No sé cómo pasó, no lo recuerdo,
pero sentí el amor de otra manera.
Yo era una barcaza debilucha,
entre chalanas perdidas muy diversas,
tenía un cuerpo frágil y alargado,
y los marinos me llamaban "su trainera".
De noche madrugaba entre los cantos
y aquel rumor de voces y sirenas,
con el bogar pausado de los remos,
trazando sobre el agua mil piruetas.
De pronto sucedió, sin yo saberlo,
y me encontré que el mar y su grandeza
tenía sensaciones muy extrañas
y yo las recibía, en mi inocencia.
Y aquella retahíla de armazones,
formada por los clavos y maderas,
sintió la sabia nueva de la sangre
y el grito que nacía de mis venas.
Sintió la brisa fresca del nordeste
cual beso revolviendo su melena,
la lucha de feroces remolinos
y vientos que dejaban las galernas.
Pero sintió, también, el roce suave
del labio de ese mar que me contempla,
el tierno balanceo de las olas
y el bello despertar de las estrellas.
Y así, me enamoré, lo reconozco,
del agua de ese mar y sus mareas,
de playas y resacas que llegaban
con sueños que dejaban en la arena.
Con cuentos de piratas y marinos,
que mueren, sin dudar, en las tabernas,
con humo de tabaco en las esquinas
y sombras de las luces tan inquietas.
Más yo me conformaba simplemente
volviendo hasta la mar de otra manera,
a impulsos de los remos de los hombres
bogando sin cesar, con su paciencia.
Sentía la ternura de los brazos,
el roce de las olas como seda,
los ojos que miraban dulcemente
la proa precediendo a mi silueta.
...Y yo que me encontré tan orgullosa,
de pronto me olvidé ser cenicienta,
la pobre embarcación de unos marinos
y aquella que llamaban "su trainera"
Las lágrimas vinieron a mis ojos,
al verme abandonada y sin defensa,
cubierta por las algas y el olvido
en una bajamar sin remo y velas.
Los sueños se quedaron con los sueños,
las voces olvidadas en cubierta,
los cantos se perdieron y, las sombras,
cubrieron sin cesar tanta tristeza.
Entonces comprendí cuanto te amaba,
y entonces entendí lo que no era,
la barca soñadora de los cuentos
y un verso que quería ser poema.
Por eso reconozco mi delirio
y digo entre palabras incompletas,
aquello que en mi mente se repite,
y cruje con el tiempo en las cuadernas:
"¡Qué locura más grande he cometido,
amarte yo a ti mar, siendo trainera...!"
Rafael Sánchez Ortega ©
13/10/14
pero sentí el amor de otra manera.
Yo era una barcaza debilucha,
entre chalanas perdidas muy diversas,
tenía un cuerpo frágil y alargado,
y los marinos me llamaban "su trainera".
De noche madrugaba entre los cantos
y aquel rumor de voces y sirenas,
con el bogar pausado de los remos,
trazando sobre el agua mil piruetas.
De pronto sucedió, sin yo saberlo,
y me encontré que el mar y su grandeza
tenía sensaciones muy extrañas
y yo las recibía, en mi inocencia.
Y aquella retahíla de armazones,
formada por los clavos y maderas,
sintió la sabia nueva de la sangre
y el grito que nacía de mis venas.
Sintió la brisa fresca del nordeste
cual beso revolviendo su melena,
la lucha de feroces remolinos
y vientos que dejaban las galernas.
Pero sintió, también, el roce suave
del labio de ese mar que me contempla,
el tierno balanceo de las olas
y el bello despertar de las estrellas.
Y así, me enamoré, lo reconozco,
del agua de ese mar y sus mareas,
de playas y resacas que llegaban
con sueños que dejaban en la arena.
Con cuentos de piratas y marinos,
que mueren, sin dudar, en las tabernas,
con humo de tabaco en las esquinas
y sombras de las luces tan inquietas.
Más yo me conformaba simplemente
volviendo hasta la mar de otra manera,
a impulsos de los remos de los hombres
bogando sin cesar, con su paciencia.
Sentía la ternura de los brazos,
el roce de las olas como seda,
los ojos que miraban dulcemente
la proa precediendo a mi silueta.
...Y yo que me encontré tan orgullosa,
de pronto me olvidé ser cenicienta,
la pobre embarcación de unos marinos
y aquella que llamaban "su trainera"
Las lágrimas vinieron a mis ojos,
al verme abandonada y sin defensa,
cubierta por las algas y el olvido
en una bajamar sin remo y velas.
Los sueños se quedaron con los sueños,
las voces olvidadas en cubierta,
los cantos se perdieron y, las sombras,
cubrieron sin cesar tanta tristeza.
Entonces comprendí cuanto te amaba,
y entonces entendí lo que no era,
la barca soñadora de los cuentos
y un verso que quería ser poema.
Por eso reconozco mi delirio
y digo entre palabras incompletas,
aquello que en mi mente se repite,
y cruje con el tiempo en las cuadernas:
"¡Qué locura más grande he cometido,
amarte yo a ti mar, siendo trainera...!"
Rafael Sánchez Ortega ©
13/10/14
Rafael !!wwuuau que magia le has dado vida, sentimientos a la barca me trajiste tantos recuerdos de barquitas olvidadas y llena de algas marchitadas por el olvido, también sensaciones ue el mar logra que la ame cada vez mas que belleza y magistral poema , gracias lo he disfrutado la verdad precioso poema , un abrazo fuerte y dulces sueños amigo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Un amor sin límites, quizás sin fin.
ResponderEliminarAbrazos.
Tú lo has dicho Alicia.
EliminarAbrazos.
Los poemas de temas marinos me encantan.
ResponderEliminarEste muy bonito,gracias.
Bss
Gracias a ti por tus palabras Carmen.
EliminarBss.
BUENOS DIAS RAFAEL ...BONITA LEYENDA POETICA ...FELIZ DIA
ResponderEliminarUN ABRAZO
MARINA
He sentido el corazón de tu trainera, su alegria, su amor, su pena...... Una preciosidad!
ResponderEliminarbesos
Me alegra de que así te haya llegado maduixeta.
EliminarBesos.
llega el amor sin permiso y cuando te enamoras estas perdido
ResponderEliminarBesitos Rafael, feliz dia
Así suele pasar Cora.
EliminarBesitos y feliz día también para ti.
UN placer leerte Rafael, Besos.
ResponderEliminarGracias Azzul.
EliminarBesos.
la vida misma Rafael
ResponderEliminartodo un mar a navegar con todo los riesgos posibles
buena jornada , abracitos
Supongo que sí, Ely.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Gracias Rafael por tu cariñoso comentario a mi "Amor"...
ResponderEliminarun beso
Marina
¡¡¡Uffff!!! ¡Rafael!!!
ResponderEliminarQue preciosa tu trainera: has compuesto como siempre, una carrera de versos Exquisitos.
No existe frontera para tu versear; y todos son una delicia con una musicalidad divina.
Te dejo un aplauso prolongado, mi felicitación y mi estima..
Gracias por tu buen hacer y tu cercanía.
Besitos en vuelo. Y feliz fin de semana.
A veces sale lo que uno quiere y otras no Marina, pero eso ya lo sabes tú.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
Un amor etermo, que belleza de poema.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Feliz noche
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Bellisimo Rafael,la analogía es preciosa,como el andar mismo de los sentimientos.
ResponderEliminarGracias América.
EliminarUn abrazo.