Tiernamente la vida parpadea
y nos trae, con el alba, su mirada,
ese tibio candor, la llamarada,
para el alma que vibra y que desea.
Amanece también otra marea
con rubor de resaca maltratada,
es el mar de la vida en su llegada
el que llega hasta el hombre en su pelea.
Con las horas la vida continúa,
unas veces de forma cristalina
y en las otras de forma capicúa.
Es por eso que el alma se ilumina,
y que avanza, en el día, en su falúa,
intentando encontrar su medicina.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/18
Precioso, poeta.
ResponderEliminarGracias por visitar mi Blog.
EliminarAquellas cosas que se hacen con ternura siempre perduran y son las que se nos quedan en nuestra retinas y sobre todo el alma disfruta de ellas.
ResponderEliminarMuy bonito tu poema que nos ofreces en este comienzo de semana.
Feliz noche Fafael.
Así es la vida en su constante devenir, en el que nosotros buscamos fuentes de inspiración y fortaleza. Muy refrescante poesía amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo.
Con ternura se consigue mucho más.
ResponderEliminarMuy bonito Rafael.
Un abrazo y feliz tarde.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Muy bonito Rafael , tu poesía siempre transporta a un hermoso lugar
ResponderEliminarGracias Edith, me alegro de que te gusten mis versos.
EliminarUn abrazo.
Qué bonito lo dijiste ***la vida parpadea y nos trae con el alba su mirada*** una preciosa metáfora.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos en la tarde.
Sí, María, así es.
EliminarBesos en la tarde.
uuufff "intentado encontrar su medicina " me llegó precioso soneto un brazo amigo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.