Dicen que un día llegaron
dos garcetas a la playa,
y en la arena descansaron
observando la atalaya.
Otro día se largaron
por la costa, cual muralla,
y entre los riscos volaron
para saltarse su valla.
Cuentan que nunca volvieron,
que por el mar perecieron
entregando su hermosura.
Pero pienso, con ternura,
en su vuelo tan ligero
por el que sueño y espero.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/18
Rafael esa espera siempre está llena de lo mejor con tus versos . Saludos
ResponderEliminarGracias por tus palabras Edith.
EliminarUn saludo.
Bonita esperanza la de esas dos Garcetas , seguro que aún pereciendo disfrutarón de su vuelo ...no importa la meta sino el trayecto .
ResponderEliminarUn feliz descanso .
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Dicen que siempre nos salvan las palabras!
ResponderEliminarY yo te digo que las tuyas siempre brillan.
Mi abrazo de admiración
Eres muy generosa Athenea.
EliminarUn abrazo de luz y feliz día.
Esa espera a traves de estos versos se hace más hermosa.
ResponderEliminarFeliz día Rafael.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras Carmen.
EliminarUn abrazo.
La ley de visa se cumple y a veces deja un rastro hermoso en la memoria.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Sí, Verónica, suele suceder.
EliminarUn abrazo.
Algún día volverán, ya que los deseos del alma, verdaderos y llenos de fe, que no hacen caso a comentarios mundanos, tarde o temprano, se hacen realidad.
ResponderEliminarBello poema amigo, un abrazo.
Cierto Paty.
EliminarUn abrazo.
Que lindo soneto Rafael, una linda melodía con sabor dulce a esperanza, precioso un abrazo desde mi brollo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Si muriern entregando su hermosura...que gran entrega hicieron!!Como el pájaro espino.
ResponderEliminarMuy dulce tu poema,como siempre
Besucos
Gó
Gracias por tu comentario tan especial Go.
EliminarUn abrazo y feliz día. "besucos"
Un placer volver a tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Amapola.
EliminarUn abrazo.