Mientras todos dormían yo te miraba
y vigilaba tu sueño,
en el lecho compartido
Afuera la ciudad cerraba sus párpados
en la noche,
y dormían sus casas, sus calles,
los coches estacionados
y hasta los semáforos
que se habían quedado estáticos.
También dormía el silencio
y yo velaba su voz, tan silente,
y el recuerdo de la tuya
que había quedado, nerviosa,
en mis oídos.
Y aunque el tiempo también velaba,
hacía correr los segundos,
siguiendo su curso,
en ese momento de sueños y descanso,
donde cada instante que pasaba
era uno menos en la resta
para llegar al amanecer.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/18
Qué bonita protección de amor.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
Quien vigila el sueño , vigila el alma ...
ResponderEliminarBello poema .
Un abrazo en la sombras de la noche.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Mientras la ciudad duerme, el alma siente.
ResponderEliminarMuy buen poema. Un abrazo
Así es Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Que bonito poema, cuanta ternura en ese cuidar al ser amado.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
El poeta lucha por eternizar los segundos, que el tiempo nos va quitando...Y siempre es así cuando el sentimiento es grande, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo, amigo.
Gracias, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Una noche de vigilia deliciosa.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarUn abrazo.