Estábamos los dos en aquel cuarto
mirando, por despacio, al infinito,
buscábamos los mismos horizontes,
la eterna soledad, en los vinilos.
Mirábamos, sin ver, en la distancia,
la sombra alambicada de los lirios,
y todo con rumores de resacas
y notas de cascadas y de ríos.
Pensábamos también, sin darnos cuenta,
en tiempos de un pasado ya vencido,
sabiendo que la música añorada
colgaba del futuro con un hilo.
Momentos de cansancio y de sorpresa
con algo de sopor, mal contenido,
y todo por vivir intensamente
ansiando por un mundo muy distinto.
"...Estábamos los dos, inseparables,
hermoso corazón que vas conmigo,
buscábamos las mismas sensaciones
y a cambio les dejábamos suspiros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/18
La música hace que ciertos momentos se intensifiquen... perduren.
ResponderEliminarMil besitos en la noche, amigo Rafael.
Sí, Auroratris, es cierto.
EliminarUn abrazo en la noche.
Que bonito poema, se puede imaginar hasta la melodía de aquel vinilo 😘
ResponderEliminarGracias Neuriwoman.
EliminarUn abrazo.
Que importante es ir en una misma dirección cuando se ama ..es la complicidad de dos corazones unidos ..no importa los suspiros , importa lo vivido.
ResponderEliminarBonito poema .. feliz noche
Cierto, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Qué bello cuando dos corazones laten con el mismo ritmo.
ResponderEliminarUn gran poema.
Besos Rafael.
Gracias por tus palabras Luján.
EliminarUn abrazo y feliz día.
uuufff me ha encantado esta complicidad mutua , uufff me hubiera gustada tenerla ami lado precioso versos Rafael un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Es bello ser cómplices de un destino, cuando el amor es grande.
ResponderEliminarAbrazo
Cierto, María del Rosario.
EliminarUn abrazo.