Era un viejo desván y era un baúl,
un baúl soñoliento, abandonado,
un arcón con reliquias y recuerdos,
y un violín en espera de una mano.
Porque el dulce secreto que albergaba
era el fruto paciente, de los años,
con retales de notas impacientes
y desvelos nerviosos en trabajos.
Porque allí se guardaban la esperanza,
la inocencia furtiva de unos labios,
la sonrisa sin nombre ni destino
y aquel beso lanzado hacia lo alto.
Era un viejo baúl adormecido,
un desván, con hollín, en muchos lados,
un rincón de nostalgia y fantasía
esperando la magia de los magos.
Y es allí donde grita la inocencia,
donde pide los besos que ha soñado,
reclamando el juguete y la alegría
para ir por el mundo a disfrutarlo.
Y es también donde ruge la galerna,
donde vibra en la costa su reclamo,
a la vez que las olas se vacían
y la espuma se funde con los cantos.
Era un viejo desván, en la penumbra,
un baúl con hollín en sus costados,
un remanso de sueños contenidos
y sonrisas mezcladas con los llantos.
Más tenía la fuerza irresistible,
que invitaba a mirar y a rescatarlo,
de ese pozo de sombras y negruras
en que el tiempo le puso a buen recaudo.
Y tenía la sed de la esperanza,
confiando también en el milagro,
de saciar las preguntas de aquel niño
apurando las gotas de su vaso.
Era un viejo baúl, a la deriva,
un desván misterioso y sacrosanto,
y era un niño mirando en el espejo
de otro tiempo, con magia, ya pasado.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/13
un baúl soñoliento, abandonado,
un arcón con reliquias y recuerdos,
y un violín en espera de una mano.
Porque el dulce secreto que albergaba
era el fruto paciente, de los años,
con retales de notas impacientes
y desvelos nerviosos en trabajos.
Porque allí se guardaban la esperanza,
la inocencia furtiva de unos labios,
la sonrisa sin nombre ni destino
y aquel beso lanzado hacia lo alto.
Era un viejo baúl adormecido,
un desván, con hollín, en muchos lados,
un rincón de nostalgia y fantasía
esperando la magia de los magos.
Y es allí donde grita la inocencia,
donde pide los besos que ha soñado,
reclamando el juguete y la alegría
para ir por el mundo a disfrutarlo.
Y es también donde ruge la galerna,
donde vibra en la costa su reclamo,
a la vez que las olas se vacían
y la espuma se funde con los cantos.
Era un viejo desván, en la penumbra,
un baúl con hollín en sus costados,
un remanso de sueños contenidos
y sonrisas mezcladas con los llantos.
Más tenía la fuerza irresistible,
que invitaba a mirar y a rescatarlo,
de ese pozo de sombras y negruras
en que el tiempo le puso a buen recaudo.
Y tenía la sed de la esperanza,
confiando también en el milagro,
de saciar las preguntas de aquel niño
apurando las gotas de su vaso.
Era un viejo baúl, a la deriva,
un desván misterioso y sacrosanto,
y era un niño mirando en el espejo
de otro tiempo, con magia, ya pasado.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/13
Observando otro reflejo.
ResponderEliminarMe alegra de que así lo veas Silvia.
EliminarUn abrazo.
HOLA RAFAEL
ResponderEliminarESTE POEMA ME RECUERDA A LAS COSAS DE MI ABUELO, SU VALIJA, SUS RECUERDOS, LOS PAPELES VIEJOS, SUS CUADERNOS, LA NOSTALGIA... CUÁNTA!!!
PRECIOSO, ES UN POEMA QUE A MI PARTICULARMENTE ME ENCANTA.
BESOS
Algo así traté de recopilar en mis versos Luján, pero tú lo has resumido mejor en tu comentario.
EliminarBesos y feliz día.
La poética del cofre es infinita y así
ResponderEliminarlo has demostrado. Un abrazo.
Gracias Natalia por ver así el contenido de estos versos.
EliminarUn abrazo.
Qué bella poesía¡¡, creo que me gustan todas las que escribes¡¡ enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Amapola, me alegra de que así sea.
EliminarUn abrazo.
hay arcones que guardan milagros y esencias
ResponderEliminarabrazos
Y además son muchos esos arcones Elisa, quizás más de los que pensamos.
EliminarUn abrazo.
Hermoso poema. Cuántas historias se recatarían de un baúl así, que relatos misteriosos nos podría regalar.
ResponderEliminarmariarosa
Seguro que muchas María Rosa.
EliminarUn abrazo.
¡Que alegría ver que has regresado al blog!
ResponderEliminarMe encanta esa nostalgia que hoy nos trae tus letras.
Sin ese misterio ¿que sería de la vida?
Besos y abrazos
Gracias Anna por tu saludo y comentario.
EliminarSeguro que la vida continuaría siendo bonita siempre que buscáramos su esencia en la poesía.
Un abrazo y feliz fin de semana, querida amiga.
Como se despierta en nosotros la melancolía de la nostalgia al contemplar objetos olvidados en el tiempo que antes estuvieron llenos de vida.Ese baúl,esos juguetes que un día hicieron reír a un niño y ahora están viejos y abandonados,contienen en eloos toda la ternura del mundo...
ResponderEliminarSaludos Rafael.
Es algo inevitable Jerónimo y como he dicho, seguro de que todos tenemos algún baúl parecido esperándones.
EliminarUn abrazo.
Un poema que revive imágenes, nostalgias, emociones y sentimientos y que trae al presente historias de otros tiempos. Muy bello. Un abrazo a mi regreso
ResponderEliminarGracias por tu comentario Alma, me alegra saber de ti.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Precioso final. Un arcón: lugar donde: o se guardan tesoros o se pudren, olvidados, malos momentos. En uno y otro caso, en toda casa debería haber un arcón. Un abrazo, miguiño.
ResponderEliminarY es que seguro, Aurora, que en toda alma hay un arcón como el que describes.
EliminarUn abrazo "miguiña.
Pd... Hoy estuve en Oviedo y ya me dijo Chelo que no habías podido acudir, al III de Talleres de Lectura de Bibliotecas.
Era un viejo baúl donde el tiempo se detuvo, los aromas de los recuerdos contenidos entre paredes de roble...
ResponderEliminarMe gustó mucho!
Saludos
Juan
Sí, Juan, algo parecido. Me alegro de que te gustara este poema.
EliminarUn saludo.