Caminé por las calles
y también por aceras,
para ver si podía
divisar las estrellas,
Pero aquellas marchaban
por el cielo ligeras,
persiguiendo alazanes
y pegasos cometas.
Era un tiempo de ensueño
que lejano me queda,
aunque a veces lo añore
y recuerde con pena.
Pero todo en la vida,
se transforma en poemas,
y así van transcurriendo
muchos días cualquiera.
Caminé por las calles
de mi pueblo y aldea,
y bebí de sus fuentes
ese agua que dejan.
Era el agua corriente
del verano y muy fresca,
juvenil, en las almas,
que soñaban inquietas.
Yo buscaba unos ojos
de mirada traviesa,
y también unas manos
que a las mías asieran.
Y encontré mil palabras
y ninguna respuesta,
a las muchas preguntas
que esperaban por ellas.
Caminé por las calles,
nuevamente desiertas,
un otoño sin nombre
cuando el cielo se acuesta.
Y allí estaba, en el cielo,
la mirada coqueta,
la pupila inquietante
de la estrella sin tierra.
Porque estaba perdida,
como yo, en su galera,
sin saber su destino
y rompiendo fronteras.
Y llegué hasta su lado
e imploré su paciencia,
una noche de otoño
a sus labios de fresa.
Caminé por la calle,
renovado y con fuerza,
al sentir los latidos
de la sangre en mis venas.
Ya tenía sus labios,
admiraba sus pecas,
y mis dedos bailaban
en su espalda pequeña.
Yo le di mi cariño
con profunda firmeza,
y sentí que en el alma
florecían violetas.
Y ella vino a mi lado,
sonriente y serena,
con su voz tan cansada
a pedir que la quieran.
"...Caminé por la calle
hasta ver su presencia,
y sentir el cariño
que mi Amor la profesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/15
y también por aceras,
para ver si podía
divisar las estrellas,
Pero aquellas marchaban
por el cielo ligeras,
persiguiendo alazanes
y pegasos cometas.
Era un tiempo de ensueño
que lejano me queda,
aunque a veces lo añore
y recuerde con pena.
Pero todo en la vida,
se transforma en poemas,
y así van transcurriendo
muchos días cualquiera.
Caminé por las calles
de mi pueblo y aldea,
y bebí de sus fuentes
ese agua que dejan.
Era el agua corriente
del verano y muy fresca,
juvenil, en las almas,
que soñaban inquietas.
Yo buscaba unos ojos
de mirada traviesa,
y también unas manos
que a las mías asieran.
Y encontré mil palabras
y ninguna respuesta,
a las muchas preguntas
que esperaban por ellas.
Caminé por las calles,
nuevamente desiertas,
un otoño sin nombre
cuando el cielo se acuesta.
Y allí estaba, en el cielo,
la mirada coqueta,
la pupila inquietante
de la estrella sin tierra.
Porque estaba perdida,
como yo, en su galera,
sin saber su destino
y rompiendo fronteras.
Y llegué hasta su lado
e imploré su paciencia,
una noche de otoño
a sus labios de fresa.
Caminé por la calle,
renovado y con fuerza,
al sentir los latidos
de la sangre en mis venas.
Ya tenía sus labios,
admiraba sus pecas,
y mis dedos bailaban
en su espalda pequeña.
Yo le di mi cariño
con profunda firmeza,
y sentí que en el alma
florecían violetas.
Y ella vino a mi lado,
sonriente y serena,
con su voz tan cansada
a pedir que la quieran.
"...Caminé por la calle
hasta ver su presencia,
y sentir el cariño
que mi Amor la profesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/15
bellos versos Rafael...gracias.
ResponderEliminarte deseo un feliz viernes todavia calor
un abrazo
Gracias por tus letras, Marina.
EliminarUn abrazo y que tengas un lindo viernes.
Unas calles donde el.amor de adolescencia dejó huellas...
ResponderEliminarFeliz día, Rafael
Fina
Sin duda, Fina.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Cuantas cosas nos puede decir lo que nos rodea el paisaje , que nos puede estremecer y recitar bellos poemas cuando vamos por las calles nos alienta nos transforma hermoso y profundo tu poema de hoy un abrazo grande querido amigo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Bea.
EliminarUn abrazo desde este Cantábrico, hoy un poco gris.
Dejando pasos, pensamientos y huellas....
ResponderEliminarMi abraz✴
Es inevitable, Athenea.
EliminarUn abrazo.
bonitas imágenes engarzas
ResponderEliminarabrazos Rafael
Gracias por verlas así, Ely.
EliminarUn abrazo.
Lindo paseo nos traes hoy.
ResponderEliminarBuen fin de semana y besos.
Me alegra de que te guste "este paseo", Carmen.
EliminarUn beso.
Es bonito transformar la vida en poemas, como tú haces :)
ResponderEliminarMil besos.
Gracias por tu comentario, Misterio.
EliminarUn beso.
Caminar por la calle de su mano y sentir su presencia.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, María.
EliminarUn beso.