No cambió, para nada, su sonrisa,
cuando hizo un extraño el corazón,
ni tembló su pupila tan hermosa
expresando un asomo de temor.
Él sabía que estaba muy cansado,
que debía seguir como un robot,
caminando a su meta y su destino,
más allá de los campos y el arroz.
Margaritas salían a su paso,
saludaban al hombre y al pintor,
al poeta de rostro arrebolado
que cerraba sus ojos bajo el sol.
Una ardilla traviesa y muy coqueta,
asomaba su hocico con fruición,
desde el roble en que estaba ensimismada
y mirando al viajero encantador.
Le miraba con ojos asustados
y escuchaba latir su corazón,
cuando el hombre, cansado y abatido,
bajo el árbol sus pasos descansó.
Y pararon las voces de las hadas
y los elfos cesaron su rumor,
y los ríos quedaron en silencio
y hasta el cielo la lluvia les dejó.
Unos versos salieron de los labios
de aquel niño, poeta y hasta actor,
que soñaba, apoyado en aquel roble,
con un mundo de tinta y de cartón.
Se escaparon suspiros de los labios
y el tic-tac agridulce del reloj,
continuó su monólogo silente
con la ardilla observando con pasión.
Era un hombre y un niño descansando,
una ardilla con rostro encantador,
y allí estaba aquel roble envejecido
con su abrazo, ternura y su tesón.
Y entre todos, sin duda, consiguieron,
que el poeta saliera del sopor,
y de nuevo, su pecho renovado,
a la vida entregara su oración.
Los poemas de lágrimas doradas,
la canción de la nana y de la flor,
la sonrisa paciente de la ardilla
con su cara traviesa de ratón.
"...No cambió, para nada la sonrisa,
del poeta y el niño soñador,
a pesar del cansancio de su cuerpo
que temblaba de fiebre y emoción..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/15
cuando hizo un extraño el corazón,
ni tembló su pupila tan hermosa
expresando un asomo de temor.
Él sabía que estaba muy cansado,
que debía seguir como un robot,
caminando a su meta y su destino,
más allá de los campos y el arroz.
Margaritas salían a su paso,
saludaban al hombre y al pintor,
al poeta de rostro arrebolado
que cerraba sus ojos bajo el sol.
Una ardilla traviesa y muy coqueta,
asomaba su hocico con fruición,
desde el roble en que estaba ensimismada
y mirando al viajero encantador.
Le miraba con ojos asustados
y escuchaba latir su corazón,
cuando el hombre, cansado y abatido,
bajo el árbol sus pasos descansó.
Y pararon las voces de las hadas
y los elfos cesaron su rumor,
y los ríos quedaron en silencio
y hasta el cielo la lluvia les dejó.
Unos versos salieron de los labios
de aquel niño, poeta y hasta actor,
que soñaba, apoyado en aquel roble,
con un mundo de tinta y de cartón.
Se escaparon suspiros de los labios
y el tic-tac agridulce del reloj,
continuó su monólogo silente
con la ardilla observando con pasión.
Era un hombre y un niño descansando,
una ardilla con rostro encantador,
y allí estaba aquel roble envejecido
con su abrazo, ternura y su tesón.
Y entre todos, sin duda, consiguieron,
que el poeta saliera del sopor,
y de nuevo, su pecho renovado,
a la vida entregara su oración.
Los poemas de lágrimas doradas,
la canción de la nana y de la flor,
la sonrisa paciente de la ardilla
con su cara traviesa de ratón.
"...No cambió, para nada la sonrisa,
del poeta y el niño soñador,
a pesar del cansancio de su cuerpo
que temblaba de fiebre y emoción..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/15
Melancolicos y hermsos versos!
ResponderEliminarun abrazo
Gracias por tus palabras Mery.
EliminarUn abrazo.
Te dejo un abrazo Rafael
ResponderEliminarFeliz dia de reyes
Gracias Slave.
EliminarUn abrazo en la noche.
COMO SIEMPRE TUS BELLOS VERSOS DEJAN ESTELA DE RECUERDOS
ResponderEliminarUN ABRAZO
Gracias por tus palabras Marina.
EliminarUn abrazo.
Una preciosidad de poema, inspirado y hermoso.
ResponderEliminarun abrazo
Gracias Maduixeta.
EliminarUn abrazo.
Bonito cuento, ese hombre niño, en su excursión por el bosque encantado, esa ardilla, de mirada traviesa y curiosa...Y el poeta disfrutando en su cuartilla, como quien compone una canción.
ResponderEliminarGracias por este regalo y Feliz día de Reyes.
Un abrazo Rafael
Gracias por tu comentario Esencia.
EliminarUn abrazo en la noche.
bien hace tu protagonista por mantener la mirada y la sonrisa
ResponderEliminarabrazos y buena semana
Gracias Ely.
EliminarAbrazos y linda semana.
Me pareció ver a esa ardilla tan graciosa...
ResponderEliminarClaro,esa sonrisa hay que guardarla...es maravillosa!
Besos
Sonrío Carmen.
EliminarBesos.
Rafael, vuelvo de nuevo con vosotros después de viajes y celebraciones...Me encanta tu poema, donde muestras a ese eterno niño, que permanece en su esencia, en su esperanza y en su proyección hacia el futuro...Mi felicitación y mi abrazo grande por tu profundidad y cercanía...Que el nuevo año nos deje a todos, serenidad, valor y sabiduría para seguir compartiendo la vida y mejorando nuestro mundo.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias por tu comentario M. Jesús. Que tengas un Feliz Año en compañía de tus seres queridos.
EliminarUn abrazo.
Hermosas letras para un día de gran ilusión.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Gracias Efe.
EliminarUn abrazo.
Es preciosa esta poesía, llena de magia, llena de la belleza de la naturaleza y de la fantasía.
ResponderEliminarMuchos besos
Gracias por tus palabras Rusaca.
EliminarUn beso.
Qué bonito,. Besos.
ResponderEliminarEsas sonrisas no se pueden perder...
Enhorabuena, feliz día de Reyes, Rafael.
Gracias por tu comentario Amapola.
EliminarUn abrazo en la noche.
La melancolía, la haces bella..
ResponderEliminarcomo poeta que eres.
Que no perdamos esa sonrisa de niños, que todos llevamos uno dentro.
Un fuerte abrazo Rafael.
Feliz semana.
No, Carmen, no perdamos nunca esa sonrisa.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
uuuffff que bello!!!!! tampoco la cambiaría por nada y menos se trata la sonrisa un poeta me encantó!!, se me había escapado este bello poema mas si se rata de mi arma favorita jejejje, un abrazo Rafael desde mi brillo del mar
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