Me quedo contemplando la agonía
de un bello corazón que está muriendo,
le miro y le remiro, muchas veces,
y siento que se escapa de mi pecho.
No existe hipocresía de mi parte,
si acaso es el dolor por lo que veo,
mezclado con cadenas de impotencia
que surgen de mis labios en silencio.
Suspiros que se juntan con la brisa,
cargados de pasión y de recuerdos,
eternas sensaciones sin palabras
vividas y latiendo entre los cuerpos.
No puedo reprimir de las pupilas
las lágrimas silentes de este ciego,
que un día quiso amar de otra manera
quizás muy contagiado por los sueños.
Me quedo contemplando en la distancia
al tierno corazón que está sufriendo,
sangrando por la herida en su costado
causada por amor y sin saberlo.
No es fácil asumir que las derrotas
auguren el preludio del infierno,
de largas travesías por eriales
y de otras por cañadas y desiertos.
Se muere el corazón en un instante
y quedan congelados los reflejos,
aquellos con la dulce algarabía
que fueron compañeros de los juegos.
Se quedan las gaviotas en la playa
mirando tras las olas los veleros,
igual que la mirada en las cenizas
de un bello corazón marcado a fuego.
"...Me quedo contemplando los rescoldos
que fueron corazón, y ahora tormento,
de un alma enfebrecida, enamorada,
que muere por amor, en estos versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/14
de un bello corazón que está muriendo,
le miro y le remiro, muchas veces,
y siento que se escapa de mi pecho.
No existe hipocresía de mi parte,
si acaso es el dolor por lo que veo,
mezclado con cadenas de impotencia
que surgen de mis labios en silencio.
Suspiros que se juntan con la brisa,
cargados de pasión y de recuerdos,
eternas sensaciones sin palabras
vividas y latiendo entre los cuerpos.
No puedo reprimir de las pupilas
las lágrimas silentes de este ciego,
que un día quiso amar de otra manera
quizás muy contagiado por los sueños.
Me quedo contemplando en la distancia
al tierno corazón que está sufriendo,
sangrando por la herida en su costado
causada por amor y sin saberlo.
No es fácil asumir que las derrotas
auguren el preludio del infierno,
de largas travesías por eriales
y de otras por cañadas y desiertos.
Se muere el corazón en un instante
y quedan congelados los reflejos,
aquellos con la dulce algarabía
que fueron compañeros de los juegos.
Se quedan las gaviotas en la playa
mirando tras las olas los veleros,
igual que la mirada en las cenizas
de un bello corazón marcado a fuego.
"...Me quedo contemplando los rescoldos
que fueron corazón, y ahora tormento,
de un alma enfebrecida, enamorada,
que muere por amor, en estos versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/14
Ha pasado algo raro en el comentario que te he hecho Rafael...lo vuelvo a repetir por si acaso...
ResponderEliminarTe decía que, qué forma mas hermosa de morir, morir en poesía, que quizás sea la manera más bella de morir, y que por la misma regla de tres, en poesía, de nuevo renacer.
Es un placer leerte Rafael, este poema me ha gustado mucho.
Feliz lunes.
Besos
Me alegro de que te gusten estos versos Carmen. Entiendo perfectamente tu comentario y te lo agradezco.
EliminarUn abrazo y feliz lunes también para ti.
Es muy triste... Sé lo que es un corazón que sufre...
ResponderEliminarPero uno se levanta, y el corazón volverá a latir con fuerza.
Muchos besos
Gracias Pamela por tus letras.
EliminarUn beso.
La vida es así...se nace, se crece,se ama,se olvida ...precisa-mente hoy el Rey "Renuncia al Trono"...y como no vamos a renunciar nosotros a tanto amor que hemos soñado...???? es sin remedio también que muera el amor en nuestra pluma.quiza le llego el definitivo dia.
ResponderEliminarun abrazo Rafael
Marina
Es posible que sea como dices Marina, ¡es posible...!
EliminarUn abrazo en la noche.
Sobrecogedor Rafael.
ResponderEliminarOjalá sea creación poética nada más.
Besos
Si analizamos a nuestro alrededor Carmen, quizás podamos ver escenas parecidas muy cerca.
EliminarBesos.
suenan muy tristes tus letras
ResponderEliminarBesitos Rafael, con tanta luz como la sientes
feliz inicio de semana
Quizás lo son Cora.
EliminarBesitos y feliz semana.
Sí, Rafael; hay veces que se muere de amor en los versos, o el amor muere en ellos.
ResponderEliminarLos versos son, a veces, el sudario en el que envolvemos el amor muerto.
Un abrazo.
Pienso igual Fanny.
EliminarUn abrazo.
Me gusta la música con que lo dices.
ResponderEliminarUn saludo amistoso.
Gracias Ursus.
EliminarUn saludo.
Leyéndote recordé una cita de Jackselins Arteaga: “Háblame y tal vez, te diré...
ResponderEliminarHáblame y te hablare de la agonía de aquel adiós...
Donde por no hablar nos perdimos los dos...!
La quietud y los silencios no son buenos para el amor… y entonces nos quedamos contemplando una agonía que nosotros mismos provocamos.
Cariños….
Totalmente de acuerdo Oriana.
EliminarUn abrazo.
Querido amigo no estoy acostumbrada pero me dejó triste uuffff esta hermosos pero nooo jajaja te prefiero cuando tus poemas estan llenos de optimismo de amor de alegría de recuerdos y añoranzas !! fresco colores y en sueños mágicos y dulces uuffff esta precioso pero es trsite espero que sea poetico ehhhh uufff dulces sueños y un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea, se agradecen y siempre hacen aflorar una sonrisa.
EliminarUn abrazo desde el Cantábrico.
Una manera muy romántica de morir...arropada por los versos. Esos versos nos alientan y nos vuelven a dar la vida para seguir sintiendo y ensayando el vuelo del espíritu, Rafael.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo madrileño, amigo.
M.Jesús
Una visión linda de ver estos versos M.Jesús, que agradezco.
EliminarUn abrazo desde Cantabria.