Era un sitio retirado
con aspecto angelical,
que invitaba a los amantes
para huir de la ciudad.
Y allí fueron, muy contentos,
con sus voces de cristal,
los susurros apagados
y en sus pechos un tic-tac.
Deshojaron margaritas,
una a una y nada más,
pues sus ojos relucientes
se volvieron a animar.
Eran niños todavía,
para hablar en plural,
dos amantes soñolientos
y una cama y un sofá.
Y se dieron mil caricias,
se besaron, sin tardar,
y sus dedos, impacientes,
se impregnaron de la sal.
Las fontanas de sus cuerpos
no cesaban de manar,
los suspiros, en sus labios,
eran algo habitual.
Como dos desconocidos,
se iniciaban en tocar,
se buscaban con sus cuerpos
y sus manos sin final.
No tardaron en dormirse
bajo el techo del hogar,
una casa con paredes
amarilla y muy trivial.
"...Era un sitio retirado,
un encanto, singular,
y allí fueron, los dos niños,
para amarse en soledad..."
(Lo que resta, me lo guardo,
pues no es digno de contar,
lo vivieron ellos solos
y en sus pechos, dormirá)
Rafael Sánchez Ortega ©
05/06/15
con aspecto angelical,
que invitaba a los amantes
para huir de la ciudad.
Y allí fueron, muy contentos,
con sus voces de cristal,
los susurros apagados
y en sus pechos un tic-tac.
Deshojaron margaritas,
una a una y nada más,
pues sus ojos relucientes
se volvieron a animar.
Eran niños todavía,
para hablar en plural,
dos amantes soñolientos
y una cama y un sofá.
Y se dieron mil caricias,
se besaron, sin tardar,
y sus dedos, impacientes,
se impregnaron de la sal.
Las fontanas de sus cuerpos
no cesaban de manar,
los suspiros, en sus labios,
eran algo habitual.
Como dos desconocidos,
se iniciaban en tocar,
se buscaban con sus cuerpos
y sus manos sin final.
No tardaron en dormirse
bajo el techo del hogar,
una casa con paredes
amarilla y muy trivial.
"...Era un sitio retirado,
un encanto, singular,
y allí fueron, los dos niños,
para amarse en soledad..."
(Lo que resta, me lo guardo,
pues no es digno de contar,
lo vivieron ellos solos
y en sus pechos, dormirá)
Rafael Sánchez Ortega ©
05/06/15
Ese despertar de los sentidos, cuando palpita el corazón en nuestras manos, el tiempo se detiene y un refugio nos protege.
ResponderEliminarUn beso, Rafael
Es tal y como dices Ame.
EliminarUn beso y feliz viernes.
Fue una historia hermosa sin igual.
ResponderEliminarSaludos.
Sin duda que sí, Efe.
EliminarSaludos.
Hermosos versos Rafael
ResponderEliminarfeliz dia de viernes
un abrazo
Gracias Marina.
EliminarUn abrazo y feliz viernes también para ti.
jajajajaja eres grande!!! jajaja pos claro eso debe quedar entre tu y tu amada todo no sepuede contar pero es un poema lleno de dulzura amigo uuffff la verdad una historia de amor hermosa !!! en ese rincón me encantó!!!! jope besos y feliz día querido amigo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea. (Sonrío...)
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Un encuentro hermoso...
ResponderEliminarBuen viernes,besos.
Gracias por verlo así Carmen.
EliminarBesos y un lindo viernes también para ti.
Que bonita forma de narrar el primer encuentro... esa primera vez que se descubre un cuerpo, que se acaricia al otro... el despertar de la piel, de los sentidos, del ardor y la necesidad de sentir...
ResponderEliminarBesines Rafael... un poema hermoso...
Gracias por tus palabras Hada.
Eliminar"Besines", también para ti.
Amor primero,amor eterno...Evocador,Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Joaquín.
EliminarUn abrazo.
Creo que no es necesario conocer más. Nos quedamos con esos primeros pasos amorosos que de por si son bien bonitos, :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme querido amigo.
Gracias por tu visita y comentario galleguiña.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Gracias amigo por tu visita y me alegro que mis versos te gustaran
ResponderEliminarfeliz sabado
Gracias a ti por tu comentario Marina.
EliminarUn abrazo y feliz sábado.
Hay cosas que el alma decide custodiar ...
ResponderEliminarPrecioso...
Mi abraz✴
Sí, Athenea, así es.
EliminarUn abrazo.