Yo busco una estrella en el cielo
y no soy capaz de encontrarla;
me pesan los ojos cansados,
me falta el cariño y las ganas.
Así se despiertan las olas
que van a morir a la playa,
así se renuevan latidos
que salen del fondo del alma.
Es fácil soñar con cometas,
con hilos trenzados de plata,
con nubes pasando en los cielos
teniendo mil formas extrañas.
Así se renueva la historia
con finos claveles que engarzan,
los hilos dorados del tiempo
los años tranquilos que pasan.
Yo busco una estrella sin nombre
que tenga caricias gitanas,
y busco la mano invisible
que venga a la mía sin pausa.
No sé si arderán las arenas
con tanto carmín y añoranza,
ni sé si una mano de nieve
vendrá y rozará por mi cara.
Más sé que te quiero, mi niña,
y quiero tu beso de nácar,
altivo, coqueto y sublime
con fresas sabrosas que embriagan.
Y así encontraremos, seguro,
el tierno suspiro que falta,
la nota de arpegio divina
y el dulce sonido del arpa.
Yo busco una estrella perdida
que al cielo voló, en mi infancia,
y quiero que venga a mi lado,
cerrando su luz mis pestañas.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/14
y no soy capaz de encontrarla;
me pesan los ojos cansados,
me falta el cariño y las ganas.
Así se despiertan las olas
que van a morir a la playa,
así se renuevan latidos
que salen del fondo del alma.
Es fácil soñar con cometas,
con hilos trenzados de plata,
con nubes pasando en los cielos
teniendo mil formas extrañas.
Así se renueva la historia
con finos claveles que engarzan,
los hilos dorados del tiempo
los años tranquilos que pasan.
Yo busco una estrella sin nombre
que tenga caricias gitanas,
y busco la mano invisible
que venga a la mía sin pausa.
No sé si arderán las arenas
con tanto carmín y añoranza,
ni sé si una mano de nieve
vendrá y rozará por mi cara.
Más sé que te quiero, mi niña,
y quiero tu beso de nácar,
altivo, coqueto y sublime
con fresas sabrosas que embriagan.
Y así encontraremos, seguro,
el tierno suspiro que falta,
la nota de arpegio divina
y el dulce sonido del arpa.
Yo busco una estrella perdida
que al cielo voló, en mi infancia,
y quiero que venga a mi lado,
cerrando su luz mis pestañas.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/14
Tiene tu poema un arrullo, tiene la calidez del beso..
ResponderEliminarPrecioso, Rafael.
Abrazos en la tarde
Gracias María.
EliminarAbrazos en la noche.
Quizás si no desesperas, el día menos pensado la encuentres.Perdemos estrellas, pero encontramos otras.
ResponderEliminarMe ha gustado este poema, me sabe muy especial.
Te mando un abrazo con estrella.
Feliz semana.
Gracias por tu comentario Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
y seguro que la encontrará con esa lama hermosa que tu tienes querido amigo lleno de nostalgia pero ya sabes ese sello tuyo dulce tan melodioso en tus veros siempre nos sacas algunos suspiros, un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus letras Bea.
EliminarUn abrazo desde el Cantábrico.
Una cálida melodía acompaña tu búsqueda Rafael, un sentir que enternece el alma.
ResponderEliminarBesos
Me agrade que así lo veas Ame.
EliminarBesos.
Quizá el tiempo borde la estrella buscada.
ResponderEliminarRafael agraadezco que me acompañes
en el blog.
Saludos.
Esperemos que así sea Elsa.
EliminarEs un pacer pasar por tu Blog.
Un abrazo.
Seguro la encontrarás, sólo necesitas mirar y mirar.
ResponderEliminarAbrazos
Ecrito está: "El que busca encuentra"
ResponderEliminarAbrazo.
Así dice el refrán Impersonem.
EliminarAbrazos.
Dicen que todos tenemos una estrella en lo alto que vela por nosotros.Seguro que encontrarás la tuya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que todos encontraremos la de cada uno Joaquín.
EliminarUn abrazo.
no la busques allá afuera Rafael
ResponderEliminarporque esa estrella somos nosotros mismos
hay que buscar(se) dentro
abrazos
Creo que tienes razón Ely.
EliminarUn abrazo.
Seguro encontraras esa estrella, que iluminara para siempre tu camino.
ResponderEliminarCariños….
Gracias por ese deseo Oriana.
EliminarUn abrazo.
Esa estrella que buscas está muy cerca de ti, Rafael...Ella te inspira, te alienta, te manda sus fortaleza y su luz, estoy segura de ello, poeta y amigo.
ResponderEliminarMi gratitud y un beso madrileño, hoy un tanto gris, pero cálido siempre.
M.Jesús
Es cierto que está cerca M.Jesús, diría incluso que está en el corazón, como en cada persona, pero a la vez está lejos, y esa distancia, como en las estrellas, produce mucha nostalgia.
EliminarUn abrazo.