Algunas veces seguí tus pasos
que te llevaban a la ribera,
allí mirabas aquella imagen
y te embebías en su belleza.
Un bello cuadro y un pentagrama
color celeste y color turquesa,
en largas tardes que allí quedaron
y nos dejaron tantos poemas.
Fueron momentos inenarrables,
unos instantes que hoy los quisiera,
pero me quedan solo recuerdos
y en la retina playas y arena.
Olas venidas de muchos mares,
que perfilaban bien su silueta,
y aquel encanto que subyugaba
con la resaca y su cabellera.
Algunas veces soñé despierto,
entre tus brazos y sin cadenas,
luego jugaba, también, contigo,
y me llevabas hasta la iglesia.
Allí una encina nos aguardaba,
bajo sus ramas besos y esencia,
tú me abrazabas yo sonreía,
y nuestras almas estaban frescas.
Porque las fuentes tenían agua,
limpias de odio y de amor muy llenas,
por eso, entonces, aquellas almas
estaban frescas y eran sinceras.
Hoy lo recuerdo mientras suspiro,
entre susurros que el viento deja,
será la brisa con su nostalgia,
serán las olas y las mareas.
"...Algunas veces, yo te recuerdo,
mi viejo roble de entre la niebla,
para engarzarte con unos versos
que en el presente lleven tu huella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/17
que te llevaban a la ribera,
allí mirabas aquella imagen
y te embebías en su belleza.
Un bello cuadro y un pentagrama
color celeste y color turquesa,
en largas tardes que allí quedaron
y nos dejaron tantos poemas.
Fueron momentos inenarrables,
unos instantes que hoy los quisiera,
pero me quedan solo recuerdos
y en la retina playas y arena.
Olas venidas de muchos mares,
que perfilaban bien su silueta,
y aquel encanto que subyugaba
con la resaca y su cabellera.
Algunas veces soñé despierto,
entre tus brazos y sin cadenas,
luego jugaba, también, contigo,
y me llevabas hasta la iglesia.
Allí una encina nos aguardaba,
bajo sus ramas besos y esencia,
tú me abrazabas yo sonreía,
y nuestras almas estaban frescas.
Porque las fuentes tenían agua,
limpias de odio y de amor muy llenas,
por eso, entonces, aquellas almas
estaban frescas y eran sinceras.
Hoy lo recuerdo mientras suspiro,
entre susurros que el viento deja,
será la brisa con su nostalgia,
serán las olas y las mareas.
"...Algunas veces, yo te recuerdo,
mi viejo roble de entre la niebla,
para engarzarte con unos versos
que en el presente lleven tu huella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/17
Llueve nostalgia y sin embargo me dejo empapar por tus versos, y se agradece, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la noche.
Gracias por tus palabras Auroratris.
EliminarUn abrazo en la noche.
Te felicito, Rafael. Un beso.
ResponderEliminarGracias sinceras Tecla.
EliminarUn beso.
De nada, Rafael.
EliminarEres como tu poesía dulce y clara, para enamorar.
ResponderEliminarFelices Pascuas.
Abrazo
Me alegro de que así te llegue María del Rosario.
EliminarUn abrazo y Felices Pascuas.
Cuando se ha vivido con intensidad, su huella queda por siempre en el alma para volver sobre ella una y otra vez...Y renovar el sentimiento, recargar la esperanza y la inspiración, Rafael.
ResponderEliminarMi felicitación por esos bellos recuerdos.
Mi abrazo y mi cariño.
Es cierto lo que dices en tu comentario María Jesús.
EliminarUn abrazo.
gracias Rafael por tu comentario ...un abrazo ...felices días de semana.
ResponderEliminarya te he leído estos bonitos versos.
Lo mejor de los recuerdos aflora cuando el marco fue el amor, porque cuando se está enamorado, todo se ve más puro, más bello. El amor siempre está en la fuente, es solo que necesitamos el motivo para que fluya y ver de nuevo todo transparente. El amor hace magia. Un fuerte abrazo amigo, tus temas... siempre inspiradores.
ResponderEliminarSí, Paty, ese sentimiento maravilloso fluye y se recuerda así, como dices.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Esos besos y brazos son los únicos caoaces de erradicar las cadenas.
ResponderEliminarUn abraz☆ de luz
Gracias Athenea.
EliminarUn abrazo.