Sal de mi vida,
dijiste a tu enemigo,
sencillamente.
Y te dejó,
cansada y en silencio,
marchando lejos.
Ven a mi lado,
gritaste en un suspiro,
y llegó el sol.
Horas después,
hiciste un crucigrama,
a la primera.
Y sonreíste,
como una principianta,
con su inocencia.
En un cuaderno
también depositaste
tus sentimientos.
Sal de tu encierro,
descubre bien el mundo,
vive la vida.
Rompe los lazos,
las sogas y cadenas
que te lo impiden.
Y si tú quieres,
embárcate conmigo,
para soñar.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/09/19
Parecen estos versos como Haikus, bello.
ResponderEliminarUn beso Rafael.
Pues no, Carmen, no son haikus, aunque tengan su medida rítmica.
EliminarUn beso.
Qué bonito pensamiento, observación y propuesta amigo. Como ves, ya estoy de vuelta. Espero te encuentres muy bien.
ResponderEliminarBesos para ti.
Gracias Paty, nos alegramos de tu regreso.
EliminarBesos.
¿número de puerta?
ResponderEliminarque voy...
Besos.
Gracias Laura, me hiciste sonreír.
EliminarBesos.
Qué bonitoooo!!
ResponderEliminarEspero que se embarque,porque merece la pena
Una persona tan amante de la poesía se merece compartir embarcación y lunas llenas
Besucos
Gó
Gracias Çó.
EliminarUn abrazo y feliz día, "besucos"
Qué bien que el aire escuche las demandas.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Una mano amiga que invita a vivir.
ResponderEliminarNos has contado toda una historia entre versos.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.
Una historia que nos deja una entrañable nostalgia y cercanía, Rafael. La vida hay que vivirla y salir de la costumbre y zona de confor de cada día.
ResponderEliminarMi abrazo por tu amor a la poesía y al sentimiento.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.