Me asomé a la fuente
para ver si estabas,
con tu labio inquieto,
a buscar el agua.
No vi que una sombra
tus pasos nublaban,
ni vi a tus manos
debajo del haya.
La fuente, y el bosque,
muy juntos formaban,
y uníanse en besos
el agua y las ramas.
Yo quise mirarme,
fundirme sin pausa,
en gotas divinas
de nubes que pasan.
Un miedo, sin nombre,
ahogó las palabras,
que quise decirte
y a mi me faltaban.
Y vino el silencio,
profundo, a mi alma,
buscando, mis ojos,
el fondo y la nada.
Yo solo, y mis sueños,
allí me encontraba,
buscando utopías,
momentos de magia.
El tiempo y los sueños,
poemas trazaba,
y un hombre, ya anciano,
seguía en su infancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/25
Mucha ternura ...
ResponderEliminarCálido abrazo.
Gracias Julieta.
EliminarAbrazos.
Gracias por tus palabras y comentario, Galilea.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Hermoso, como siempre tu pluma maravillosa.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
El tiempo es capaz de dibujar desde el alma versos dulces como los tuyos, precioso Rafael, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Muy dulce tus palabras," buscando utopias momentos de magia". Me quedo con esa hermosa rima. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por fijarte en esas letras, Merce.
EliminarAbrazo.