Es un sopor que invade y que te atrapa,
es una bruma densa en las pupilas
es un rumor que avanza en el cerebro
y apaga los resquicios y las risas.
Eterna soledad del navegante
que marcha por el mar en su barquía,
remando en un compás desordenado
en medio de la bruma y de la vida.
Ya llega el cormorán hasta la playa,
se acerca al arenal con ala altiva,
mojado su plumaje por la lluvia
y en busca de la paz que necesita.
Un hombre les contempla en el silencio,
hay surcos de la edad en sus mejillas,
palabras que han quedado entre sus labios
y arrugas en su frente bien curtida.
Se acercan las gaviotas seductoras
e intentan contagiar, su gris ceniza,
al blanco inmaculado de su cuello,
y al vuelo singular que realizan.
Pretenden conseguir que sus vecinos
acepten su amistad y compañía,
en ese breve instante, en que sus alas,
se extienden a secarse con el día.
La lluvia sigue terca en su descenso,
abiertas las exclusas infinitas,
prosigue en sus caricias seductoras
en medio de las brumas y neblinas.
Se nota la humedad en el ambiente.
la lluvia, en buena lid de alcantarillas,
desborda previsiones y razones
y busca libertad sin homilías.
Y este sopor que invade nos secuestra,
se mezcla con salitres y calimas,
con algas que se escapan perezosas
de un mundo de ilusión y fantasías.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/15
es una bruma densa en las pupilas
es un rumor que avanza en el cerebro
y apaga los resquicios y las risas.
Eterna soledad del navegante
que marcha por el mar en su barquía,
remando en un compás desordenado
en medio de la bruma y de la vida.
Ya llega el cormorán hasta la playa,
se acerca al arenal con ala altiva,
mojado su plumaje por la lluvia
y en busca de la paz que necesita.
Un hombre les contempla en el silencio,
hay surcos de la edad en sus mejillas,
palabras que han quedado entre sus labios
y arrugas en su frente bien curtida.
Se acercan las gaviotas seductoras
e intentan contagiar, su gris ceniza,
al blanco inmaculado de su cuello,
y al vuelo singular que realizan.
Pretenden conseguir que sus vecinos
acepten su amistad y compañía,
en ese breve instante, en que sus alas,
se extienden a secarse con el día.
La lluvia sigue terca en su descenso,
abiertas las exclusas infinitas,
prosigue en sus caricias seductoras
en medio de las brumas y neblinas.
Se nota la humedad en el ambiente.
la lluvia, en buena lid de alcantarillas,
desborda previsiones y razones
y busca libertad sin homilías.
Y este sopor que invade nos secuestra,
se mezcla con salitres y calimas,
con algas que se escapan perezosas
de un mundo de ilusión y fantasías.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/15
Es bueno regresar y encontrar tu poesía. Muy buen poema Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra leer esto María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Me gusta un mundo donde la ilusión y las fantasías no faltan.
ResponderEliminarUn besito Rafael
Es que no debería de faltarnos Amy.
EliminarUn beso.
Esa bruma interior tan típica de los días de invierno...
ResponderEliminarBesos
Cierto Carmen.
EliminarBesos.
Rafael , uuufff el mar precisamente nos ayuda a drenar, reflexionar y también a soportar los embates del tiempo en su conjunto marino te quedó hermoso amigo , besos y feliz día desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea.
EliminarUn abrazo.
Eterna soledad, navegante de grandes poemas a flor de piel, que surcan mares de palabras hermosas, y que seguro nacieron en el momento preciso de tu existencia.
ResponderEliminarSoledad eterna de la magia, con esa paz que necesita con sus soles imprecisos, pero…eterna soledad, llena de ilusión y fantasía.
Bellísima poesía. Mar…Navegante…
Besos Rafa.
Gracias "eterna soñadora", (nunca dejes de hacerlo), Lore y gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Me transporté en tus versos. Vi y sentí tu poesía. Un abrazo amigo, un lindo domingo para ti.
ResponderEliminarGracias Paty.
EliminarUn abrazo y el mismo deseo para ti.
ese sopor , esa densidad, a veces ahoga otras enloquece otras seduce
ResponderEliminarpero el poeta siempre encuentra modo de rescate
buena domingo Rafael
abrazo
Quizás para eso estamos Ely, ¿no crees?
EliminarUn abrazo.
El final de una extenuante travesía entre la bruma...y con ostentosa lluvia.
ResponderEliminarMe queda el ritmo de esa precipitación Rafael.
Feliz domingo.
Gracias por tus palabras Beatriz.
EliminarUn abrazo en la tarde de este domingo que acaba.
Es bella y triste...
ResponderEliminarNo hay edad para ser feliz.
Muchos besos
Un poco de todo Carmen.
EliminarUn beso.
HERMOSOS VERSOS ...SIEMPRE LLENOS DE AMOR.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Gracias por tus palabras Marina.
EliminarUn abrazo.
Precisos ese paisaje en la playa, donde llegan las aves, compartiendo la lluvia, mientras alguien las mira con sopor y tristeza...Y la lluvia sigue siendo protagonista con su canto y sus lejanas leyendas y cuentos mágicos...Mi felicitación y mi abrazo por hacerte lluvia, playa y gaviota y llegar a nosotros con suave nostalgia, amigo...
ResponderEliminarM.Jesús
Es que esos cormoranes y las gaviotas son únicos M. Jesús.
EliminarUn abrazo.
Esta poesía está para premio
ResponderEliminarla convocatoria en www.azagaya.co
facebook mario javier pacheco
Es simplemente un poema Mario.
EliminarUn saludo y gracias.