Hoy la niebla, que empaña los cristales,
penetra por los porches y portales
nos deja la humedad sobre los mismos
en forma de gotitas cual detalle.
Se quiebra la ilusión de ver el día
plagado de reflejos y brillantes,
por medio de los rayos de los cielos
ocultos tras la niebla con sus planes.
Parece que el otoño se interrumpe,
que surgen las heladas por las calles,
que marchan mariposas a la nada
y quedan en los pechos los pesares.
Es cierto que sucede lo narrado,
y puede que valores lo que parte,
aquello que se oculta tras los velos
de formas que simulan los marjales.
El día se presenta carantoño,
la magia de las manos de las madres,
se buscan aunque sea entre los sueños
y luego se devuelven con las tardes.
Es una aportación, la de la mente,
que llega en los momentos otoñales,
y viene con la niebla, en este día,
y roza las arterias y la sangre.
La niebla nos encoge, sin saberlo,
aturde la verdad en un instante,
nos deja con los miedos excitados
y a punto de romper las realidades.
Pero es el corazón el que supura,
el vaso de ilusión comunicante
el mismo que se arruga con la niebla
y marca las resacas de los mares.
"...Hoy visita, la niebla, nuestras casas
y también a las calles y ciudades,
pero es otra niebla la que ofusca
confundiendo los rumbos de las naves..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/10/16
penetra por los porches y portales
nos deja la humedad sobre los mismos
en forma de gotitas cual detalle.
Se quiebra la ilusión de ver el día
plagado de reflejos y brillantes,
por medio de los rayos de los cielos
ocultos tras la niebla con sus planes.
Parece que el otoño se interrumpe,
que surgen las heladas por las calles,
que marchan mariposas a la nada
y quedan en los pechos los pesares.
Es cierto que sucede lo narrado,
y puede que valores lo que parte,
aquello que se oculta tras los velos
de formas que simulan los marjales.
El día se presenta carantoño,
la magia de las manos de las madres,
se buscan aunque sea entre los sueños
y luego se devuelven con las tardes.
Es una aportación, la de la mente,
que llega en los momentos otoñales,
y viene con la niebla, en este día,
y roza las arterias y la sangre.
La niebla nos encoge, sin saberlo,
aturde la verdad en un instante,
nos deja con los miedos excitados
y a punto de romper las realidades.
Pero es el corazón el que supura,
el vaso de ilusión comunicante
el mismo que se arruga con la niebla
y marca las resacas de los mares.
"...Hoy visita, la niebla, nuestras casas
y también a las calles y ciudades,
pero es otra niebla la que ofusca
confundiendo los rumbos de las naves..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/10/16
Un poema muy apropiado en la estación que corre. Y Sí, hay nieblas y nieblas.
ResponderEliminarUn placer siempre visitarte Rafael.
Un abrazo y feliz martes.
Gracias por tus palabras y visita Carmen.
EliminarUn abrazo en este martes.
El frío, la niebla y todo lo que trae el invierno, nos lleva a un rincón llamado alma. Es como reflexionar en invierno y disfrutar de dicha reflexión bajo un sol radiante, que no es ni más ni menos que la luz de nuestro crecimiento.
ResponderEliminarQue tengas lindo día amigo.
Sí, Paty, es como bien reflejas en tus letras.
EliminarUn abrazo y feliz martes.
La niebla que nubla y nos deja esa sensacion de frío ...
ResponderEliminarun abrazo cálido
Sí, María, así es.
EliminarUn abrazo.
uufffff que belleza son poemas que tocan fibras entre lágrimas que desnudan bajo la helada tarde uuff una nostalgia que asoma Precioso!!! un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.