Era tu mano pequeña
una linda lagartija
que movías, juguetona,
para atrapar a la mía,
y te agarraste con fuerza
a los dedos en ruinas,
trabajados y agrietados
por el paso de los días,
y llegaste con tus sueños
y volamos con tus risas,
hacia un mundo diferente
por senderos y colinas,
con mi mano te llevaba
y en la misma sostenías
esa fuerza de tu alma
y el ardor de tus pupilas...
Pero tu mano pequeña
precisaba de la brisa
y del aire de los mares
del salitre y de la vida,
y buscamos las arenas
tan doradas y tan finas,
y seguimos las pisadas
y las huellas de la orilla,
unas veces eran firmes
aunque en otras se escondían
al abrigo de las olas
con su estela blanquecina,
yo sentí que tú temblabas
y querías la salida,
de tus dedos hacia el cielo
a robar su poesía...
"...Era tu mano pequeña
una hermosa margarita,
que la dejaste en mis labios
con tu preciosa sonrisa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/19
De gran belleza y sensibilidad tu poema, Rafael. Ese dulce aleteo que necesita volar en libertad…
ResponderEliminarAbrazo grande, y feliz finde.
Gracias por tus palabras Ginebra.
EliminarUn abrazo.
Precioso canto a esa mano pequeña, que abría mundos con sus gestos, que iluminaba la vida, con sus movimientos
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde, Rafael
Gracias por tus palabras Albada Dos.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Una mano a la que agarrarse con una sonrisa.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Carmen.
EliminarBesos.
Bello poema donde esa mano es la que a veces nos saca de toda tristeza y nos llena de esperanza ..
ResponderEliminarBuenas noches Rafael ..buen descanso y un fuerte abrazo.
Gracias por tu comentario Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz tarde y noche.
Bonito recorrido y paralelo de cómo dos seres se encuentran por un espacio de vida y comparten lo mejor de si mismos. Realmente hermoso amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo.