Volví a buscar las huellas de mi vida
para encontrar en ellas lo que quiero,
la dulce sensación de las mañanas,
el tibio escalofrío del invierno,
las páginas sin voz de los diarios
las letras con noticias y sucesos,
el niño que jugaba por el parque
el banco y las palomas del abuelo,
la tierna sinfonía de las olas
y el hombre que escribía en su cuaderno.
Volví a buscar al hombre entre los dioses
y recogí temblando sus anhelos,
la fina partitura y el poema
el cuadro surrealista del recreo,
la voz y la palabra seductora,
la bella mariposa de los cuentos,
la magia, sin igual, de los payasos
trazando filigranas con sus dedos,
el vuelo singular de las gaviotas
haciendo coqueteos por el puerto.
Volví a buscar, de nuevo, tu mirada
entre el azul celeste de los cielos,
y conseguí llegar hasta tu lado
para vivir allí, mi Amor, un sueño.
Un sueño sin princesas ni castillos,
sin claveles, ni rosas en el pelo,
un sueño sin finales agridulces
y con olor a jara y a romero,
porque así yo quisiera recordarte
mientras suspira con pasión mi pecho.
Volví a buscar de noche las estrellas
y me encontré a la luna y su reflejo,
que me esperaba allí, tras la ventana,
de un viejo caserón con sus recuerdos.
Y entonces comprendí lo que decían
tus ojos en la noche, entre mis besos;
hablaban del amor y las personas,
del cáliz de la vida y sus tropiezos,
y hablaban con ternura tus pupilas
gritando a un corazón que estaba atento.
Volví a buscar tu mano entre mis manos
y me encontré a tus ojos sonriendo,
tus labios se expresaban sin palabras
en una comunión de miel y besos.
La noche discurría lentamente,
las sombras contenían sus jadeos,
las hadas nos miraban recelosas
acaso con temor y hasta con miedo.
porque el amor nacía y revivía
acaso sin saberlo, en nuestro lecho.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/07/14
para encontrar en ellas lo que quiero,
la dulce sensación de las mañanas,
el tibio escalofrío del invierno,
las páginas sin voz de los diarios
las letras con noticias y sucesos,
el niño que jugaba por el parque
el banco y las palomas del abuelo,
la tierna sinfonía de las olas
y el hombre que escribía en su cuaderno.
Volví a buscar al hombre entre los dioses
y recogí temblando sus anhelos,
la fina partitura y el poema
el cuadro surrealista del recreo,
la voz y la palabra seductora,
la bella mariposa de los cuentos,
la magia, sin igual, de los payasos
trazando filigranas con sus dedos,
el vuelo singular de las gaviotas
haciendo coqueteos por el puerto.
Volví a buscar, de nuevo, tu mirada
entre el azul celeste de los cielos,
y conseguí llegar hasta tu lado
para vivir allí, mi Amor, un sueño.
Un sueño sin princesas ni castillos,
sin claveles, ni rosas en el pelo,
un sueño sin finales agridulces
y con olor a jara y a romero,
porque así yo quisiera recordarte
mientras suspira con pasión mi pecho.
Volví a buscar de noche las estrellas
y me encontré a la luna y su reflejo,
que me esperaba allí, tras la ventana,
de un viejo caserón con sus recuerdos.
Y entonces comprendí lo que decían
tus ojos en la noche, entre mis besos;
hablaban del amor y las personas,
del cáliz de la vida y sus tropiezos,
y hablaban con ternura tus pupilas
gritando a un corazón que estaba atento.
Volví a buscar tu mano entre mis manos
y me encontré a tus ojos sonriendo,
tus labios se expresaban sin palabras
en una comunión de miel y besos.
La noche discurría lentamente,
las sombras contenían sus jadeos,
las hadas nos miraban recelosas
acaso con temor y hasta con miedo.
porque el amor nacía y revivía
acaso sin saberlo, en nuestro lecho.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/07/14
Y yo vuelvo a leerte, un placer. Rafael.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola.
EliminarBesos.
Esa huellas amigo donde vuelves a encontrarte son huellas de tu vida que te dejaron el alma prendida entre el mar y la luna entre el amor y la vida que tú rrecorias dulces recuerdos que no se olvidan , sinceramente magistral !!! que melodía tan hermosa has dejado aqui un abrazo fuerte Dulces sueños desde mi brillo del mar
ResponderEliminarAgradezco tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
lindo texto
ResponderEliminarGracias Huérfano por tu visita y comentario.
EliminarUn saludo
buenos dias Rafael...escribes cómo los ángeles ,es muy hermoso leer tus versos y quedar pensativos entre un suspiro sin olvido y esperanza.
ResponderEliminarDesde el pueblo que aun no nos vamos,te envio un abrazo y te deseo feliz lunes.
Marina
Gracias por tu visita y comentario Marina.
EliminarUn abrazo y sigue disfrutando de tu estancia en esa bella campiña asturiana.
volver... en ello consiste todo, la vuelta del perro como decimos acá
ResponderEliminaral final del día siempre se vuelve al punto de partida
me recordaste el Tango Uno (volver , con la frente marchita , las nieves del tiempo , platearon mi cien... sentir que 20 años no es nada , que febril la mirada , errante las sombra, te busca y te nombra, vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo , que añoro Volver)
abrazos
Sí, aquí también es muy conocido este tango Ely.
EliminarAbrazos.
erratas el nombre del tango no es Uno sino Volver
ResponderEliminarse me rechispoteo
:D
Y efectivamente el nombre es "Volver" como bien indicas.
EliminarOtro abrazo en la tarde Ely.
Creo, que es necesario volver siempre...Porque debemos renovar la memoria y toda aquello, que ha sido importante y nos impulsa hacia adelante...Mi felicitación y mi abrazo grande por la magia de tus letras y sentimientos, Rafael.
ResponderEliminarM.Jesús
Volver Rafael,y como y en que estado volvemos,buscamos o nos damos la vuelta...Una, buscamos y encontramos otras....
ResponderEliminarUn besazo poeta.
Lo malo son esas otras... América. Y no hacen falta más palabras, porque todos nos entendemos.
EliminarUn abrazo querida amiga.