Han rozado mis manos la luna
y en su cara quedaron mis besos,
en los ojos tan llenos de vida,
y en la seda sutil de su pelo.
He bebido en la copa de plata
ese néctar divino y tan fresco,
y su fuente inundó de frescura
a mis labios un tanto resecos.
Yo buscaba en la luna de plata
el calor juvenil de su seno
y esperaba escuchar un latido
y el tic-tac del reloj de mis sueños.
Pero el labio infantil que soñaba,
el del niño que sueña despierto,
a la luna buscaba despacio
con su lengua de trapo y sin freno.
Era un niño rebelde y sin patria,
jugador en espacios eternos,
con hidalgos y viejos castillos
y posadas que van a su encuentro.
Más el niño seguía las huellas
de la luna de plata en el cielo,
que bajando de noche, a los mares,
se bañaba desnuda en el puerto.
Y aquel niño con ojos llorosos,
aquel hombre maduro y entero,
suspiraba diciendo su nombre
y mojando en los mares sus dedos.
Porque el sueño feliz de las olas
le dejaba sutiles reflejos,
con sonrisas y tiernos abrazos
que evocaban amores eternos.
¡Cuánta historia ocultaba la luna,
tras sus ojos chiquitos, pequeños...!
¡Cuánta nota perdida de música
ocultaban sus labios inquietos...!
Pero él proseguía rezando
y también continuaba en su celo,
tras la luna de plata que arriba
mantenía sus ojos despiertos.
Él quería robar su coraza,
desnudar a su cuerpo señero,
caminar por las sendas sin nombre
y volar por sus mares desiertos.
Eran sueños, sin más, en la noche,
fantasías, que son a los versos,
madrigales de luces y sombras
de las nubes que van de paseo.
"...Han rozado mis manos la luna
y he sentido a la brisa y el viento
que volvían portando el aroma
de poemas también con sus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/08/13
y en su cara quedaron mis besos,
en los ojos tan llenos de vida,
y en la seda sutil de su pelo.
He bebido en la copa de plata
ese néctar divino y tan fresco,
y su fuente inundó de frescura
a mis labios un tanto resecos.
Yo buscaba en la luna de plata
el calor juvenil de su seno
y esperaba escuchar un latido
y el tic-tac del reloj de mis sueños.
Pero el labio infantil que soñaba,
el del niño que sueña despierto,
a la luna buscaba despacio
con su lengua de trapo y sin freno.
Era un niño rebelde y sin patria,
jugador en espacios eternos,
con hidalgos y viejos castillos
y posadas que van a su encuentro.
Más el niño seguía las huellas
de la luna de plata en el cielo,
que bajando de noche, a los mares,
se bañaba desnuda en el puerto.
Y aquel niño con ojos llorosos,
aquel hombre maduro y entero,
suspiraba diciendo su nombre
y mojando en los mares sus dedos.
Porque el sueño feliz de las olas
le dejaba sutiles reflejos,
con sonrisas y tiernos abrazos
que evocaban amores eternos.
¡Cuánta historia ocultaba la luna,
tras sus ojos chiquitos, pequeños...!
¡Cuánta nota perdida de música
ocultaban sus labios inquietos...!
Pero él proseguía rezando
y también continuaba en su celo,
tras la luna de plata que arriba
mantenía sus ojos despiertos.
Él quería robar su coraza,
desnudar a su cuerpo señero,
caminar por las sendas sin nombre
y volar por sus mares desiertos.
Eran sueños, sin más, en la noche,
fantasías, que son a los versos,
madrigales de luces y sombras
de las nubes que van de paseo.
"...Han rozado mis manos la luna
y he sentido a la brisa y el viento
que volvían portando el aroma
de poemas también con sus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/08/13
Hola Rafael hermoso poema..
ResponderEliminarRozar la luna y observar los
besos, tus letras envuelven
un romántico lleno de brisas
disfrutando de tus versos..
debe ser hermoso rozar
la luna me encantaria intentarlo
aunque sea con imaginasión..
me ahs dado una pista..
Te dejo un beso..
Linda noche..
Adelante entonces Claribel, no dejes de intentarlo... Sonrío.
EliminarUn beso y lindo día también para ti.
Un poema precioso de imaginar...
ResponderEliminarPara soñarlo.
Un beso.
Gracias Misterio.
EliminarUn beso.
Esa luna inspiradora fantasías exquisitas versos llenos de amor uuuffff aromas esencias magia te quedó precioso, un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Beatriz.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
puro amor y romance evoca el hablante en el poema RAFAEL
ResponderEliminar:D
abrazos y feliz jornada
Gracias Elisa.
EliminarUn abrazo en la noche.