Era un adiós quizás desangelado,
una triste y amarga despedida,
porque todo quedaba en un pasado
con la sangre surgiendo de la herida.
Pero vino una mano a mi costado
y traía una rosa agradecida,
con un beso y el sello inmaculado
que detuvo mi adiós, en esa huida.
Y de nuevo sonaron los clarines
una tarde de junio, quizás breve.
Se volvieron azules los jardines
recordando el embrujo de la nieve.
Y a la vez revivieron los violines
y tu pecho pedía que lo lleve.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/14
una triste y amarga despedida,
porque todo quedaba en un pasado
con la sangre surgiendo de la herida.
Pero vino una mano a mi costado
y traía una rosa agradecida,
con un beso y el sello inmaculado
que detuvo mi adiós, en esa huida.
Y de nuevo sonaron los clarines
una tarde de junio, quizás breve.
Se volvieron azules los jardines
recordando el embrujo de la nieve.
Y a la vez revivieron los violines
y tu pecho pedía que lo lleve.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/14
Me elevo tu poema de hoy
ResponderEliminarUn abrazote
Gracias por ello Natalia.
EliminarUn abrazote y feliz viernes.
Buenos dias Rafael...Hoy tu poesía breve amigo ,como la vida misma...pero, ¡el amor nunca muere! es; como las rosas, hermoso,perfumado y tambien tiene sus espinas.
ResponderEliminar¿cómo no?
un abrazo
Marina
Así debe de ser Marina.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
Qué lindo y qué linda esa mano.
ResponderEliminarBesos
Gracias por tus palabras Carmen.
EliminarBesos.
Un mágico momento... y todo vuelve a empezar.
ResponderEliminarPrecioso amigo
Abrazos
Tú lo has dicho Anna.
EliminarUn abrazo.
Sincero poema de amor, por eso y el resto, precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Ursus.
EliminarUn abrazo.
uuff que triste amigo de verdad jope sin embargo la melodía en cada verso es hermosa y mágica uuffffff no estoy jajaja para leer jaja uufffff precioso poema un abrazo grande para ti desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Leyéndote, recordé una frase de Mario Benedetti: “Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida”. Yo le agregaría, una despedida es necesaria para volver a reencontrarse. Y un reencuentro, después de un momento o después de toda una vida, es algo inevitable si el amor es auténtico, porque solo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor.
ResponderEliminarCariños…
Recuerdo ese poema de Benedetti Oriana y tenía toda la razón el recordado uruguayo. Gracias por tus palabras y comentario.
EliminarUn abrazo en la noche.
Precioso!!!
ResponderEliminarCada día escribes aún más bonito, y eso es difícil :)
Muchos besos
Gracias sinceras Sakkarah.
EliminarUn beso.
Es volver a vivir mil veces un momento vivido al recordar. La nostalgia ya es una manía en mí. me encanta leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra de que te gusten estos versos Susana.
EliminarUn abrazo.