Entre los árboles
caminas y paseas
muy lentamente.
La noche avanza,
se mezcla con tus pasos,
y te rodea.
Pesa tu cuerpo,
quizás por el cansancio,
cierras los ojos.
Acaba el día,
también para los robles
y para el bosque.
Hayas, encinas,
castaños y nogales,
todos descansan.
El gran silencio,
les cubre con su manto
lleno de sombras.
Se escucha al río
con canciones sinuosas
en las orillas.
Se escucha al cuco
que manda su saludo
a quien le escuche.
Se escucha a dios.
Ateos y creyentes
hoy lo confirman.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/19
Lindo poema a ese bosque que sus habitantes son esos enormes robles , hayas , encinas que alegres deben estar al oír el poema , pues ellos nos cubren en los días de calor con sus hojas verdes nos dan ese frescor ..
ResponderEliminarUn abrazo y una bella noche.
Gracias por tu comentario Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche también para ti.
Besos junto al arroyo...
ResponderEliminarGracias Laura.
EliminarBesos.
Todos descansan, hasta el bosque y sus habitantes, gran momento de paz reinaría en ese silencio.
ResponderEliminarmariarosa
Cierto María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Esa naturaleza en forma de bosque, nos recuerda la pequeñez de nuestros pasos. La noche llega, y nos dejamos caer a descansar, gozosos
ResponderEliminarUn abrazo y feliz jueves
Gracias por tus palabras Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Me hiciste sentir un dulce silencio en ese bosque donde aguardo por el cansancio uuff, bellos haikus amigo un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.