Llegan las nubes
muy negras, con tormenta,
y amenazantes.
Empuja el viento,
que se oye entre los árboles,
con sus aullidos.
En un segundo
la tarde se hace noche,
sin darnos cuenta.
Corro, deprisa,
tratando no mojarme
y lo consigo.
Pero las nubes
abrazan y oscurecen,
cubren la tarde.
Se hace de noche,
se ahogan los cristales
con ventoladas.
Y mientras tanto
los ángeles descargan
todo su llanto.
En el comienzo,
son solo cuatro gotas
las que nos llegan.
Pero se animan,
las nubes ya no pueden,
están llorando.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/19
Las nubes y sus mil formas, hasta cuando llueven so hermosas.
ResponderEliminarBello poema a esas nubes llorosas.
Un beso Rafael.
Sí, Carmen, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Estan llorando las nubes... eso se lo decía yo a mi sobrina :)
ResponderEliminarSí, Laura, a veces lloran.
EliminarUn saludo.
Dejemos llorar a las nubes ella cubrirán la tierra de esa lluvia que hará florecer con la salida del astro rey todos los campos y con ellos contemplaremos que el llanto de los ángeles de algo sirvió.
ResponderEliminarBonito poema para una tarde de lluvia y viento.
Abrazos !!.
Gracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Qué bonito canto a las tormentas. Racimo de haikus preciosos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día, por mí, sin tormenta, aunque parece que debería llover
Gracias por tus palabras Albada Dos.
EliminarUn abrazo y sin lluvia, de momento.
A veces la tormenta es tan tenebrosa, que parece que el cielo se nos viene encima.
ResponderEliminarAbrazos, Rafael.
Recuerdo unas en la montaña Verónica.
EliminarUn abrazo.
Ese llanto es sanador, moja y libera.
ResponderEliminarBuen día amigo, un abrazo.
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo y feliz día.