La novicia Fortunata
rezumaba pataletas,
era lista y pecosilla
y podía ser abeja.
Aprendía que las sumas
eran fruto de las restas
si sisaba a las hermanas
aumentando su despensa.
Con el cálculo no iba,
prefería estar atenta,
a cocientes reductores
de los postres y reservas.
Sí soñaba, como niña,
y lo hacía en hamburguesas,
en helados mantecados
relamiéndose su lengua.
Pero el fruto del colegio
era el rezo y la clemencia,
consiguiendo las virtudes
de la orden y las siervas.
Fortunata, con buen tino,
ya soñaba con revueltas,
con azañas infantiles
en su mundo de inocencia.
Y abusando de su estado
era niña y era estrella,
una niña abandonada
con la estrella en su mollera.
Avanzaba en los estudios,
paso a paso y letra a letra,
aunque odiaba los latines
y quería ser maestra.
Sin embargo, ya sabía,
que sería cocinera,
la del cuento y el relato
con sus ropas harapientas.
Una hermana quisquillosa
la insultaba con largueza,
pellizcaba sus carrillos
y decía que era lela.
Fortunata no lloraba,
no quería que la vieran,
ni quería ser la escoba
de una triste Cenicienta.
Es por eso, que una tarde,
decidiera ser princesa,
olvidándose de hábitos
y de toca en su cabeza.
Rompió libros, saltó tapias,
y emprendió veloz carrera,
con los sueños infantiles
hacia un mundo sin fronteras.
Se libró de cumplimientos,
de maitines y novenas,
de los rezos y rosarios
por los santos y profetas.
Y así fue, sin proponerlo,
aquel cambio que hoy se observa,
de novicia en un convento
a ser musa de un poeta.
"...La novicia Fortunata
era hermosa y era bella,
era el rostro arrebolado
y era el verso de un poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/15
rezumaba pataletas,
era lista y pecosilla
y podía ser abeja.
Aprendía que las sumas
eran fruto de las restas
si sisaba a las hermanas
aumentando su despensa.
Con el cálculo no iba,
prefería estar atenta,
a cocientes reductores
de los postres y reservas.
Sí soñaba, como niña,
y lo hacía en hamburguesas,
en helados mantecados
relamiéndose su lengua.
Pero el fruto del colegio
era el rezo y la clemencia,
consiguiendo las virtudes
de la orden y las siervas.
Fortunata, con buen tino,
ya soñaba con revueltas,
con azañas infantiles
en su mundo de inocencia.
Y abusando de su estado
era niña y era estrella,
una niña abandonada
con la estrella en su mollera.
Avanzaba en los estudios,
paso a paso y letra a letra,
aunque odiaba los latines
y quería ser maestra.
Sin embargo, ya sabía,
que sería cocinera,
la del cuento y el relato
con sus ropas harapientas.
Una hermana quisquillosa
la insultaba con largueza,
pellizcaba sus carrillos
y decía que era lela.
Fortunata no lloraba,
no quería que la vieran,
ni quería ser la escoba
de una triste Cenicienta.
Es por eso, que una tarde,
decidiera ser princesa,
olvidándose de hábitos
y de toca en su cabeza.
Rompió libros, saltó tapias,
y emprendió veloz carrera,
con los sueños infantiles
hacia un mundo sin fronteras.
Se libró de cumplimientos,
de maitines y novenas,
de los rezos y rosarios
por los santos y profetas.
Y así fue, sin proponerlo,
aquel cambio que hoy se observa,
de novicia en un convento
a ser musa de un poeta.
"...La novicia Fortunata
era hermosa y era bella,
era el rostro arrebolado
y era el verso de un poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/15
No se que decir, estoy anonada con tu poesía.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola.
EliminarBesos.
preciosos versos...sin dudarlo...
ResponderEliminargracias Rafael por tu comentario en mi blog ...no escribo como Cervantes lo mio se parece mas a Calderón ...o Quevedo,pero me gusta la poesia ...gracias amigo...un abrazo.
Marina
Un abrazo y feliz domingo Marina.
EliminarBien por Fortunata! Se libró de esa vida gris.
ResponderEliminarBuen domingo y besos
Sonrío, Carmen.
EliminarBesos y feliz domingo.
lindo poema Rafael, pero cámbiale el nombre a la pobre novicia ...Fortunata es del terror jajaja
ResponderEliminarabrazos y buena semana
¡Ay Ely...!, pero si es un nombre bonito...
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
¡Que tierno...!, me encantó.
ResponderEliminarBesos en la tarde, Rafael
Fina
Gracias Fina.
EliminarUna poesía muy simpática, llena de fantasía :)
ResponderEliminarMuchos besos
Gracias por verla así Rusaca.
EliminarUn beso.
gracias por tu nuevo comentario ...tambien te deseo feliz domingo ...un abrazo
ResponderEliminarLindísimo el poema, juguetón y tierno.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael
Gracias por verle así Carmen.
EliminarUn abrazo.
Ya casi no existen las novicias, por eso se agradece que las tengas entre tus musas.
ResponderEliminarSaludos domingueros.
Cualquier detalle de la vida puede inspirar un verso Beatriz, ¿no crees?
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael: Poesía dulce, inocente y chispeante, me encanta que salió a un mundo sin frontera y tu la hayas encontrado para dedicarle estas bellas letras. Muy buena semana. Abrazos!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras Mercedes.
EliminarAbrazos.
Una dulce poesía para una novicia. Una musa diferente.
ResponderEliminarun abrazo
Gracias por verlo así Maduixeta.
EliminarUn abrazo.
Una historia preciosa, que nos llega a todos y nos emociona, Rafael...Mi felicitación y un beso madrileño.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias M. Jesús.
EliminarUn abrazo.
Tienes el talento maravilloso de relatar historias increíbles con versos perfectos.
ResponderEliminarMis felicidades para ti y tu espléndido don.
Besos.
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarBesos.
¡Ay! esa novicia pizpireta, que bien lo pasaría...
ResponderEliminarBonito sainete , para representarlo.
Besos
Salió así el romance Esencia.
EliminarBesos.