Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar el tiempo entre tus brazos,
puedo volver atrás, en un segundo
pero nunca volvería hasta tu lado.
Ya sé que sobran las palabras
y también los recuerdos y los llantos,
pero sobran también las fantasías
y los sueños y besos del verano.
Aquellos que vivimos frente a frente
y reímos, hablamos y soñamos,
saciando nuestra sed en la alquitara
y el fuego y el volcán de nuestros labios.
Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar tus faltas y pecados,
puedo secar el llanto en mis pupilas
pero nunca te daría más abrazos.
Yo sé que es fuerte lo que digo y siento
y también que el perdón es algo humano,
pero nada resiste a la cruel tortura
de un sentimiento marchito y ultrajado.
Aquel que mancillaste sonriendo,
hiriendo a un corazón en mil pedazos,
haciendo que se ahogaran las respuestas
y un dique se formara en mi costado.
Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar el caliz tan amargo,
bebido por tu afán y tu insistencia
nublando mi razón por muchos años.
Yo sé que rompo en firme las cadenas
que formaste con tus ojos y me ataron,
al carrusel profundo de una vida
marchita de promesas y regalos.
Aquella que trazaste con sigilo
para comprar mi alma, sin dudarlo,
haciendo con mis versos y poemas
un dulce hazmerreir con mil guiñapos.
"...Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar tu nombre tan amado,
puedo dejar que duerman los recuerdos
y salga un corazón de su letargo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Haus, Schladming
10-09-14
y hasta olvidar el tiempo entre tus brazos,
puedo volver atrás, en un segundo
pero nunca volvería hasta tu lado.
Ya sé que sobran las palabras
y también los recuerdos y los llantos,
pero sobran también las fantasías
y los sueños y besos del verano.
Aquellos que vivimos frente a frente
y reímos, hablamos y soñamos,
saciando nuestra sed en la alquitara
y el fuego y el volcán de nuestros labios.
Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar tus faltas y pecados,
puedo secar el llanto en mis pupilas
pero nunca te daría más abrazos.
Yo sé que es fuerte lo que digo y siento
y también que el perdón es algo humano,
pero nada resiste a la cruel tortura
de un sentimiento marchito y ultrajado.
Aquel que mancillaste sonriendo,
hiriendo a un corazón en mil pedazos,
haciendo que se ahogaran las respuestas
y un dique se formara en mi costado.
Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar el caliz tan amargo,
bebido por tu afán y tu insistencia
nublando mi razón por muchos años.
Yo sé que rompo en firme las cadenas
que formaste con tus ojos y me ataron,
al carrusel profundo de una vida
marchita de promesas y regalos.
Aquella que trazaste con sigilo
para comprar mi alma, sin dudarlo,
haciendo con mis versos y poemas
un dulce hazmerreir con mil guiñapos.
"...Puedo olvidar el tiempo transcurrido
y hasta olvidar tu nombre tan amado,
puedo dejar que duerman los recuerdos
y salga un corazón de su letargo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Haus, Schladming
10-09-14
¿Por qué olvidar lo que se amó, si en la memoria cabe todo? Los recuerdos reconfortan y nos hace vivir de nuevo lo pasado.
ResponderEliminarUn abrazo.
También es cierto lo que dices Fanny.
EliminarUn abrazo.
Despedida y olvido...dejar atrás,pero cuanto podemos borrar de lo vivido...Una sentencia amigo.
ResponderEliminarUn abrazo poeta,regresando poco a poco.
Borrar, borrar... Sí, ya sé que es difícil América, pero...
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Cuantas verdades uuffff hoy entras como espada alma que toca, enciende encoge ciertas y profundas sin perder la dulzura de tu poesía , si cómo volver atrás, solo los dulces recuerdos cuando nos entra la nostalgia solo podemos volver en sueños, en versos , te quedó preciosa!!! un abrazote desde mi brillo del mar la foto muy linda ehhh,
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Esas actitudes crueles merecen que se pase página para siempre.
ResponderEliminarCerteros tus versos.
Besos
Así es Carmen.
EliminarBesos.