Me quedo solo
en medio de la vida,
y en soledad.
Se acaba el tiempo
el tren va acelerando
y llega rápido.
Voy sin maleta,
conmigo llevo sueños,
ya marchitados.
Hay mucha niebla
que veo tras las vías
y en lontananza.
Niebla en los ojos
que lloran y rezuman
lluvia del alma.
Pero la vida,
vivida es importante
y tú lo sabes.
Es como un premio,
aquel que habías soñado
en tus poemas.
Días y versos
se juntan y florecen
en tus recuerdos.
Y los añoras,
precisamente ahora,
en la partida.
No te preocupes,
te marchas con sus besos,
tú no estás solo.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/25
Precioso poema, pero muy triste, mi querido amigo Rafael, no estás solo, los versos siempre nos hacen compañía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María.
EliminarAbrazos.
Todo lo que tiene de bonito , lo tiene de triste ... Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarAbrazos.
Rafael, hay una fuerza espiritual que nos impulsa a seguir adelante...al igual que a ti a seguir escribiendo con inspiración y fortaleza...No estamos solos, hay seres espirituales que nos acompañan y nos guían...Somos humanos y limitados, nuestra mente no es capaz de mirar más allá de lo que vemos...Pero están ahí, muy cerca alentándonos a seguir adelante.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable