Hoy, como ayer,
los ojos se entreabren,
cuando amanece.
Y ven la luz.
del día que comienza,
dando la vida.
Atrás se apagan,
los llantos y la ausencia,
del ser querido.
No es que se olviden,
pues eso es imposible,
es que se viven.
Hay un trasplante,
que enlaza a las dos almas
en comunión.
Hoy, como ayer,
la vida continúa
y hay que vivirla.
Hablar con ella,
buscando su sonrisa
y sus latidos.
Dirán algunos,
que tienes la locura,
pero no importa.
Hoy, como ayer,
comienza un nuevo día
para los dos.
(Aunque no estés)
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/25
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario