Hoy te he visto, solitaria,
mi encantada mariposa,
y te llamé con el nombre
de otra figura y persona.
Me devolviste el saludo
con tus alas tan preciosas,
y te fuiste por los campos
para escapar de las sombras.
Yo me quedé con el nombre,
en mis labios y en la boca,
mientras pensaba en un día
donde me dieron dos rosas.
Dos imágenes sencillas
con dos flores que eran rojas,
y sus pétalos hermosos
como plumas de palomas.
Fue en agosto, lo recuerdo,
un domingo y a su hora,
y las rosas tan bonitas
me llegaron con las olas.
Era el mar, tan orgulloso,
con tu nombre y pocas bromas,
la resaca enfurecida
restallando entre las rocas.
Yo escribía y saludaba,
con mirada temblorosa,
y de pronto me llegaron
esas rosas con tu nota.
Hoy sonrío y las recuerdo
no me olvido de su forma,
con los pétalos divinos
y el mensaje de su prosa...
"...Hoy te he visto, solitaria,
mi falena encantadora,
y te llamé con el nombre
que mis suspiros invocan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/08/17
Encantador este poema, un placer visitarte y leerte Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo de buena noche.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo en la noche.
Muy romántico este poema ...buenos días .abrazos
ResponderEliminarGracias Marina.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Me alegra volver a leerte mi querido amigo tan dulce como siempre seguro que ella llevará tu nombre grabado en su corazón un abrazote co mucho cariño desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea.
EliminarUn abrazo.
Preciosos y armoniosos versos, amigo…
ResponderEliminarUn placer…, y la imagen muy hermosa…
Bsoss y feliz día.
Gracias por tu comentario Ginebra.
EliminarBesos en la tarde.
Ese nombre sagrado que suspira y sueña , hermoso poema en vuelo de alas
ResponderEliminarLos suspiros invocan bellos nombres, como bellas letras en el final del ayer.
ResponderEliminarAbrazo