Era ya tarde,
volvían los gorriones,
tenías frío.
No lo pensamos,
nos dimos media vuelta
y regresamos.
Atrás dejamos
la senda y la montaña
con tantos sueños.
Y volveremos,
pensamos en silencio,
en otro instante.
Con mejor tiempo,
sin prisas ni presiones
y llegaremos.
Haremos cumbre,
arriba soñaremos
durante un rato.
Quizás podamos
llevarle en un suspiro
nuestro saludo.
Un mar de nubes
veremos sobre el agua
pero sin olas.
Pero los sueños,
también en la montaña
son realidad.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/04/19
Todo tiene su momento.
ResponderEliminarSAludos.
Cierto, Manuela.
EliminarSaludos.
Todos los sueños pueden llegar a ser reales siempre que los pensemos tantas veces que los volvamos reales ..Un bello poema lleno de imaginación ..
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.
Gracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Claro,en la montaña también.
ResponderEliminar; )
Besos.
Por supuesto que sí, Carmen.
EliminarBesos.
En la tarde, justo antes de so;ar, la magia de las cosas se rebela en el alma
ResponderEliminarUn abrazo
Será precisamente por los sueños que vienen, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Los sueños dan vida, alimentan sin límites nuestra realidad...
ResponderEliminarBesos, Rafael.
Gracias Julieta.
EliminarBesos en la tarde.