En aquellas tardes
nacieron mis sueños,
los llantos, las risas,
y el niño que llevo.
Nacieron tratando
de oír al silencio,
sentir sus latidos,
sus pasos inquetos.
Por eso me paro
y busco ese tiempo,
la raya bendita
de otoño e invierno.
Quizás no lo encuentre,
tal vez sea un verso,
la letra dorada
perdida en el cielo.
En aquellas tardes
nació lo que siento,
mis manos nerviosas
rozando tu pelo.
La brisa del alma
besando tus senos,
mis dedos, sin pausa,
buscando tus dedos.
Por eso te digo
que añoro el reflejo,
del tiempo pasado
y rico en recuerdos.
No siento nostalgia,
si acaso un deseo,
de ser aquel niño
feliz de los cuentos.
"...En aquellas tardes
vinieron tus besos,
nacieron los míos
y fue algo muy bello ..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/17
nacieron mis sueños,
los llantos, las risas,
y el niño que llevo.
Nacieron tratando
de oír al silencio,
sentir sus latidos,
sus pasos inquetos.
Por eso me paro
y busco ese tiempo,
la raya bendita
de otoño e invierno.
Quizás no lo encuentre,
tal vez sea un verso,
la letra dorada
perdida en el cielo.
En aquellas tardes
nació lo que siento,
mis manos nerviosas
rozando tu pelo.
La brisa del alma
besando tus senos,
mis dedos, sin pausa,
buscando tus dedos.
Por eso te digo
que añoro el reflejo,
del tiempo pasado
y rico en recuerdos.
No siento nostalgia,
si acaso un deseo,
de ser aquel niño
feliz de los cuentos.
"...En aquellas tardes
vinieron tus besos,
nacieron los míos
y fue algo muy bello ..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/17
Un precioso otoño-invierno para recordar aquellas tardes que hoy se reflejan en el tiempo, de beso y abrazos, de abrazos nerviosos, de aquellos latidos llenos de deseos…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Rafael
Gracias por tu comentario Sneyder.
EliminarUn abrazo.
En aquellas tardes las caricias se adueñaron del firmamento .
ResponderEliminarMe ha encantado tu poema.
Un beso .
Así es María.
EliminarUn beso.
Tenemos que tratar que eso niño que llevamos dentro siga siendo feliz. Hermosos y nostálgicos versos.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Cierto Luján, eso tenemos que intentar.
EliminarUn abrazo.
Nuestra infancia nos acompaña siempre, Rafael.
ResponderEliminarEs interesante este ritmo clásico que imprimes a tus poemas.
Un abrazo.
Y no debemos olvidarnos de esa infancia nunca, Tecla.
EliminarUn abrazo.
Siempre es lindo el amor y cuando se vive tal como lo expresas en tus versos, mejor. No se olvida.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias por tu comentario María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Aquellas tardes vuelven a estar presentes y en tus versos a ser eternas, Rafael...El recuerdo es un gran tesoro y no debemos ignorarlo...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tus entrañables versos.
M.Jesús
uufff la verdad es que algunas veces Rafael te leo y me enamoras, uufff que dulzura aay he suspirado ehhh imaginado esas tardes tan llenas de amor y cálidas uuff me encantó !!, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras tan sinceras, Bea.
EliminarUn abrazo.
A veces, el niño o niña que llevamos dentro aflora y nos hace volar.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Pues que lo haga con frecuencia Manuela.
EliminarUn abrazo.
Que siga el niño latiendo en ti, Rafael
ResponderEliminarUn beso
Gracias Ame, intentaremos que así sea.
EliminarUn beso.
los versos son preciosos...los niños siempre
ResponderEliminarabrazos
Los niños más Marina. Por eso son niños...
EliminarUn abrazo en la tarde.
Este poema me conmueve.
ResponderEliminarAbrazo.
Me alegro de que así ocurra Verónica.
EliminarUn abrazo.