sus deberes,
que exija de mi alma lo que quiera
y premie o me castigue eternamente.
"...Disculpa, tengo el corazón sangrando
y no puedo, ni quiero que se frene,
la sangre se la llevan mis suspiros,
la misma que me acerca hasta la muerte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/13
y no puedo, ni quiero que despierte,
porque debe seguir entre tinieblas
a pesar del amor que reverdece.
Es algo que me dictan los sentidos
y debo obedecer, mal que me pese,
oír a las cigarras en la noche
librar su voz cautiva a los corceles.
Ya duermen los ganados en el campo
y bufan con sonidos diferentes,
mezclando mil susurros con las sombras
que abrazan a las rosas y claveles.
Yo salgo entre la niebla entristecido
y siento tu presencia tan latente,
que incluso se me cierran las pupilas
soñando con tus dedos en mis sienes.
Disculpa, tengo el corazón herido
y no puedo, ni quiero retenerte,
porque sé que el amor es esa herida
que vibró tras tus ojos tan alegres.
Es algo que no puedo remediarlo
y noto que la luz desaparece,
me asedian las neblinas y las dudas
y choco con ventanas y paredes.
Ya duermen las alondras en sus nidos
y bajan la cabeza los cipreses,
los platos y vajillas, en silencio,
se quedan sin palabras, simplemente.
Yo salgo suplicando ante la vida,
le pido que me dicte sus deberes,
que exija de mi alma lo que quiera
y premie o me castigue eternamente.
"...Disculpa, tengo el corazón sangrando
y no puedo, ni quiero que se frene,
la sangre se la llevan mis suspiros,
la misma que me acerca hasta la muerte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/13
no hay de otra más que seguir lo que el corazón guía
ResponderEliminarlo peor sería traicionarnos a nosotros mismos
abrazos
Supongo que sí, Ely, que es tal y como dices.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
uufff jope!!! uuff que triste es desgarrador me llegó!! no disculpes para nada tu craz´n tiene derecho a sangrar y quedarse dormido amigo uufff MAGISTRAL!!! tus versos, un abrazo desde mi brillo del mar , feliz domingo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea por tu comentario. Un abrazo desde el cantábrico.
EliminarPreciosisimos versos Rafael,no tengo palabras para elogiar tus rimas,uno se estremece al oir del amor en silecio
ResponderEliminargracias por tu visita es un placer poder venir a leer tus sentimientos.
un gran abrazo
Marina
Gracias a ti Marina. Digo lo mismo de tus versos.
EliminarUn abrazo y linda tarde del domingo.
Efectivamente, la vida nos dicta sus deberes, la cuestión es que los aprobemos o no, aunque, al contrrio que en otro tipo de exámenes, los de la vida pueden tener varias respuestas y ¿por qué no?, igual de válidas, todo depende de nuestros valores, amigo mío.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y feliz domingo
Fina
Supongo que es así, como bien dices, Fina.
EliminarGracias por tus letras.
Un abrazo y feliz domingo.
¡Son una exquisitez tus versos, Rafael! Brotan con fuerza de ese manantial de que llevas dentro, poesía que abraza profundos sentimientos. Que tú bordas con hilos de oro y también alguno de acero para hilvanar algún dolor.
ResponderEliminarHa sido un placer pasar por tu casa y regocijarme con tus versos.
Gracias por darnos tanto y tan bello: y por tu cercanía.
Te dejo mi abrazo y mi estima.
Se muy muy feliz.
Gracias por tu visita y comentario Marina. Me alegro de que te hayas divertido con mis versos.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
gracias Rafael de tu visita ...he vuelto por ver si entré antes no me veo pero estero que me veras gracias por tus maravillosos versos
ResponderEliminarun abrazo
Marina
Es que estaba pendiente de "moderar", por eso no veías publicado tu comentario Marina. Gracias de todas maneras.
EliminarUn abrazo.
Estaba echando de menos tus poesías, Rafael, eran de las cosas que añoraba cuando no tenía acceso a la red :)
ResponderEliminarAhora haré un repaso por tu poemario del verano.
Un fuerte abrazo!!
Gracias María, espero no te aburran las mismas.
EliminarUn fuerte abrazo también para ti querida amiga.
No se puede contener al corazón... aunque lo intentes. El manda siempre.
ResponderEliminarUn beso grande.
Lo malo, (o lo bueno), Misterio, es que el corazón "va por libre"
EliminarUn beso en la tarde.
y ¿como sanar ese corazón? si no es con amor de nuevo...
ResponderEliminartus versos me tocaron la fibra amigo.
Besitos.
Quizás esa es la solución Paty, ¿no crees?, lo malo es que ¿dónde está esa maravillosa recete?...
EliminarUn abrazo en la tarde.
Tus poemas tienen ritmo y medida, es realmente placentera su lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael, al menos se intenta lo que dices, aunque no siempre se consigue.
EliminarUn abrazo.
Cuando el corazón está herido y hay dudas es mejor esperar... pero es bueno como dijo Paty darle también la oportunidad de amar nuevamente a quien nos pueda corresponder.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por tu comentario Luján que se agradece.
EliminarUn beso en la noche.
Tu poema me sonó como si fuese un profundo suspiro del corazón.
ResponderEliminar¿y a quién no le sucedió sentirse así alguna vez?
En tus letras podemos ver un espejo y también nuestro rostro reflejado en él,
Abrazos miles, bella noche!
Quizás era un suspiro Cristina, algo velado y silencioso que escapaba del alma a la pluma.
EliminarUn abrazo y feliz día.
El corazón se equivoca muy poco y hemos de escucharlo, Rafael...Con el corazón intuimos lo bueno y lo menos bueno y hemos de pensar dos veces antes de dar lo mejor de nosotros mismos...Un poema muy bello,profundo y reflexivo.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo madrileño, amigo.
M.Jesús
Al corazón siempre hemos de escucharlo M.Jesús, es cierto y también lo que dices en tu comentario.
EliminarUn abrazo.