La niebla se acercaba con la noche
dejando sensaciones muy diversas,
de pronto parecía que los cuerpos
notaban el cansancio de las piernas,
los pechos suspiraban sin sentido
buscando en esas frases la manera
de ser los salvadores de las almas
y un poco los ladrones del poema,
brotaban pensamientos inocentes,
surgían los fantasmas de la tierra,
y arriba, las gaviotas se alejaban,
volaban a la costa con presteza,
abajo se quedaban los ausentes,
eternos buscadores de la esencia,
tratando que la niebla los regale
el fruto y la bebida con su néctar...
Sonaban los redobles a lo lejos
y puede que lloraran las estrellas,
la luna, perezosa, no salía,
quizás por el jaleo y la pereza,
un hombre caminaba por la playa,
llevaba en una mano la linterna,
la luz de la atalaya del andante,
que sigue por la vida tras las huellas,
y marcha por la senda del trabajo
con carga y con mochila que le pesa,
la casa y la familia van adentro
y ahogan las sonrisas y las penas,
pero esta sensación, en un instante,
es fruto del ahogo y de la niebla,
que aprieta con sus brazos invisibles
y apaga los rescoldos y las fuerzas...
"...La niebla se acercaba con su abrazo
haciendo que la sangre se escurriera,
dejando al corazón sin la sonrisa
y el alma desnudada y sin careta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/19
Almas desnudas... las mejores. Besos.
ResponderEliminarGracias Laura.
EliminarBesos.
Qué poco me gusta la niebla transmite nostalgia pero sí me encanta tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias María.
EliminarUn abrazo en la noche.
La niebla es sin duda el fenómeno atmosférico más intrigante y el que en la literatura ha dado para mil historias , acaso el no verte da lugar a desnudarse en espíritu a esa persona que pasea a nuestro lado ..
ResponderEliminarun bello poema .
Feliz tarde ..abrazos .
Da lugar a todo eso, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche y gracias por tus palabras.
wwaauu como escribes amigo magistral de verdad duro muy duro pero bellamente escrito, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Me encanta pasear en la niebla, sobre todo de noche, pasar entre los arboles y quedarme mirando como juegan las ramas de los arboles con la luz de las farolas y la bruma.
ResponderEliminarSaludos.
Es un instante muy lindo, Erick.
EliminarSaludos.
Mira que el viento y la niebla son los dos fenómenos atmosféricos que menos me gustan,pero has hecho un poema que llega hasta las entrañas!
ResponderEliminarIncluso me he sentido con ahogos ,por la niebla y la belleza de los versos
Besucos
Gó
Gracias sinceras Gó.
EliminarUn abrazo y "besucos" en este domingo.
Dicen que Dios se viste de niebla para no ser visto y que en las hilachas de los caminos, se deja su amor y algunas lágrimas...
ResponderEliminarUn saludo, Rafa
Gracias Elisa.
EliminarUn saludo.
La niebla de la querencias perdidas, que nos deja la miel en los labios, en brazos de la melancolía.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo.