Por aquellas calles
de triste recuerdo,
yo vi que dejaban
su sombra los cuervos.
La negra figura,
el luto encubierto,
y aquella amenaza
narrada en los cuentos.
Qué susto más grande
sentía yo al verlos,
pensando en la muerte
y el traje de negro.
Volvía la infancia
quizás de muy lejos,
con negros crespones
de viajes y ancestros.
La cruz de la iglesia,
el roble señero,
la oscura campana
de toque tan tétrico.
La noche infinita,
la luz de los ciegos,
las sombras que cubren
las nubes y el cielo.
Pero en esas calles
nacieron los sueños,
la risa infinita
y el mal de los cuerdos.
Nacieron, sin duda,
suspiros y anhelos,
con ganas de verte
y anclar en tu puerto.
Buscar las gaviotas
pasar con su vuelo,
decirle a la luna
que sí, que te quiero.
Que estoy en presente,
que siento tu seno,
la espalda infinita,
tus muslos traviesos.
Y así, sin pensarlo,
haré que mis besos,
recorran tu boca
venciendo su miedo.
Serán mil caricias
que irán en silencio,
diciendo tu nombre
sin más, con mis dedos.
"...Por algunas calles
pasó mi deseo,
y te amé, mi vida,
aún sin saberlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/15
de triste recuerdo,
yo vi que dejaban
su sombra los cuervos.
La negra figura,
el luto encubierto,
y aquella amenaza
narrada en los cuentos.
Qué susto más grande
sentía yo al verlos,
pensando en la muerte
y el traje de negro.
Volvía la infancia
quizás de muy lejos,
con negros crespones
de viajes y ancestros.
La cruz de la iglesia,
el roble señero,
la oscura campana
de toque tan tétrico.
La noche infinita,
la luz de los ciegos,
las sombras que cubren
las nubes y el cielo.
Pero en esas calles
nacieron los sueños,
la risa infinita
y el mal de los cuerdos.
Nacieron, sin duda,
suspiros y anhelos,
con ganas de verte
y anclar en tu puerto.
Buscar las gaviotas
pasar con su vuelo,
decirle a la luna
que sí, que te quiero.
Que estoy en presente,
que siento tu seno,
la espalda infinita,
tus muslos traviesos.
Y así, sin pensarlo,
haré que mis besos,
recorran tu boca
venciendo su miedo.
Serán mil caricias
que irán en silencio,
diciendo tu nombre
sin más, con mis dedos.
"...Por algunas calles
pasó mi deseo,
y te amé, mi vida,
aún sin saberlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/15
Encantadora declaración!
ResponderEliminarBesos
Gracias Carmen.
EliminarBesos.
Rafael ...son tan bellisimos hoy tus versos que de emoción acompañan a mis letras unas sentidas y anheladas lagrimas .quizas hoy estoy muy blanda.
ResponderEliminarun gran abrazo
Levanta ese ánimo entonces Marina.
EliminarUn abrazo y una sonrisa.
Por aquellas calles sombrías iluminó una luz...
ResponderEliminarsaludos, rafael
Gracias Verónica.
EliminarUn abrazo.
Recuerdos de aquellas calles, de aquellos años, nostalgia al recordarlos.
ResponderEliminarPreciosos tus versos, amigo Rafael.
Un beso.
Gracias sinceras por tus palabras María.
EliminarUn beso.
Me gusta la alusión a la luz de los ciegos...a veces, se necesita la caricia de ese guante de terciopelo negro para soñar. Y he aquí que aquellos augurios sombríos te han traído a este instante.
ResponderEliminarSaludos.
Me gusta como lo defines Beatriz.
EliminarUn abrazo.
lugares que se alojan en la emoción
ResponderEliminarse hacen inolvidables
abrazos
Sí, Ely, así es.
EliminarAbrazos.
Aquella calles toman vida en tus versos y tus versos les dan vida en un presente continuo, Rafael...Muy bello e inspirador, amigo. Mi abrazo de luz y mi cariño.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias por tu visita y comentario M. Jesús.
EliminarUn abrazo.
Siempre hay un momento en el que sin querer queriendo. Nuestra mente nos traslada a lugares en los que los recuerdos perduran, y parte de nosotros aun está en ese lugar.
ResponderEliminarUn abraz✴
Sí, Athenea, es como dices.
EliminarUn abrazo.