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martes, 5 de mayo de 2015
SOPLABA EL VIENTO DEL NORDESTE...
Soplaba el viento del nordeste, sin cesar,
en aquel día.
Bendita sensación la de sus aguas
con láminas añil, de un verde y azulado
tan inquieto.
Las olas se rizaban con la brisa
que soplaba.
Recuerda bien, mi Mar,
al viento del nordeste que soplaba
enfurecido.
Allí te conocí, cruzando nuestros pasos
y caminos.
Tú estabas muy molesto por culpa de ese
viento, que sin duda te cegaba,
y yo te sonreí.
Recuerda simplemente, Mar,
que no nos conocíamos.
Que fuimos dos extraños, hasta entonces,
y tú nada sabías de mi vida.
Yo tampoco había disfrutado de la paz
y la frescura que nacía de tu lecho de cristal
irreverente.
Acuérdate muy bien de aquel momento
y no lo olvides.
Un niño se acercó hasta tu lado,
con cara de inocencia,
y te llamó a ti, Mar, con un
suspiro incoherente.
¡Tenía tantas cosas que pedirte
y tantas que contarte...!
que admirado por tu gracia y tu belleza
extendió sus brazos para estrecharte
entre ellos, mientras tú, simplemente,
le ignorabas y bañabas con un golpe de resaca
y de salitre.
Recuerda bien aquello, Mar, y no lo olvides.
No te enojes si te traigo aquella escena
del pasado a tu recuerdo.
Él te amaba.
Por eso te ofreció su confianza
y te habló de tú a tú,
contándote sus penas y alegrías.
¡Te amaba, Mar!, y tú no te enteraste,
ni escuchaste sus palabras,
ya que estabas más pendiente
de llevar tus resacas y mareas
a otras playas y otras costas.
Recuerda aquel momento, Mar,
y no lo olvides.
El viento del nordeste era muy fuerte.
pero era sano y curtía las mejillas
de los hombres.
Cicatrizaba sus heridas,
cauterizaba las pasiones
y hasta hacía que los niños se enamoraran,
como aquel, de quien te hablo,
y tú ya no recuerdas.
La brisa afloraba las sonrisas
de las almas,
las flores se movían temblorosas,
las arenas volaban emulando cenizas
de las rocas
y unos labios invisibles te buscaban,
sin cesar, y pronunciaban tu nombre.
¡Oh, Mar!, tu no recuerdas aquel instante,
y bien que lo lamento,
pero el amor pasó muy cerca de tu lado.
Estaba en aquel niño y en sus versos,
estaba entre los sueños que llevaba
y albergaba su cabeza,
estaba en unos ojos infantiles,
que admirados, contemplaban a tu cuerpo
tan desnudo,
estaba en ese añil, verdeazulado,
que llevabas como un manto transparente
y estaba allí, en el corazón que te llamaba
y te gritaba tras la brisa del nordeste.
¡Oh, Mar!, hoy sopla nuevamente aquel nordeste
como en tiempos ya pasados.
Pero no hay un niño que te mira,
ni unos versos que te buscan,
ni unos ojos que te llaman,
ni tampoco está aquel grito silencioso
que gemía con tu nombre.
Simplemente estás tú, con tus resacas
y mareas,
con tus olas y tus playas,
con las costas tan altivas
y con ese corazón tan bien blindado
que no atiende a sentimientos ni razones.
Quizás por eso lloro, Mar,
y te maldigo por no haber sabido
aprovechar aquel momento,
por no haber pedido que aquel niño
te contara sus secretos
y porque le dejaste marchar, sin atenderle,
con la ilusión y tantos sueños, bajo el brazo,
hacia otro mar,
distinto y sin nordeste.
...Pero ya sé que no te importa,
y que nada importa en este instante,
incluso el que lloren los peces
al saber de todo lo ocurrido en aquel tiempo
ya pasado.
¿Te imaginas ver llorar a los peces?.
-sonrío.
Pero es así. Los peces han llorado y lloran,
porque saben llorar, y la brisa todo lo cura,
todo lo cicatriza,
y hasta las heridas de las almas
se convierten en senderos invisibles
con el viento del nordeste.
Al final de este poema nos quedaremos solos,
tú y yo, Mar,
y ambos olvidaremos aquel niño
que te citaba y recordaba
con su imagen del pasado.
Cerraré los ojos, y tú harás lo mismo con los tuyos.
Aspiraré el salitre de las aguas,
y tú suspiraras a las estrellas en la noche.
Sentiré a la brisa besar mi cuerpo estremecido
y las gotas de la resaca restañarán mi piel
mientras tú azotarás, con tu añil verdeazulado,
a las costas y a las playas.
Y al final, simplemente, murmuraré tu nombre
para embriagarme con él y tu sonrisa
ya olvidada,
como tantas veces hice a lo largo de la vida,
en mis poemas,
pero tú me envidiarás y llorarás entonces
con la ausencia del Amor en tus entrañas
y sentirás el escozor que te producen
el salitre y el nordeste,
cuando grita el corazón a las respuestas
y el vacío, de preguntas que le mandan
desde el alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/04/15
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El mar es sordo, es que el ruido de sus olas no le permiten oír, es ciego, la bruma no le deja ver. La sal le derritió el corazón, por eso no puede amar.
ResponderEliminarEn cambio aquel niño ama, y escribe versos maravillosos.
Un abrazo.
Gracias por esa visión y comprensión de mis versos María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Mar de grandes sensaciones y emociones que trascienden todo limite.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Gracias.
Cierto Olga i Carles.
EliminarUn abrazo y gracias por tu visita y comentario.
Te inspiró muy bien el nordeste estas sentidas palabras al mar.
ResponderEliminarQué ternura ese niño...
Besos
Es que el nordeste Carmen... ¡Tiene algo especial, no lo dudes...!
EliminarBesos.
Amigo Rafael, tu diálogo con el mar me ha encantado. Hablando de tu a tu con el gran coloso de la naturaleza
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Ha sido y es, un compañero y un amigo inseparable Julia.
EliminarUn abrazo.
Ese viento traía recuerdos inolvidables.
ResponderEliminarVersos llenos de armonía casi son música.
Un abrazo
Gracias por ver así mis letras Efe.
EliminarUn abrazo.
Yo tengo un romance con mi mar del norte... con sus aguas bravas y clamas por momentos, con esa brisa fría que se cuela entre la ropa y los pensamientos... Voy a verlo, a lanzarle piedras para que en el fondo me guarde las penas... sentir sus frías aguas a mi pies...
ResponderEliminarYo no podría vivir lejos de él...
Precioso tu poema Rafael... tienes don... tienes arte...
Muchos besinos!
Me alegra que sientas el escalofrío del viento y el mar en estos versos Perla.
EliminarUn abrazo y muchos "besinos" también para ti.
Todo un homenaje sentido y entrañable a ese encuentro con el mar, que marcó al poeta ya sus sentimientos...Precioso monólogo entrañable y profundo. El mar habita en tus letras y orgulloso nos muestra su grandeza, su misterio y su esencia. Mi felicitación y mi abrazo grande, poeta y amigo.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias por tus palabras, nuevamente, M. Jesús y por esa lectura que haces de mis versos.
EliminarUn abrazo y feliz martes.
Preciosisimos versos al Mar ...me encanta
ResponderEliminarun gran abrazo
Marina
Gracias Marina.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Literalmente me sumergí en ese mar ingrato, pero también generoso, que asusta a niños y mayores.
ResponderEliminarFue una gozada leerte porque regreso fresca como una rosa y porque a este poema tan tuyo lo he visto por dentro.
Muchas gracias, poeta.
Abrazuco bien fuerte.
Lo sé galleguiña y sé que también, para ti, tiene un sabor especial ese nordeste y salitre.
EliminarGracias por tus palabras y un "abrazuco" que te lleve mi amistad.
Yo me dejo envolver por él y cuando estoy lejos hasta le echo de menos. Su caricia en mi cara, su surro al alba...
ResponderEliminarUn abraz❇
Es que es irresistible Athenea, ¿verdad?...
EliminarUn abrazo de luz.
Un encuentro que trae los mejores mensajes y acalla los que son necesarios dejar ir. Yo vengo de un gran encuentro con ese mar en Cádiz y ha sido hermoso su canto.
ResponderEliminarUn gusto volverte a leer.
Gracias Susana, estoy seguro de que disfrutarías con ese mar de Cádiz que citas.
EliminarUn abrazo.
Es bello hablar con el mar. Suerte poderle tener siempre cercano para uqe guarde nuestros secretos.
ResponderEliminarMuchos besos
Sí, Carmen, en ese aspecto soy muy afortunado.
EliminarUn beso.
Rafael he estado ausente unos días, pero aquí estoy con tus versos, siempre cautivadores.El mar está presente en los poetas y en todo aquel que forma parte de su infancia y lo ve cada día, y entabla un diálogo silencioso con él.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
Gracias por tu regreso y este comentario.
EliminarEspero y deseo que vuelvas con nuevas fuerzas para seguir escribiendo.
Un abrazo.
Rafael me gusta como conversas con él toda libertad desnudando tus sentimientos , La Mar sí te escucha cuando se arropa con la espuma de su orilla ha sido un texto hermoso donde viajé a tu rincón aquel niño mágico que esta en tu corazón , me encantó!!!! un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarMe alegro de que pudieras escuchar ese monólogo del niño y del mar Bea.
EliminarUn abrazo.
Bella relación con el mar....
ResponderEliminaruna lluvia de besos
Gracias Maduixeta.
EliminarUn abrazo.