Después de una jornada de trabajo
quería descansar con las estrellas,
buscaba la caricia de los cielos
y el manto inmaculado de su estera.
Quería sensaciones inauditas,
aquellas de los cuentos de sirenas,
no importan que se pierdan en el tiempo,
las noches de la infancia son inmensas.
Trataba de encontrar el blando lecho
en medio de llanuras y praderas,
al pie de los macizos montañosos
con nieve coronando sus veletas.
Quería revivir las sensaciones
que antaño consiguió, por ser quien era,
el hombre enamorado de la vida
y el joven escritor y fiel poeta.
Más ahora, con las manos arañadas,
sentía la añoranza de la tierra,
el polvo del camino recorrido,
la jara y el aroma de violetas.
Notaba los alberos sacrosantos,
la tibia palidez de las iglesias,
los páramos desiertos de personas
y el barro acumulado en las cunetas.
Sabía que la vida es un instante,
un soplo tan fugaz que es un apenas,
el suave chasquidito de unos dedos
y el soplo de la brisa en la veleta.
Por eso precisaba del descanso
el cuerpo tan cansado de la feria,
y el alma, vacilante y dolorida,
quería por fin paz, con impaciencia.
"...Después de una jornada de trabajo
ansiaba de la fuente, el agua fresca,
el néctar de unos labios sugerentes
y llenos de pasión junto a las fresas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/14
quería descansar con las estrellas,
buscaba la caricia de los cielos
y el manto inmaculado de su estera.
Quería sensaciones inauditas,
aquellas de los cuentos de sirenas,
no importan que se pierdan en el tiempo,
las noches de la infancia son inmensas.
Trataba de encontrar el blando lecho
en medio de llanuras y praderas,
al pie de los macizos montañosos
con nieve coronando sus veletas.
Quería revivir las sensaciones
que antaño consiguió, por ser quien era,
el hombre enamorado de la vida
y el joven escritor y fiel poeta.
Más ahora, con las manos arañadas,
sentía la añoranza de la tierra,
el polvo del camino recorrido,
la jara y el aroma de violetas.
Notaba los alberos sacrosantos,
la tibia palidez de las iglesias,
los páramos desiertos de personas
y el barro acumulado en las cunetas.
Sabía que la vida es un instante,
un soplo tan fugaz que es un apenas,
el suave chasquidito de unos dedos
y el soplo de la brisa en la veleta.
Por eso precisaba del descanso
el cuerpo tan cansado de la feria,
y el alma, vacilante y dolorida,
quería por fin paz, con impaciencia.
"...Después de una jornada de trabajo
ansiaba de la fuente, el agua fresca,
el néctar de unos labios sugerentes
y llenos de pasión junto a las fresas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/14
Siempre hay quien por pedir pide de lo bueno lo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Julito, por pedir hasta la luna, así dice el refrán.
EliminarUn abrazo.
Que tengamos siempre esas fresas frescas y jugosas...
ResponderEliminarBello lo que siempre escribes Rafael.
Feliz viernes.
Gracias por tu comentario Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz comienzo de semana.
que nunca nos falte el trabajo RAFAEL
ResponderEliminarel trabajo nos dignifica
que sea el trabajo , el hacer , lo que heredemos a los nuestros
la iniciativa, lo justo, el esfuerzo y el mérito correcto
lo demás llega por añadidura
buena jornada
Así es Ely, tal y como bien dices.
EliminarUn abrazo y feliz día también para ti.
despues de una semana de trabajo, que mejor que envolverse entre tus letras
ResponderEliminarbesitos Rafael
Gracias por ello Cora, eres muy generosa.
EliminarUn abrazo.
Un poema lleno de vida. Enhorabuena.
ResponderEliminarMe alegra de que así la veas Amapola.
EliminarUn abrazo.
Tan renovador como tus letras, es un descanso de la rutina, pero en días especiales, cargados de amor y luz...
ResponderEliminarBesos amigo, buena semana para ti.
Cierto Paty, quizás sea el cansancio, tú lo dices.
EliminarBesos también para ti.
Un verdadero agrado leerte Rafael.
ResponderEliminarAbrazo
Lo mismo digo Nicolás.
EliminarUn abrazo.
Encontraste lo que buscabas?
ResponderEliminar¿Alguien lo ha encontrado Recomenzar?, o ¿quizás todos andamos buscando esa estrella perdida?
EliminarUn abrazo.
Rafael, uuufff comienza tus versos con algo que hace años añoro un trabajo que sentí nostalgia de sentirme cansada después de su jornada y aunque tu camino recorrido y el alma dolorida por el tiempo, quedan huella imborrables de tus vivencias y la satisfacción de haber dado alegrías y vivencias entre el amor y las metas , precioso tu poema llena de verdades profundas, un abraozote querido amigo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo desde esta orilla del cantábrico.
Gracias Rafael por tu comentario tan acertado sobre la vida de la pareja y sus complicaciones. Es cierto, hay que dejar de ser uno para ser dos y a veces no es fácil.
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias a ti Luján.
EliminarUn abrazo en la noche.
Después de la jornada que buen descanso el del sueño.
ResponderEliminarBesitos
Cierto Darilea.
EliminarBesitos.
Tu poema es un deseo lanzado al cielo...Después del trabajo, que la vida nos premie y nos regale lo que necesitamos para ser felices...Muy bello tu poema,amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande,Rafael.
M.Jesús
Gracias por ver así mis versos M.ª Jesús.
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael, bellisimo como siempre. Como dije una vez, el trabajo lo libra a uno de varios males, el vicio,. el aburrimiento y la pobreza! Y al final, tiene recompensa, creo jaja
ResponderEliminarUn abrazote!
Completamente de acuerdo Natalia.
EliminarUn abrazo.
He leído y me ha gustado mucho, tu poesía está llena de imágenes y de setimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu visita Impersonem. Me alegra de que así la veas.
EliminarUn abrazo.
Ansiabas las cosas más valiosas de la vida...
ResponderEliminarMuchos besos.
Es posible que así fuera Misterio.
EliminarUn beso.
Si se trata de pedir que sea lo mejor,después de una jornada de trabajo nada mejor que descansar en los brazos de quien se ama.
ResponderEliminarMuy tierno!!!
Cariños…
Cierto Oriana, seguro que es maravilloso.
EliminarUn abrazo.