He sentido que tú me llamabas,
mariposa de lindos colores,
y al volverme te vi, pequeñita,
con tus alas marcando los sones.
Eran notas, quizás olvidadas,
escapadas de pechos sin nombre,
cual suspiros que emiten los cielos
por ángeles que, en ellos, se esconden.
Yo no sé, dónde vas mariposa,
ni tampoco si tienes un norte,
pero sé que al mirarte me tiemblan
las rodillas que tengo de hombre.
Y me tiembla el estómago débil
y hasta escucho, lejanas, las voces,
de los montes que ahora despiertan
con el canto fugaz de los robles.
Todo eso me traes, mariposa,
con tu vuelo, sutil, por las flores,
y yo sigo tu vuelo soñando
por distintos y angostos rincones.
Es un sueño de niño travieso
en un hombre que ve el horizonte,
el que espera que acabe tu vuelo
recabando que llegue la noche.
Porque tienes un vuelo distinto
y también tus colores son nobles,
así dejas en mí la inocencia
y la llenas con sueños de entonces.
De ese mundo sin par y envolvente,
donde laten, y emiten, relojes
los precisos y graves segundos
que desgranan y escriben Quijotes.
"...He sentido que tú me llamabas,
como el mar cuando emite rumores,
pero tú no eras ola ni playa,
mariposa que entregas pasiones..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/16
mariposa de lindos colores,
y al volverme te vi, pequeñita,
con tus alas marcando los sones.
Eran notas, quizás olvidadas,
escapadas de pechos sin nombre,
cual suspiros que emiten los cielos
por ángeles que, en ellos, se esconden.
Yo no sé, dónde vas mariposa,
ni tampoco si tienes un norte,
pero sé que al mirarte me tiemblan
las rodillas que tengo de hombre.
Y me tiembla el estómago débil
y hasta escucho, lejanas, las voces,
de los montes que ahora despiertan
con el canto fugaz de los robles.
Todo eso me traes, mariposa,
con tu vuelo, sutil, por las flores,
y yo sigo tu vuelo soñando
por distintos y angostos rincones.
Es un sueño de niño travieso
en un hombre que ve el horizonte,
el que espera que acabe tu vuelo
recabando que llegue la noche.
Porque tienes un vuelo distinto
y también tus colores son nobles,
así dejas en mí la inocencia
y la llenas con sueños de entonces.
De ese mundo sin par y envolvente,
donde laten, y emiten, relojes
los precisos y graves segundos
que desgranan y escriben Quijotes.
"...He sentido que tú me llamabas,
como el mar cuando emite rumores,
pero tú no eras ola ni playa,
mariposa que entregas pasiones..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/16
Lo he cantado durante todo el tiempo, tal es el ritmo y la musicalidad de tus versos.
ResponderEliminarEs el ritmo del decasílabo Tecla. Se puede disfrutar inmensamente en muchos poemas de Juan Ramón Jiménez.
EliminarUn abrazo.
Emotivo y tierno poema
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias Fina.
EliminarUn abrazo.
Precioso, es cierto, tus poemas tienen musicalidad, son una pasada leerlos.
ResponderEliminarAndo con mi mama que ha empeorado más ocupada, ahora está mejor, por eso ha sido mi tardanza.
Feliz día Rafael.
Espero que se recupere tu madre, Carmen. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo y feliz día.
hola Rafael...estoy en cama toda la mañana me pusieron la vacuna ayer y pasé mala noche.
ResponderEliminartus versos ya los había leído ...muy bellos
un abrazo
Gracias por tus palabras Marina. Espero que te recuperes pronto.
EliminarUn abrazo.
En busca de luz...la verás
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tus palabras María.
EliminarUn abrazo.
Rafael esa mariposa y ese niño tuyo interior nos regresa a los cuentos de hadas, a nuestra infancia, a los amores bonitos , letras que conmueven , un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea. Me alegro de que así sea.
EliminarUn abrazo.